lunes, 19 de agosto de 2013

Guillermo Moreno: Resumen Introducción y capitulo I de la Condición Humana de Hannah Arendt



Introducción.

            Para comprender el pensamiento de un autor determinado es necesario comprender algunos elementos claves de su vida para tener una imagen completa. Ya que los seres humanos no pueden eludir el contexto en el cual han nacido y se han desarrollado, tratar de abarcar el pensamiento de un autor sin considerar el escenario detrás de ello haría de esa labor algo fútil.


Manuel Cruz en la introducción del Libro la Condición Humana  nos lleva de la mano, inicialmente, por algunos rasgos característicos de la vida y la personalidad de la autora y va relacionando estos con una serie de conceptos que son claves para comprender a cabalidad lo que la autora nos revelara a través del texto. Nos revelará el autor como la condición de apátrida marco a la autora transformándola en una ciudadana del mundo en vez de alguien perteneciente o atada a un solo lugar. Como el contacto directo con Eichmann durante el juicio le permitió comprender los rasgos y características del mal; lentamente nos va revelando como la vida de la autora y sus trabajos más celebres se iban interconectado. De esta forma entendemos de donde provienen los conceptos claves de la Condición Humana, su concepción sobre el totalitarismo, la participación y sin duda el análisis que hace de la revolución. De este paseo, medio romántico, podemos comprender como el contexto condiciono de tal manera el pensamiento del autor, pero también nos revela otro elemento interesante de Arendt: la autora, dadas su experiencias y pensamiento crítico, es difícilmente encasillable

Hannah Arendt se revela entonces como una autora completa, pero sobre todo como una filosofa capaz de reflexionar y analizar la cuestión política desde diferentes ángulos, pues ha alcanzado una capacidad de análisis que le permite ver las grietas entre los diferentes autores y como enlazarlos y complementarles. En esta introducción, el autor también nos dará dos pistas claves para comprender el pensamiento de Arendt: Su concepto de Poder y de libertad.

El primero no será, para la autora, la capacidad de imponer la voluntad de un individuo o varios e instrumentalizarle, de tal forma que, consigamos nuestros objetivos. Sino que será  el resultado de la capacidad que se tenga de actuar en común “Esa opinión en la que muchos se han puesto públicamente de acuerdo significa poder en la medida en que descansa sobre convicciones, esto, sobre esa peculiar coacción no coactiva con que se imponen las ideas, y en que se regula mediante el vínculo institucionalmente reconocido[1]”. Esta concepción del poner es totalmente opuesta a la forma como suele verse o comprenderse, como la capacidad de conseguir o superar obstáculos o la imposición de una voluntad sobre otra. La propuesta de la autora la opone radicalmente a autores como Nicolás Maquiavelo o Thomas Hobbes y, por lo tanto, sin duda alguna a los académicos o autores cuyo pensamiento deviene de estas dos figuras.

Otro concepto clave, el cual se encuentra significativamente vinculado al libro que nos atañe, es el de libertad. Para la autora “la libertad para Hannah Arendt no es mera capacidad de elección, sino capacidad para trascender lo dado y empezar algo nuevo, y el hombre sólo trasciendo enteramente la naturaleza cuando actúa” dista su concepción de algunos preceptos tales como la libertad es todo lo que la ley nos ha permitido hacer o la libertad donde los limites no los imponemos. Contraviniendo así las concepción Kantiana y Hobbesianas de la libertad. Este último concepto es clave porque la concepción de Acción es un punto clave del pensamiento Arendtiano cuando nos centramos en la Condición Humana.

Por último cerrara el autor su prefacio disertando sobre el trabajo de la revolución. Lo toma efímeramente, y recalca que la autora ha vinculado este concepto con su idea de un nuevo comienzo y que, sin duda alguna, una revolución es tal cuando trae bienestar al pueblo.

Comprendidos estos puntos no queda más que concluir o resumir los puntos clave que hemos sacado de esta disertación. Entre ellos tenemos que: la autora, al ser un catedrático o, mejor dicho, pensador holístico es difícilmente encasillable. Su capacidad de análisis y su pensamiento crítico nos le dio un margen de acción amplio, pero sobre todo posee este cariz porque la autora se ha dedicado a pensar lo político, sin centrarse en un solo punto, sino tratando de ver los elementos como únicos y a la vez tratando de abarcarlos, consciente de sus limitaciones. También, nos ha demostrado como la obra de un autor se encuentra condicionada, no solo por los textos que ha manejado, sino por el contexto en el cual se ha desenvuelto. Por últimos nos revela como Arendt al analizar puntos concretos de la realidad ha sido capaz de ver más allá y por lo tanto ha creado una línea argumentativa que, aun hoy, es vigente. Pero sobre todo, ha logrado despertar una serie de inquietudes en aquellos que la leen.

Capítulo I La Condición Humana


1.    Vida Activa y la Condición humana.

La vida del hombre está sin duda condicionada por una serie de elementos claves. Al tratar de desglosarlos nos encontramos que hay una serie de elementos de ellos que nos permite ver que existe una vida que es activa y otra que es contemplativa. Arendt hace esta observación inicialmente, después haber analizado a los clásicos. La situación en la cual se encontraba la sociedad griega del siglo VIII a.c hasta el siglo V d.c. Su vistazo a ese periodo tan singular de la  sociedad humana le mostrara que existen don elementos inherentes a la vida del hombre, que es una vida dedicada a la actividad y entendida esta ultima como la participación en los asuntos que le son propios y políticos, y una vida dedicada a la contemplación de las ideas.

De estas concepciones, será clave en su pensamiento la de vida activa la cual analizara y le adjudicara la forma como esta condiciona a la vida humana.  Por lo tanto para Arendt la Vida activa se puede comprender de la siguiente forma y ángulos:

·         La labor: cuando la actividad es labor nos encontramos con los elementos del proceso biológico en sí mismo. El mundo de las necesidades, la naturaleza. La condición humana de la labor es la vida en sí mismo. Toda aquella acción que es la labor es un hecho cíclico que se consume a sí mismo.
·         Trabajo: nos habla de la existencia no-natural, todo lo que producto del hombre. Lo que hace con sus manos para satisfacer sus necesidades, ya sean naturales o artificiales. La condición humana del trabajo es la mundanidad.
·         Acción: punto clave y eje central del pensamiento Arendtiano o, al menos, de este texto. La acción es la actividad que se da entre los hombres sin mediación de elementos natural. Tiene como condición la pluralidad, dado que los hombres son muchos y diversos; amén de que la acción no se puede comprender sin la interacción con los otros.

A esta propuesta se le suma la noción de la naturaleza humana. Esta percepción es rebatida por Arendt quien considera que el hombre no puede comprender su naturaleza, pues esta es intrínseca a él al ser parte de su esencia. Dirá que solo una divinidad podría comprender la esencia del hombre, pues esta se encuentra fuera de él. Por lo tanto sería totalmente objetiva, dado entonces que el hombre está inmerso en el mundo material y que, sin duda alguna, no es una divinidad es incapaz de comprender su naturaleza. El hombre, en esencia, esta condicionado por el mundo material y todo aquello con lo cual se interrelacione. Esta idea la contrapone a los autores como Hobbes y Locke quienes se atrevieron a disertar o puntualizar sobre la naturaleza del hombre. Como conclusión en este punto Arendt nos dice: la condición humana es algo diferente a la naturaleza humana. De la primera tenemos certeza, de la segunda no hay manera. Pero en vez de ello, no podemos negar la existencia de una conducta humana, la cual podemos delinear y predecir en momentos determinados.

En cuanto a la condición humana y su esencia nos dirá que esta tendrá por núcleo, a la vez que esta es núcleo de la vida del hombre, a dos elementos claves: la natalidad y la mortalidad.  El primer punto será clave pues es el que nos revela la cantidad de humanos que existen y existirán; la muerte como el fin de la existencia humana. Ambos conceptos son claves porque, al estar en los extremos del pensamiento del hombre y su accionar, lo condicionan sobremanera. Por último, visto desde una perspectiva política los nacimientos representan una serie de comienzos y además una garantía de la existencia de lo político, cuando esta es resultado de acción común de los hombres, mientras que la muerte representa el fin de lo político y además, probablemente un comienzo, perpetuando la historia como un ciclo constante.

2.    La expresión Vita activa


En este punto la autora revisara o ahondara el concepto de vita activa, a la cual considera como al vida dedicada a los asuntos que nos son públicos. Idea que extrae de las concepciones griegas donde la participación en la polis era lo que determinaba la verdadera existencia del hombre. Vera este concepto a través del tiempo al considerarlo desde la perspectiva clave de varios pensadores, como Sócrates, Platón y Aristóteles, centrándose el último.

Para Aristóteles la vida se bifurcaba en tres puntos:
·         La vida como el disfrute de los placeres corporales y lo bello. Este precepto evoca en gran medida las concepciones hedonistas propias de los Epicúreos.
·         La vida dedicada a los asuntos de la polis. Por lo tanto a la acción política. De la combinación de estos elementos curiosamente saldrá la noción de las bio-política. Somos en la medida de que participamos.
·         La vida dedicada a la contemplación y a inquirir sobre lo eterno y la existencia del hombre.

Tales cuestiones o elementos de la vida eran solo permitidas para aquellos que tenían el tiempo para dedicarse a estos asuntos, porque su vida no estaba condiconada por los hechos materiales. Curiosamente, desde estos puntos es que Arendt extraer o modela su concepción de Labor, Trabajo y Acción; amén de obtener el pie que le servirá para hablar de una vida contemplativa.

Con el paso del tiempo la nociones griegas irán mutando y gracias al cristianismo y San Agustín el pensamiento se diversificara en gran medida. Para el Medioevo labor y trabajo tendrán una categoría superior, jerárquicamente hablando, que la acción política. Esto en gran medida se debe al hecho cierto de que la edad media represento una ruptura de todos los elementos organizativos previos. Una vuelta a los comienzos, especialmente marcado por el pensamiento cristiano, el cual considerara que la acción esta dentro del terreno de la necesidad y lo mundano, y que solo hay libertad en la vida contemplativa. La cual se entiende como la reflexión y contemplación de lo eterno y la quietud.

De esto surge la dicotomía quietud e inquietud como ejes claves para diferenciar la vita activa de la contemplativa. La ultima nos revela que la vida contemplativa al final del día, si esta dedica a contemplar lo eterno que es Dios y por lo tanto a llevar consigo a la quietud definitiva, es una forma de romper con lo político, entendido este último como un fenómeno producto de la interacción de los hombres.

Por último veremos cómo este concepto, a raíz del Renacimiento y luego de la intensificación de este fenómeno: la Ilustración. La concepción de vida contemplativa cambiará y volverá a ganar relevancia la vida activa y la participación política, pero desde una perspectiva diversa, donde las esferas de la vida misma no se encontraran separadas sino fuertemente interconectadas.

3.    Eternidad e inmortalidad


El último punto para comprender la concepciones de Vida activa y, por lo tanto, el presente capitulo son los conceptos de Inmortalidad y Eternidad. Al primero lo comprende como la duración en el tiempo, una vida sin muerte. En contraste con la mortalidad que es la línea recta que sigue el ser humano en un universo que deviene cíclicamente. También es la capacidad que distingue al ser humano y que por contradicción nos revela lo que es inmortal. Estas concepciones son claves pues, le revelaron al hombre su situación y los mueven a la acción ¿Por qué? Sencillo: el hombre, al estar consciente de su mortalidad, se mueve a la acción y participación, pues desea dejar algo como legado. Algo que sea capaz de pervivir a través del tiempo. Por lo tanto el hombre aspira a crear obras inmortales, cuando no eternas.

Estas ideas llevaron a muchos hombres, a través de la historia a tratar de destacar, de ser los mejores en un determinado punto, de tal forma que podrían trascender su mortalidad. Por último estos conceptos irán mutando a través del tiempo, para terminar comprendiendo los eterno como la expresión de la contemplación o la teoría. Y tanto inmortalidad y eternidad como dos elementos que el hombre, limitado, desea alcanzar a través de sus obras.



[1] Arendt, Hannah, La condición humana. (2005) Ediciones Paidos.  Pág.14 

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