RESUMEN
DEL CAPITULO III DEL LIBRO “LA CONDICIÓN HUMANA”
DE
HANNAH ARENDT
El
tercer capítulo del libro de Hannah Arendt, se basa principalmente en la labor
en la que el ser humano se aboca en la vida, a través del desarrollo de su
esfuerzo y del trabajo con las manos, fundamentalmente como se ha venido
trabajando a lo largo de los otros resúmenes, el trasfondo de las actividades
fundamentales del hombre, es aquella labor de trabajo y acción del mismo, para
su supervivencia y permanencia o continuidad, ya que el ser humano está
condicionado por todo lo que crea o le rodea.
En el
libro “La condición humana” Arendt señala, que son tres las actividades fundamentales
de la vita activa: labor, trabajo y acción. Define las dos primeras esferas de
la siguiente manera:
“Labor es la actividad que corresponde al proceso
biológico del cuerpo humano, cuyo espontáneo crecimiento, metabolismo y
decadencia final están ligados a las necesidades vitales producidas y
alimentadas por la labor en el proceso de la vida. La condición humana de la
labor es la misma vida”.
“Trabajo es la actividad que corresponde a lo no
natural de la exigencia del hombre, que no está inmerso en el constantemente
repetido ciclo vital de la especie, ni cuya mortalidad queda compensada por
dicho ciclo. El trabajo proporciona un “artificial” mundo de cosas, claramente
distintas de todas las circunstancias naturales. Dentro de sus límites se
alberga cada una de las vidas individuales, mientras que este mundo sobrevive y
trasciende a todas ellas. La condición humana del trabajo es la mundanidad”.
Por
ello se inicia refiriéndose, a los tiempos antiguos que se remontan a los
griegos, señalando así el hecho de la labor y el trabajo los cuales se van convirtiendo
en sinónimos, para luego hacer la distinción entre las dos, siendo para estas y
citando a Locke, el trabajo, el cual es aquel ejecutado y hecho por las manos
desarrollado anteriormente y la labor lo que se hace con nuestros cuerpos
contemplado en la cita previa, en este parte el planteamiento que desarrolla la
autora da a entender que para aquel entonces el esclavo es el único que debería
hacer las labores ya que el mismo desempeña todo su cuerpo en el cumplimiento
del mismo. Esta concepción implicaba determinar a qué esfera se pertenecía y si
las actividades desarrolladas debían estar en lo oculto o en lo público.
Pero que
sea imposible captar la esencia humana no significa que no podamos señalar
cierta naturalidad en el hombre. Es cierto que el mundo de cosas producidas
condiciona al ser humano desde su nacimiento, pero igualmente lo es que las
relaciones necesarias de éste con el mundo natural lo muestran también como un
ser asimilado al mismo. Sin embargo Arendt, que es consecuente con el significado
de la palabra “natural” sólo en sentido biológico, no llama “hombre” a quien
está equiparado al mundo de la naturaleza, sino que lo llama “animal”. Más
específicamente, “animal laborans”. Así, lo que en el hombre hay de natural es
lo mismo que lo natural en cualquier ser vivo. Si lo propiamente humano es la
diferencia y la pluralidad, lo que resulta indiferente ha de ser siempre lo
natural. Quien está en la esfera de la labor es menos que un trabajador, es un
animal que labora y si hay algo de natural, de no distinguido e indiferente en
él es también lo que lo aleja de la condición más propiamente humana, que se
establece en la acción más que en el trabajo y en éste más, mucho más, que en
la labor.
Dentro
de esta característica de labor se señalan diversas categorías las cuales
generan una diferenciación, por ello se puede encontrar la labor productiva e
improductiva y el trabajo, el experto e inexperto. Una vez señalado esto, se
fundamenta en Marx estableciendo que según este autor, independientemente de
donde se halle tendrá productividad la cual se relaciona con el poder humano y
la capacidad de sobrevivir y reproducirse.
En
cuanto al trabajo manual e intelectual, nos dice que uno se hace tangible
gracias a que la misma se materializa por la influencia que genera el trabajo
intelectual en el ser humano, es decir que los pensamientos son plasmados en la
vida a través de cosas reales y tangibles, por ello se puede decir que es
gracias al trabajo que encontramos cosas duraderas, cosas de consumo que nos
aseguran la supervivencia y que una vez que estamos en contacto con ellas y las
usamos nos acostumbramos, siendo así los bienes de consumo para la vida y los
objetos para el mundo.
La
producción de la labor encuentra muchas cosas mundanas que luego pasan a tener
significado de acuerdo para lo que se usen y se piensen las mismas, ya que el
hombre en su vida debe consumir ciertas cosas que son perecederas y propias de
la naturaleza, las cuales tienen una vida cíclica al igual que el hombre, ya
que el mismo nace, se reproduce y muere, en este sentido se puede decir que
labor y consumo hacen parte del ciclo vital que la constituye. La labor pasa a
ser fuente de productividad y adquirir un verdadero significado gracias a Marx
ya que al identificarlo como la máxima expresión de la humanidad, para el
hombre, el mismo se convierte en la actividad más natural y menos mundana de
este, aunque no quiere decir que es liberado del ciclo del cual forma parte,
para hallar la explicación de esto Arendt busca la fundamentación y la
diferenciación y similitudes que establecen las teorías de Locke, Marx y Smith, los cuales plantean
diferentes maneras y formas de laborar. Y de acuerdo a lo que establecen sus
planteamientos se puede decir que la labor es interminable, y progresa de
manera automática, en concordancia con la vida y de acuerdo a los propósitos de
la humanidad, en donde se busca seguir los principios de la fertilidad,
identificándola como el nodo de la fuerza de la vida debido a que en la vida la
humanidad vive de acuerdo a la abundancia o escasez de lo que consume.
Por
ello a lo largo de todo el planteamiento que se establece se puede decir que el
mundo en la actualidad, ha definido múltiples progresos en relación a las
labores y trabajos que se han ido desarrollando a lo largo de la historia, por
lo que en la actualidad estos dos factores no se suelen percibir de la misma
manera que como se veían antes, aunque queda claro que siempre tendrán características
que las identifiquen permanentemente, por ello se dice que en el
mundo actual el progreso técnico ha venido ha facilitar
la labor de la vida al emancipar al hombre laborante de parte de las
necesidades vitales; esta emancipación esconde, no obstante, un peligro real
como es la pérdida de la consciencia que hemos de tener de estar sujetos a las
necesidades de la vida. Como dice Arendt “el hombre no puede ser libre si no
sabe que está sujeto a la necesidad”. Es decir, que la condición esclavizadora
que subyace en la visión Arendtiana del animal laborans, no se pierde
totalmente con el advenimiento de la automatización
productiva y sus innegables ventajas para la
actuación laborante, y así la labor nos sigue mostrando su fea cara.
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Bibliografía
ARENDT, Hannah. (2003) “La Condición Humana”.
Argentina: Buenos aires. Editorial PAIDOS.
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