Introducción.
Para comprender el pensamiento de un
autor determinado es necesario comprender algunos elementos claves de su vida
para tener una imagen completa. Ya que los seres humanos no pueden eludir el
contexto en el cual han nacido y se han desarrollado, tratar de abarcar el
pensamiento de un autor sin considerar el escenario detrás de ello haría de esa
labor algo fútil.
Manuel Cruz en la introducción del Libro la Condición
Humana nos lleva de la mano,
inicialmente, por algunos rasgos característicos de la vida y la personalidad
de la autora y va relacionando estos con una serie de conceptos que son claves
para comprender a cabalidad lo que la autora nos revelara a través del texto.
Nos revelará el autor como la condición de apátrida marco a la autora
transformándola en una ciudadana del mundo en vez de alguien perteneciente o
atada a un solo lugar. Como el contacto directo con Eichmann durante el juicio
le permitió comprender los rasgos y características del mal; lentamente nos va
revelando como la vida de la autora y sus trabajos más celebres se iban
interconectado. De esta forma entendemos de donde provienen los conceptos
claves de la Condición Humana, su concepción sobre el totalitarismo, la participación
y sin duda el análisis que hace de la revolución. De este paseo, medio romántico,
podemos comprender como el contexto condiciono de tal manera el pensamiento del
autor, pero también nos revela otro elemento interesante de Arendt: la autora,
dadas su experiencias y pensamiento crítico, es difícilmente encasillable
Hannah Arendt se revela entonces como una autora
completa, pero sobre todo como una filosofa capaz de reflexionar y analizar la
cuestión política desde diferentes ángulos, pues ha alcanzado una capacidad de
análisis que le permite ver las grietas entre los diferentes autores y como
enlazarlos y complementarles. En esta introducción, el autor también nos dará
dos pistas claves para comprender el pensamiento de Arendt: Su concepto de
Poder y de libertad.
El primero no será, para la autora, la capacidad de
imponer la voluntad de un individuo o varios e instrumentalizarle, de tal forma
que, consigamos nuestros objetivos. Sino que será el resultado de la capacidad que se tenga de actuar
en común “Esa opinión en la que muchos se han puesto públicamente de acuerdo
significa poder en la medida en que descansa sobre convicciones, esto, sobre
esa peculiar coacción no coactiva con que se imponen las ideas, y en que se
regula mediante el vínculo institucionalmente reconocido[1]”.
Esta concepción del poner es totalmente opuesta a la forma como suele verse o
comprenderse, como la capacidad de conseguir o superar obstáculos o la
imposición de una voluntad sobre otra. La propuesta de la autora la opone
radicalmente a autores como Nicolás Maquiavelo o Thomas Hobbes y, por lo tanto,
sin duda alguna a los académicos o autores cuyo pensamiento deviene de estas
dos figuras.
Otro concepto clave, el cual se encuentra
significativamente vinculado al libro que nos atañe, es el de libertad. Para la
autora “la libertad para Hannah Arendt no es mera capacidad de elección, sino
capacidad para trascender lo dado y empezar algo nuevo, y el hombre sólo
trasciendo enteramente la naturaleza cuando actúa” dista su concepción de algunos
preceptos tales como la libertad es todo lo que la ley nos ha permitido hacer o
la libertad donde los limites no los imponemos. Contraviniendo así las
concepción Kantiana y Hobbesianas de la libertad. Este último concepto es clave
porque la concepción de Acción es un punto clave del pensamiento Arendtiano
cuando nos centramos en la Condición Humana.
Por último cerrara el autor su prefacio disertando
sobre el trabajo de la revolución. Lo toma efímeramente, y recalca que la
autora ha vinculado este concepto con su idea de un nuevo comienzo y que, sin
duda alguna, una revolución es tal cuando trae bienestar al pueblo.
Comprendidos estos puntos no queda más que concluir o
resumir los puntos clave que hemos sacado de esta disertación. Entre ellos
tenemos que: la autora, al ser un catedrático o, mejor dicho, pensador
holístico es difícilmente encasillable. Su capacidad de análisis y su
pensamiento crítico nos le dio un margen de acción amplio, pero sobre todo
posee este cariz porque la autora se ha dedicado a pensar lo político, sin
centrarse en un solo punto, sino tratando de ver los elementos como únicos y a
la vez tratando de abarcarlos, consciente de sus limitaciones. También, nos ha
demostrado como la obra de un autor se encuentra condicionada, no solo por los
textos que ha manejado, sino por el contexto en el cual se ha desenvuelto. Por
últimos nos revela como Arendt al analizar puntos concretos de la realidad ha
sido capaz de ver más allá y por lo tanto ha creado una línea argumentativa
que, aun hoy, es vigente. Pero sobre todo, ha logrado despertar una serie de
inquietudes en aquellos que la leen.
Capítulo I La
Condición Humana
1.
Vida Activa y la Condición humana.
La vida del hombre está sin duda condicionada por una
serie de elementos claves. Al tratar de desglosarlos nos encontramos que hay
una serie de elementos de ellos que nos permite ver que existe una vida que es
activa y otra que es contemplativa. Arendt hace esta observación inicialmente,
después haber analizado a los clásicos. La situación en la cual se encontraba
la sociedad griega del siglo VIII a.c hasta el siglo V d.c. Su vistazo a ese
periodo tan singular de la sociedad
humana le mostrara que existen don elementos inherentes a la vida del hombre,
que es una vida dedicada a la actividad y entendida esta ultima como la
participación en los asuntos que le son propios y políticos, y una vida
dedicada a la contemplación de las ideas.
De estas concepciones, será clave en su pensamiento la
de vida activa la cual analizara y le adjudicara la forma como esta condiciona
a la vida humana. Por lo tanto para
Arendt la Vida activa se puede comprender de la siguiente forma y ángulos:
·
La labor: cuando la actividad es labor nos encontramos con los
elementos del proceso biológico en sí mismo. El mundo de las necesidades, la
naturaleza. La condición humana de la labor es la vida en sí mismo. Toda
aquella acción que es la labor es un hecho cíclico que se consume a sí mismo.
·
Trabajo: nos habla de la existencia no-natural, todo lo que
producto del hombre. Lo que hace con sus manos para satisfacer sus necesidades,
ya sean naturales o artificiales. La condición humana del trabajo es la
mundanidad.
·
Acción: punto clave y eje central del pensamiento Arendtiano
o, al menos, de este texto. La acción es la actividad que se da entre los
hombres sin mediación de elementos natural. Tiene como condición la pluralidad,
dado que los hombres son muchos y diversos; amén de que la acción no se puede
comprender sin la interacción con los otros.
A esta propuesta se le suma la noción de la naturaleza
humana. Esta percepción es rebatida por Arendt quien considera que el hombre no
puede comprender su naturaleza, pues esta es intrínseca a él al ser parte de su
esencia. Dirá que solo una divinidad podría comprender la esencia del hombre,
pues esta se encuentra fuera de él. Por lo tanto sería totalmente objetiva,
dado entonces que el hombre está inmerso en el mundo material y que, sin duda
alguna, no es una divinidad es incapaz de comprender su naturaleza. El hombre,
en esencia, esta condicionado por el mundo material y todo aquello con lo cual
se interrelacione. Esta idea la contrapone a los autores como Hobbes y Locke
quienes se atrevieron a disertar o puntualizar sobre la naturaleza del hombre.
Como conclusión en este punto Arendt nos dice: la condición humana es algo
diferente a la naturaleza humana. De la primera tenemos certeza, de la segunda
no hay manera. Pero en vez de ello, no podemos negar la existencia de una
conducta humana, la cual podemos delinear y predecir en momentos determinados.
En cuanto a la condición humana y su esencia nos dirá
que esta tendrá por núcleo, a la vez que esta es núcleo de la vida del hombre,
a dos elementos claves: la natalidad y la mortalidad. El primer punto será clave pues es el que nos
revela la cantidad de humanos que existen y existirán; la muerte como el fin de
la existencia humana. Ambos conceptos son claves porque, al estar en los
extremos del pensamiento del hombre y su accionar, lo condicionan sobremanera.
Por último, visto desde una perspectiva política los nacimientos representan
una serie de comienzos y además una garantía de la existencia de lo político,
cuando esta es resultado de acción común de los hombres, mientras que la muerte
representa el fin de lo político y además, probablemente un comienzo,
perpetuando la historia como un ciclo constante.
2. La expresión
Vita activa
En este punto la autora revisara o ahondara el
concepto de vita activa, a la cual considera como al vida dedicada a los
asuntos que nos son públicos. Idea que extrae de las concepciones griegas donde
la participación en la polis era lo que determinaba la verdadera existencia del
hombre. Vera este concepto a través del tiempo al considerarlo desde la
perspectiva clave de varios pensadores, como Sócrates, Platón y Aristóteles,
centrándose el último.
Para Aristóteles la vida se bifurcaba en tres puntos:
·
La vida como el
disfrute de los placeres corporales y lo bello. Este precepto evoca en gran
medida las concepciones hedonistas propias de los Epicúreos.
·
La vida dedicada a los
asuntos de la polis. Por lo tanto a la acción política. De la combinación de
estos elementos curiosamente saldrá la noción de las bio-política. Somos en la
medida de que participamos.
·
La vida dedicada a la
contemplación y a inquirir sobre lo eterno y la existencia del hombre.
Tales cuestiones o elementos de la vida eran solo
permitidas para aquellos que tenían el tiempo para dedicarse a estos asuntos,
porque su vida no estaba condiconada por los hechos materiales. Curiosamente,
desde estos puntos es que Arendt extraer o modela su concepción de Labor,
Trabajo y Acción; amén de obtener el pie que le servirá para hablar de una vida
contemplativa.
Con el paso del tiempo la nociones griegas irán
mutando y gracias al cristianismo y San Agustín el pensamiento se diversificara
en gran medida. Para el Medioevo labor y trabajo tendrán una categoría
superior, jerárquicamente hablando, que la acción política. Esto en gran medida
se debe al hecho cierto de que la edad media represento una ruptura de todos
los elementos organizativos previos. Una vuelta a los comienzos, especialmente
marcado por el pensamiento cristiano, el cual considerara que la acción esta
dentro del terreno de la necesidad y lo mundano, y que solo hay libertad en la
vida contemplativa. La cual se entiende como la reflexión y contemplación de lo
eterno y la quietud.
De esto surge la dicotomía quietud e inquietud como
ejes claves para diferenciar la vita activa de la contemplativa. La ultima nos
revela que la vida contemplativa al final del día, si esta dedica a contemplar
lo eterno que es Dios y por lo tanto a llevar consigo a la quietud definitiva,
es una forma de romper con lo político, entendido este último como un fenómeno
producto de la interacción de los hombres.
Por último veremos cómo este concepto, a raíz del
Renacimiento y luego de la intensificación de este fenómeno: la Ilustración. La
concepción de vida contemplativa cambiará y volverá a ganar relevancia la vida
activa y la participación política, pero desde una perspectiva diversa, donde las
esferas de la vida misma no se encontraran separadas sino fuertemente
interconectadas.
3. Eternidad e
inmortalidad
El último punto para comprender la concepciones de
Vida activa y, por lo tanto, el presente capitulo son los conceptos de
Inmortalidad y Eternidad. Al primero lo comprende como la duración en el
tiempo, una vida sin muerte. En contraste con la mortalidad que es la línea
recta que sigue el ser humano en un universo que deviene cíclicamente. También
es la capacidad que distingue al ser humano y que por contradicción nos revela
lo que es inmortal. Estas concepciones son claves pues, le revelaron al hombre
su situación y los mueven a la acción ¿Por qué? Sencillo: el hombre, al estar
consciente de su mortalidad, se mueve a la acción y participación, pues desea
dejar algo como legado. Algo que sea capaz de pervivir a través del tiempo. Por
lo tanto el hombre aspira a crear obras inmortales, cuando no eternas.
Estas ideas llevaron a muchos hombres, a través de la
historia a tratar de destacar, de ser los mejores en un determinado punto, de
tal forma que podrían trascender su mortalidad. Por último estos conceptos irán
mutando a través del tiempo, para terminar comprendiendo los eterno como la
expresión de la contemplación o la teoría. Y tanto inmortalidad y eternidad
como dos elementos que el hombre, limitado, desea alcanzar a través de sus
obras.

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