Universidad Central
de Venezuela
Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas
Escuela de Estudios
Políticos y Administrativos
Seminario:
Contemporaneidad del Pensamiento
Político de Hannah
Arendt.
Autor: Molina
Avianiher
La Condición Humana de Hannah Arendt
Resumen Capítulo III
Se dará
inicio a sintetizar las ideas principales expuestas por Hannah Arendt en el
capítulo III, titulado: Labor. Está dividido en siete partes; a) Labor de
nuestro cuerpo y el trabajo de nuestras manos. b) El carácter de cosa del
mundo. c) Labor y vida. d) Labor y fertilidad. e) Lo privado de la propiedad y
riqueza. f) Los instrumentos del trabajo y la división de la labor. g) Una
sociedad de consumidores.
Dando comienzo al tema sobre la labor de nuestro cuerpo y el trabajo de nuestras manos. La autora
expone de manera clara que pretende elaborar una diferenciación entre labor y trabajo. Narra que en la antigüedad no se dio la
búsqueda de una significación, proviene de un desprecio hacia la labor, ya que
esta surge en base a una lucha por la libertad por medio de la superación de
las necesidades. A finales del siglo V,
se inicia en la polis en la clasificación de las ocupaciones según el esfuerzo
necesitado.
Siguiendo
la idea anterior, Aristóteles calificó las ocupaciones en, aquellas que el
cuerpo más se deteriora, como las más bajas.
Se negó a aceptar a los campesinos y escultores como ciudadanos. Luego, los griegos presentaron un desprecio
por la labor, quienes tenían sus razones para desconfiar de los artesanos, o en
primera instancia del homo faber. Su opinión de que labor y trabajo eran
despreciados en la antigüedad porque solo se relacionaba con los esclavos, es
un principio de los historiadores modernos. Para los antiguos residía en que se necesitaba
poseer esclavos en si por la naturaleza servil de las ocupaciones que eran
útiles para el mantenimiento de la vida.
En base a eso se defendió y se justificó la esclavitud.
Laborar,
tenía el significado de estar esclavizado por la necesidad, y ser parte de la servidumbre era propio de las
condiciones de la vida humana. Se veía
la transformación del hombre en semejante a un animal domesticado. Más adelante con el auge de la teoría
política, los filósofos superaron las distinciones antes mencionadas, que
habían logrado diferenciar las actividades, poniendo en oposición la
contemplación con todas las actividades semejantes. Es así, como incluyendo la actividad política
pasa a ser nivelada al rango de una necesidad, que pasó a ser común de todas
las articulaciones dentro de la vita activa.
Se
encuentra la diferenciación entre labor productiva e improductiva. Además la de
trabajo experto e inexperto, y, finalmente la distinción entre trabajo experto
e inexperto. Además de la división de
todas las actividades en trabajo manual e intelectual. En la Época Moderna, la labor tiene una
elevación la cual fue basada en la productividad. La diferenciación entre labor productiva e
improductiva conlleva implícita la distinción entre trabajo y labor. Laborar se
representa en el resultado de su esfuerzo que se consume casi tan rápidamente
como se gasta el esfuerzo. Está motivado
por su impulso, el cual es el más poderoso de todos, de él depende la propia
vida.
Lo analizado
por Karl Marx, sobre la propia actividad laboral, independientemente de su
lugar en la esfera privada o pública, posee una productividad. Dicha productividad no se basa en los
productos de la labor, sino en el poder humano, cuya fuerza no queda agotada
cuando ha producido los medios para garantizar su propia subsistencia y supervivencia, que es capaz de
producir lo necesario para su propia reproducción. A diferencia de la
productividad del trabajo, que añade nuevos objetos en el artificio humano.
La productividad del poder, entonces produce
solamente objetos que le provean los medios
para la reproducción de más de un proceso de vida, si no que produce
vida. La distinción entre labor y
trabajo llegaría a desaparecer ya que todo trabajo se convertiría en labor
debido a que las cosas se entendería no en su mundana y objetiva cualidad, sino
como el resultado del poder de la labor y de las funciones del proceso de la
vida. Hace la salvedad, que pensar y
trabajar son dos actividades diferentes que nunca coinciden por completo, es
decir que el recuerdo prepara lo intangible y lo fútil para su final materialización. El propio trabajo
siempre requiere entonces de algún material sobre el que actuar y que mediante
la fabricación, la actividad del homo faber, se transformará en un objeto
mundano.
El carácter de cosa del mundo. El
lenguaje y las fundamentales experiencias humanas que lo sustentan, es lo que
nos enseña que las cosas del mundo, entre las que se consume la vita activa,
son de naturaleza muy diferente y producida por muy distintas clases de
actividad. Considerados como parte del mundo, los productos del trabajo y no
los de la labor. En el mundo de las cosas duraderas se encuentran los bienes de
consumo que aseguran a la vida los
medios para su propia supervivencia. Necesarias para nuestro cuerpo y
producidas por su laborar.
Originan
la familiaridad del mundo, sus costumbres y hábitos de intercambio entre
hombres y cosas, así como entre hombres. Lo que los bienes de consumo son para
la vida, los objetos de uso son para el mundo. De ellos derivan los primeros su
carácter de cosa. No conoceríamos lo que
es una cosa sin tener ante nosotros el trabajo de nuestras manos. Al encontrar las
diferencias entre los bienes de consumo y los bienes de uso, se encuentra
finalmente los productos de la acción y del discurso, que juntos constituyen
las relaciones y asuntos humanos,
La
realidad de estos depende de la pluralidad humana, de la presencia de lo que
los demás ven, y por ello atestiguan sobre su existencia. Son considerados su
mundanidad, la acción, discurso y
pensamiento tienen mucho en común que cualquiera de ellos con el trabajo o la
labor. Ya que no producen, no engendran nada, y para convertirse en cosas
mundanas, en cosas mundanas, es decir: en actos, hechos, acontecimientos y
modelos de pensamiento o ideas, lo primero de todo es que han de ser vistos,
oídos, recordados y luego ser transformados en cosas. Basado en la transformación de lo intangible
en la tangibilidad de las cosas. El
mundo humano descansa en el hecho de que nos encontramos rodeados de cosas
permanentes que la actividad que las produce.
Es por ende que la vida humana a medida que construye el mundo, este se
encuentra en constante proceso de transformación, y el grado de mundanidad de las cosas producidas dependerá de la mayor
o menor permanencia en el propio mundo.
Labor y vida. Arendt expresa, que las cosas menos duraderas
son las que son necesarias para el proceso de la vida. Todo lo que es creación
del hombre son producidas y consumidas
con el repetido movimiento cíclico de la naturaleza. Es decir que la vida, es un proceso que en
todas partes consume lo durable, lo desgasta, lo hace desaparecer hasta que la
materia muerta regresa al ciclo de la naturaleza. El nacimiento y muerte de los seres humanos no
son simples casos naturales, los individuos son entidades únicas, no
intercambiables e irrepetibles, aparecen y parten.
La
principal característica de esta vida específicamente humana, cuya aparición y
desaparición constituyen acontecimientos mundanos, consiste en que en si misma
está siempre llena de hechos que en esencia
se pueden contar como una historia, un biografía. La característica que posee
en común el proceso biológico del hombre y la decadencia del mundo, reside en
que ambos son parte del proceso cíclico de la
naturaleza, por tanto son interminablemente repetidos.
A diferencia de trabajar cuyo final llega cuando el
objeto está terminado, listo para ser incorporado en el mundo común de las
cosas. En cambio, laborar siempre se mueve en el mismo círculo, prescrito por
el proceso biológico del organismo vivo, y el fin de su fatiga y molestia, solo
llega con la muerte de este organismo. Labor y consumo son dos etapas del
siempre repetido ciclo de la vida biológica. La necesidad de la subsistencia
domina tanto a la labor como al consumo, corporalmente se mezclan lo
proporcionado por la naturaleza.
El trabajo más que la labor es destructivo, puesto que su
proceso saca de la materia de la naturaleza, sin devolvérsela en el curso del
natural metabolismo del cuerpo vivo. Labor y fertilidad: En sus trabajos,
Locke descubrió que la labor es la fuente de toda propiedad. Continuó su
desarrollo hasta que Adam Smith afirmó que la labor era la fuente de toda
riqueza y alcanzó su punto culminante en el sistema de labor. Donde Marx, ésta
pasó a ser la fuente de toda productividad y expresión de la humanidad del
hombre. Solo Marx se interesó en la labor como tal, describiéndola como la
suprema capacidad del hombre para constituir el mundo.
Los tres autores presentaron la contradicción, en que
igualaron el trabajo con la labor y la dotaron de ciertas facultades que solo
posee el trabajo. Las buenas cosas para
el consumo nunca pierden por completo su naturaleza. Locke tuvo que reconocer la diferencia entre cosas
de breve duración y las suficientes duraderas. Marx, concebía la revolución
como aquello que permitiría al hombre emanciparse de la labor, solo así el
reino de la libertad podría suplantar al reino de la necesidad.
De todas las actividades humanas, solo la labor, no la acción
ni el trabajo, es interminable, y progresa de manera automática en consonancia
con la propia vida y al margen de las decisiones o propósitos humanamente
intencionados. En la Edad Moderna, el
significado de la productividad de la labor solo queda de manifiesto en la obra de Marx, donde se basa en la
igualdad de la productividad con la fertilidad.
La labor, es el modo humano de poder experimentar la gloria de estar
vivo que compartimos con todas las criaturas vivientes, y también lo que
permite que los hombres permanezcan y giren contentamente en el ciclo de la naturaleza, laborando y consumiendo. La
recompensa a la fatiga y molestia radica
en la fertilidad de la naturaleza.
La bendición de la labor consiste en que el esfuerzo y la
gratificación siguen tan cerca como la producción y consumo de los medios de
subsistencia, de modo que la felicidad es concomitante al propio proceso, al igual
que el placer lo es al funcionamiento de un cuerpo sano. La fuerza de la vida es
la fertilidad. Desde el punto de vista
de la especie, todas las actividades hallan su común denominador en el laborar, y lo único que
lo diferencia es la abundancia o escasez de los bienes que se consumen en el
proceso de la vida.
Los productos que
provienen de la labor no se hacen más duraderos por su abundancia, ni pueden
amontonarse y almacenarse para convertirse en parte de la propiedad de un
hombre. Al contrario, pueden llegar a desaparecer o perecer si no se consumen
antes de que se estropeen. Lo privado de la propiedad y riqueza:
Arendt explica que debido al proceso natural de la vida que se localiza en el
cuerpo, no existe otra actividad tan ligada a la vida que la laborante. No hay nada que sea más privado que las
funciones corporales del proceso de la
vida, sin excluir la fertilidad. La humanidad socializada respeta e impone lo
privado. Son esas actividades ligadas al
proceso de la vida. Entre ellas la labor, es una actividad y no solo una
función, es la menos privada, la única que
no hay necesidad de ocultarse, se halla
muy próxima al proceso de la vida, esto hace diferenciar lo privado del cuerpo
propio, de la propiedad.
El cuerpo, manos y boca son los apropiadores naturales,
no pertenecen a la humanidad en el sentido común, sino que se dan a cada hombre
para su uso privado. En el desarrollo de la Época Moderna y el auge de la
sociedad, donde la actividad más privada de todas las actividades como lo es
laborar, ha pasado a ser pública y se le
ha permitido establecer su propia esfera común.
El carácter de lo privado de las pertenencias propias, en su
independencia con lo común, se garantiza mejor con la transformación de la
propiedad en apropiación o con el aislamiento de lo común, siendo el producto
de la actividad corporal.
El hedonismo, doctrina que sólo reconoce como reales las
sensaciones del cuerpo, es la radical más forma de vida no política, siendo absolutamente
privada. La labor es la única
actividad que corresponde a la
no-mundanidad, donde el cuerpo humano a pesar de su actividad, no puede
liberarse o trascender del repetido ciclo de su propio funcionamiento. Ni el incremento de la fertilidad ni la socialización
del proceso, puede eliminar el estricto el carácter privado de la experiencia
de los procesos corporales en los que la vida se manifiesta o de la propia
actividad de la labor. Marx predijo, aquello
sobre el cual el animal laborans, los hombres socializados dedicarían liberación
de laborar a esas actividades estrictamente privadas y no mundanas que llamamos
hobbies.
Los
instrumentos del trabajo y la división de la labor: Los productos provenientes de la labor, del metabolismo
del hombre con la naturaleza, no permanecen en el mundo lo bastante para
convertirse en parte de él, y la propia actividad laborante, concentrada en la
vida se olvida del mundo hasta la no- mundanidad. Los utensilios e instrumentos
que facilitan de modo considerable el esfuerzo de la labor no son en sí mismos producto
de la labor, sino del trabajo; no forman
parte del consumo, sino que son parte y parcela del mundo de los objetos que
son usados. Desde la labor, los útiles fortalecen y multiplican la fuerza humana hasta casi
reemplazarla. Incrementan la natural la
natural fertilidad del animal laborans y proporcionan abundancia de bienes de
consumo.
La calidad de las cosas fabricadas depende de la
existencia de instrumentos adecuados. Su función acaba con el producto
terminado. Con la Revolución Industrial, ha desplazado la artesanía por la
labor, cuyo destino en el Mundo Moderno, cambia la noción de labor, cuyo
destino ahora consiste en que los
productos de labor, su destino consiste en ser consumidos, en vez de productos
del trabajo destinados a usarlos. Expresa Arendt, que vivimos en una sociedad de
laborantes, debido que solo el laborar, con su inherente fertilidad, es posible
que origine la abundancia, y se ha cambiado el trabajo por el laborar.
Una
sociedad de consumidores: Se dice que vivimos
en una sociedad de consumidores, ya que la labor y el consumo son dos etapas
del mismo proceso, impuesto al hombre por necesidad. Todas las teorías actuales, definen labor como
contrario a la diversión, de ahí que todas las actividades serias,
prescindiendo de sus frutos, se llaman labor, y toda actividad que no es
necesaria para la vida de los individuos o para el proceso de la vida de la
sociedad se clasifica como diversión.
Toda actividad no relacionada con la labor se convierte
en un hobby. De acuerdo a Marx la emancipación
de la labor que significaría la emancipación de la necesidad, que también significaría
la emancipación del consumo, es decir
del metabolismo con la naturaleza que es la condición misma de la vida
humana. Cien años después de Marx
sabemos que ese razonamiento es una falacia, el tiempo de ocio del animal
laborans siempre se gasta en el consumo, y cuanto más tiempo le queda libre más
ávidos y vehemente son sus apetitos.
Mientras que el animal laborans siga en posesión de la
esfera pública, no puede existir dicha esfera pública como tal, puesto que son
solo actividades privadas abiertamente manifestadas.
El mundo está formado no por cosas que se consumen, sino
por cosas que se usan. La vida vista con los ojos del animal laborans es la
gran proveedora de todas las cosas buenas, la cual mezcla mediante labor y
consumo. La misma naturaleza vista desde el homo faber, el constructor del
mundo, proporciona solo materiales casi sin valor en sí mismos, valorizados con
el trabajo empleados en ellos, sin sacar cosas provenientes de la naturaleza, y
sin defenderse de los procesos naturales de crecimiento y decadencia, el animal
laborans no podría sobrevivir. Hannah
Arendt, culmina el capítulo III, diciendo que cuanto más fácil se haga la vida
en una sociedad de consumidores o laborantes, más difícil será seguir conociendo
las urgencias de la necesidad, y no será capaz de reconocer su propia
futilidad, la cual no se fija o realiza
en una circunstancia permanente que perdure una vez transcurrida su labor.
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