Capítulo I: La
Condición Humana
Hannah Arendt considera a los seres
humanos somos seres condicionados, ya que todas las cosas con las que éste que
entra en contacto se convierten en condición para la existencia a diferencia de
la naturaleza humana, en el caso de los factores que condicionan la vida
política del hombre según la autora, distingue tres elementos, estos son la acción,
labor y trabajo. Arendt plantea observar la condición humana con los lentes de
nuestros temores y en base a ellos reconducir la realidad, y no arrojarla al
camino de la barbarie.
En el caso de las formas de vida, Arendt diferencia
entre dos tipos, en primer lugar una vida activa y otra contemplativa, en
cuanto a la vida activa designa tres actividades fundamentales, la acción,
labor y el trabajo; condiciones básicas del hombre en la tierra, la vida activa
es una condición de la existencia del hombre y aquello de lo que el hombre no
puede escapar totalmente. La contemplación dependerá de los otros tres factores,
de la labor que produce todo lo necesario para mantener vivo el organismo humano
y la vida de la especie, del trabajo que crea lo necesario para albergar el
cuerpo y necesita de la acción para organizar la vida en común, para permitir
que la contemplación esté asegurada. La acción es la actividad política por
excelencia, la natalidad y no la mortalidad es la categoría central del
pensamiento político.
Es la acción la que ocupa un mayor nivel porque
está conectada con la esfera política de la vida humana, es decir, con la
polis, el espacio en el que el hombre se desarrolla como ser social y político.
El trabajo y no la acción es el de mayor nivel desde la esfera de la contemplación,.
La labor siempre se asocia a experiencias corporales de fatigues e incomodidad.
Sobre
la capacidad que tiene el hombre en la labor, se encuentra que este comienza a
producir más bienes de los cuales son realmente necesarios, es allí donde
comienza a incurrirse en el exceso. La diferencia que existe entre trabajo y
labor recae en que el trabajo de las
manos produce objetos de uso de la durabilidad y objetividad y la labor se
refiere a aquellos bienes de consumo, son resultados de lo que se llamó el homo
faber, que se refiere al hombre fabricante, al que hace cosas materiales, según
Arendt, el Homo faber excede la realidad con la implementación del utilitarismo.
En cuanto a la capacidad de la acción, entendida
como la capacidad de poder hacer algo nuevo, hecho que representa un constante
recordatorio para los hombres, porque los mismos saben que su existencia es la
tierra es limitada, es decir, que van a morir, pero viven como si el fin último
no fuese la muerte, sino se entiende que se nace para comenzar algo nuevo. La
acción tiene un inicio definido, pero su fin no es predecible. Es una
caprichosa interferencia en las leyes generales de la conducta.
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