lunes, 19 de agosto de 2013

Darío Márquez- Cap. II- La esfera pública y la privada




Darío Márquez
Hannah Arendt: “La Condición Humana”
Cap. II- La esfera pública y la privada



“Todas las actividades humanas están condicionadas por el hecho de que los hombres viven juntos...”

La “vita activa” concepto que la autora maneja a lo largo de su obra, La Condición Humana (que parece ser el punto focal de la misma), se ve condicionada profundamente, ya sea directa o indirectamente por la presencia de otros seres humanos. Esto se refiriere, no tanto a las actividades humanas de la labor y el trabajo, sino a la de la acción, ya que ésta se ve condicionada por la pluralidad (el hecho de que los “hombres” y no el hombre habite en la Tierra).
La pluralidad es la condición humana, específicamente de la política, si bien las otras condiciones se relacionan con esta, no poseen un carácter inherente, como lo es el hecho de relacionarse con otros hombres.
De esta noción surge el cuestionamiento de si el hombre, es un animal social o político. La autora inspirada en la filosofía clásica, se remonta a aquella época y con base en ello, dirá que para ellos lo social, es decir el hecho de vivir con semejantes no es per se una condición humana, más bien es una característica relacionada a satisfacer las necesidades que impone la vida biológica.
Sólo la acción y el discurso  son cualidades aptas para “hacer política”, esto para los griegos era establecer el bios politikos. El hombre tiene la capacidad de hacer política, pero dicha capacidad se encuentra en directa oposición a toda forma de asociación natural, como lo es la familia y el hogar.
Es por eso que la polis, visto como centro para que el hombre haga política (exprese su discurso), hace frente al despotismo y la violencia propios de esta asociación.  Se podría decir entonces que el hombre a través de la acción, condicionado por la pluralidad y mediante la utilización del discurso, va más allá de lo social, y pasa a ser un zoon politikon (animal político).
Siguiendo en la misma línea de pensamiento para la construcción de su obra, Arendt recuerda la distinción clave, entre Polis y familia, que mantenían los griegos de aquella era. Para ellos sólo en la Polis (ciudades estados) se alcanzaba la libertad, ya que todos eran iguales, y habían alcanzado el dominio de sus necesidades, es decir, estos habían trascendido la esfera privada para formar parte de la esfera pública, campo en el cual el instrumento a utilizar sería el discurso (argumentación y persuasión).
La esfera privada, es donde se encuentra la familia, es el reino de la necesidad, y el dominio de estás condiciones vitales, es lo que condiciona la libertad de la Polis. Aquí se ve el uso de la violencia como instrumento, y una especie de jerarquía dentro de los integrantes de la misma.
Arendt hace esta distinción con el propósito de señalar como en la modernidad, estas esferas han sufrido una suerte de fusión, dando paso a una “esfera social”. Sobre todo al administrar los asuntos del Estado, como si fuera un familia, donde lo económico, lo relacionado con la vida y supervivencia son de un mero carácter familiar, y no político.
En el mundo moderno la política se ve como una función de la sociedad, donde la acción y el discurso se ven relativizados por los intereses nacionales. A lo largo del tiempo, con la instauración de la nación-Estado, lo social ha tenido cierto apogeo, que ha hecho que la esfera de lo privado, se vuelque hacía lo intimo, y lo social permeé lo que era lo público y privado para los antiguos.
Esta tendencia coincide con la decadencia de la familia, quien se ve absorbida por el rey, la burocracia, el gobierno de nadie, lo económico y las ciencias sociales (y su instrumento metodológico) que para Arendt son fenómenos  secundarios  del auge que ha tenido lo social.
La sociedad excluye la acción, imponiendo así normas, para normalizar a la población, intentando que esta se vea como un conjunto, borrando así la individualidad, tan preciada para la esfera privada de los clásicos.
El crecimiento demográfico hace que lo social tenga mayor oportunidad de construir la esfera pública que lo político esto mediante el uso del  instrumento metodológico de las ciencias sociales; las estadísticas. La cual no considera como un ideal inofensivo, ya que éstas borran al individuo y convierten la acción en conducta.

La esfera pública y privada

Para Arendt le esfera pública es, lo común, esto quiere decir que por una parte, lo público se refiere a lago que todo el mundo puede ver, oír y tiene la más amplia publicidad posible,  y por otro, es el mundo en si, lo que compartimos y tenemos como común, el espacio público.
Dicho espacio es donde el hombre se relaciona y genera distintos significados, un reconocimiento mutuo lo que ayuda a crear sujetos capaces de construir la libertad humana.
En cuanto a la esfera privada, considerada en el sentido privativo, significa la ausencia  del contacto con los semejantes, de ver u oír a los demás y de ser visto u oído por ellos (aquí se encuentra lo fútil o vergonzoso).
En el sentido no privativo, se ve como un refugio, que permanece oculto de la publicidad. Esta esfera se encuentra asegurada por la propiedad, destinada para satisfacer las necesidades más urgentes y no para la acumulación de riquezas. Se le da un valor de uso a la propiedad.
En la época moderna y con el auge de lo social, se volcó el interés de lo privado, y de la propiedad, en un interés público, surgió una “sociedad de propietarios”, que en vez de pedir su acceso a la esfera pública, pedirá protección para acumular más riquezas, es decir la propiedad moderna perdió su carácter mundano, y se centró en la propia persona; dándole así un valor de consumo, más que de uso o satisfacción de las necesidades.
Todo esto se resume en, que lo público es lo que hay que mostrar, y lo privado lo que hay que mantener oculto. Cada actividad humana (vita activa) tiene su lugar en el mundo, y dentro de alguna esfera.
 La esfera privada no sólo es el ámbito donde se encuentra la necesidad, lo fútil y vergonzoso, también se  encuentra un espacio para la bondad. Y señala si bien la bondad es una importante variedad de la posible acción humana, debe permanecer en el mundo de lo privado, ya que esta al ser de carácter público pierde su esencia. Por lo tanto, la bondad es imposible que se halle dentro de la esfera pública, Arendt dirá, que incluso puede ser hasta destructiva cuando se muestra en ella.
La autora con esto demuestra el significado que puede tener determinada acción, y que esta perdería, tal vez, su significado dependiendo de si se hace a la luz pública o en privado.

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