Universidad Central
de Venezuela
Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas
Escuela de Estudios
Políticos y Administrativos
Seminario:
Contemporaneidad del Pensamiento
Político de Hannah
Arendt.
Autor: Molina
Avianiher
La Condición Humana de Hannah Arendt
Resumen Capítulo IV
Dando
continuidad en el avance de la obra la Condición Humana de Hannah Arendt. El Capítulo
IV, es titulado: Trabajo. Dividido en seis partes, las cuales son: a)
El carácter duradero del mundo, b) Reificación. c) Instrumentalidad y animal
laborans. d) Instrumentalidad y homo faber. e) El mercado de cambio. f) La permanencia del mundo y la obra de
arte. En este capítulo la autora hace
referencia al homo faber quien es el que fabrica, todas las cosas que compone
el artificio humano, cosas que aunque no las consumamos, se agotan. Esto hace
la distinción con el animal laborans, quien labora, y está sujeto a las
necesidades de su propia vida.
Las
cosas en el mundo tienen la función de de darle estabilidad a la vida humana.
Seguidamente se describe la reificación.
Hace referencia a la fabricación,
según la cual el trabajo del homo faber, se basa en la reificación, donde todas
las cosas son provenientes de lo trabajado. Es este homo faber quien crea todo
el artificio humano, y es quien modifica a la naturaleza. Es un comportamiento
de cómo si fuera el señor y amo de la tierra, además que es el dueño de sí y
responsable de sus actos. Este carácter
de multiplicación, que se relaciona al trabajo, es totalmente diferente a la
repetición que se presenta en la labor.
Lo
producido por los humanos, puede destruirse. El homo faber es, por tanto, libre
de producir pero además libre de destruir.
Instrumentalidad
y animal laborans. Los instrumentos que se utilizan para el uso de la labor del animal laborans,
son elaborados por el homo faber, para el mundo de las cosas. Estos
instrumentos elaborados, y utilizados por el animal laborans pierden su instrumentalidad
cuando han sido utilizados. Este animal laborans emplea estos instrumentos y
útiles para facilitar las labores de su propio proceso vital. Para los
laborantes, la nueva implementación del uso de máquinas ha sustituido al mundo
real.
Instrumentalidad y homo faber. Los
instrumentos del homo faber, de donde surge la instrumentalidad, son los que
determinan todo el trabajo y la fabricación. En el mundo utilitario todos los
fines están sujetos a tener una corta duración, y se transforman en medios para
luego convertirse en fines. Es en el mundo del homo faber donde todo posee un
uso, un instrumento que sirve para algo más. Solo tiene la noción de los medios
y fines, que provienen de su actividad de trabajo. En la medida que es homo
faber, instrumentaliza, y este proceso de instrumentalización conlleva a una
degradación de todas las cosas en medios, y pierden valor, incluyendo la tierra
en general y las fuerzas de la naturaleza.
El mercado de
cambio. Hannah Arendt, expone que en la
Época Moderna, se presentó el intento de excluir al hombre político de la
esfera pública, el que habla y actúa,
tanto como se hizo en la antigüedad para excluir al homo faber. En la
antigüedad la vida pública del hombre estaba determinada solo a trabajar para
el pueblo. En las comunidades no
políticas, lo que tenían en común era su plaza pública, en la cual sus fines eran
de una plaza de mercado, donde los artesanos exhibían y cambiaban sus
productos.
La
esfera pública del homo faber era el mercado de cambio, donde mostraba los
productos fabricados por él, donde tenía
relación con el resto de las personas a través del intercambio de productos. Donde luego con la sociedad comercial, propia
de la Época Moderna, o del inicio del capitalismo, pasaron a ser propietarios, dueños de su
propia fuerza de labor, aquí se inicia la auto alienación expuesta por Marx. El
valor es la cualidad que una cosa, no puede poseer en privado, y solo la
obtiene cuando aparece en público. Solo tienen el carácter de valores, en una
relación social.
La
permanencia del mundo y la obra de arte. Estas
obras de arte deben separarse de los objetos que forman parte del uso común.
Estas obras de arte son las más mundanas de todas las cosas tangibles. Su fuente es la capacidad humana pensar, que
puede ser permutada o intercambiada. Es
un atributo del hombre, algo que lo distingue del animal. En su caso, la reificación significa, una
simple transformación, la transfiguración.
Son producto del pensamiento, pero esto no impide que se
conviertan en cosas.La autora concluye con las afirmaciones, de si el animal
laborans necesita la ayuda del homo faber para facilitar su labor y aliviar el
esfuerzo. Los hombres que hablan y actúan necesitan ayuda del homo faber, en su
elevada capacidad, el artificio humano es el lugar apropiado para la acción y
el discurso.
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