I.
El hombre: animal social o político.
“La
vita activa, vida humana donde se halla activamente comprometida en hacer algo,
está siempre enraizada en un mundo de hombres y de cosas realizadas por éstos,
que nunca deja ni trasciende por completo[1]…”
así comienza el
capítulo II de la Condición Humana, en el cual Arendt tratará de demostrarnos,
a través de su reflexiones y un vistazo al fenómeno histórico, como las esferas
públicas y privadas (escenario donde se desarrolla la vida activa) han ido
mutando a través del tiempo hasta llegar a nuestros días.
Para comprender inicialmente que se considera como
Esferas Publica y Esfera Privada es imperativo comprender uno de los puntos
clave: ¿Es el hombre un animal social o político? Es más ¿Qué se entiendo por
social y que entendemos por políticos? Consideradas estas como preguntas
ordenadoras, Arendt nos dirá que la vida humana no puede considerarse aparte de
los demás, lo que la hace tal es sin duda que las existencia de los hombres esta
interconectadas. De tal forma que el hombre no puede existir separado de sus
semejantes, porque tal condición es la que hace de él un ser humano. Solo,
fuera de la comunidad, el hombre deja de ser tal para convertirse en una
animal. Y las acciones que lleve a cabo también carecerán de significado dado
que es el contexto en el cual se encuentra (la comunidad) la que le da el
cariz. De tal manera que un hombre laborando solo o al margen, no es un homo
faber, sino un animal laborans. Por lo tanto, es obvio que el hombre es un
animal social, una entidad que, sin duda, encuentra su identidad en la medida
que se relaciona y diferencia de los otros. Solo los dioses creadores
(demiurgos) que agotan sus fuerzas al
actuar, son los únicos que pueden mantenerse al margen. Por lo tanto, sin duda alguna, el hombre es
un animal social. Pero esta no es los únicos rasgos capaces de definirle, hay
otro aspecto que le da el cariz y que hace imperativa su necesidad de estar
entre otros o que, sin duda, es consecuencia de estar en comunidad: el hecho
político.
El hombre por lo tanto un ser de condición dual,
condición que originalmente se encontraban ubicadas en esferas diferentes: la
pública y la privada. Por la primera se entenderá aquella esfera que está a la
vista de todos y es accesible, por la segunda será aquella oculta y privada. La
primera estará signada por algunos elementos claves, sobre todo marcada por la
etiqueta de lo político. La esfera privada recibirá, en la concepción griega,
la etiqueta de lo social. Por lo tanto
desde la propuesta clásica, el hombre posee esa doble condición es tanto un
animal social, como un animal político; y puede llevar a cabo estas acciones
porque posee la capacidad de saltar las brechas entre ambas esferas.
Arendt nos confirma esto cuando nos dice “… Según el
pensamiento griego, la capacidad el hombre la organización política no es sólo
diferente, sino que se hallan en directa oposición a la asociación natural cuyo
centro es el hogar (oikia) y la familia. El nacimiento de la ciudad-estado
significó que el hombre recibía Además de su propia vida, una especie de
segunda vida, su bios politikos. Ahora todo ciudadano pertenece a dos órdenes
de existencia, y hay una tajante distinción entre lo que es suyo (idion) y lo
que es comunal (koinon)[2]”
por lo tanto no quedad duda de que el hombre posee una doble naturaleza.
Ahora bien ¿qué consecuencias o que implicó para el
hombre la existencia de esta dualidad? ¿Qué ventajas le aporto? Primero trajo
una consecuencia significativa: el hombre debía buscar una forma de dividir y
reducir el tiempo que pasaba en una esfera para poder subsistir en la otra;
especialmente cuando de una dependía el contexto en el cual se desenvolvía y
sobre todo la existencia en general. De esta forma tuvo que buscar un medio para
satisfacer sus necesidades y a la vez ser suficientemente libre para afectar la
otra esfera. A la larga tal interrogante será resuelta a través de la
esclavitud. La otra cuestión se responde de la siguiente forma, al verse
obligado a participar en la vida de la polis, el hombre tendrá que valerse de
una serie de recurso siendo el mas importante el poder del discurso. Este no se
entiende únicamente como la exposición de grandes ideas, sino que como la
capacidad de, tanto con el verbo (lexis) como con la acción (praxis) inducir al
prójimo a actuar y sin duda a alterar la realidad del contexto en el cual se
desenvolvían. De esta forma situación se puede entender que la polis dio como
origen una dinámica que le era intrínseca y es la política, la cual se entenderá
como la capacidad que tendrá el hombre de conseguir el consenso y mover a la
acción a través del discurso, la persuasión y el manejo correcto de los
tiempos. Nos dirá Arendt “… Ser político, vivir en una polis, significaba que
todo se decía por medio de palabras y de persuasión, y no con la fuerza y la
violencia[3]”.
Por lo tanto el discurso es un elemento inherente a la esfera pública.
Ahora ¿Qué caracterizaba a la esfera privada según el
pensamiento clásico? Para responder esta interrogante debemos comprender que la
organización primigenia es, en mayor o menor medida, la familia la cual se
asocia con una finalidad: la supervivencia. Luego cuando esta familia está
consciente de su fragilidad en soledad, de que es incapaz de conseguir metas
más altas por su cuenta, se colude con otras o se asocia para alcanzar un fin
mayor. A esta asociación se le conoce como sociedad. Por lo tanto, no es raro,
que los clásicos vincularan la naturaleza de lo privado con lo social.
Comprendido esto pasamos a considerar o a revelar cuál es el rasgo clásico de
la vida privada para los clásicos: pues sin duda la violencia ¿Por qué? En la
vida privada, que busca la supervivencia y la satisfacción de las necesidades
que nos condiciones, el consenso queda de lado. El poder debe imponerse y no se
puede llegar a él por la vía de la persuasión. Por último, dado que la sociedad
es previa a la organización política, es lógico que se valga de un principio
pre-polis como es la violencia; fenómeno que no tiene cabida en la organización
de la polis, porque la violencia solo se puede llevar a cabo entre dos que no son iguales.
“… Para el modo de pensar griego, obligar a las
personas por medio de la violencia, mandar en vez de persuadir, eran formas
prepolíticas para tratar con la gente cuya existencia estaba al margen de la
polis, del hogar y de la vida familiar, con este tipo de gentes en que el
cabeza de familia gobernaba con poderes despóticos e indisputados[4]…”
así pues queda claro cuáles son los rasgos y las etiquetas que, desde el mundo
clásico, diferencias a ambas esferas. Contexto que los hombres con tiempos
debían de salvar y donde las formas de proceder diferían de forma
significativas.
Ahora bien, comprendida la diferencia entre estas
esferas no queda claro, y bien definida,
la diferencias entre las dos esferas que a su vez fungirán como contextos para
el devenir de la vida activa. Por último Arendt concluirá de forma sumamente
inteligente, que a su vez nos señala, con claridad meridiana, la diferencia
entre una y otra esfera.
“… No sólo en Grecia y en la
polis, sino en toda la antigüedad occidental, habían tenido como la evidencia
misma de que incluso el poder del tirano era menor, menos perfecto, que el
poder con el que el paterfamilias, el dominus, gobernaba a su familia y esclavos.
Y esto no se debía a que el poder del gobernante de la ciudad estuviera
equilibrado y contrarrestado por los poderes combinados de los cabezas de
familia, sino a que el gobierno absoluto, irrebatido, y la esfera política
propiamente hablando se excluían mutuamente[5].”
Para concluir queda claro que las esferas públicas y
la privada eran dos esferas totalmente diferentes, que en gran medida, se
diferenciaban una de la otra por los elementos con los cuales condicionaban la
vida del hombre. Y que, a su vez, se caracterizaban por: la vida pública la
persuasión, el discurso y la acción que daban origen a lo político y que era
necesario para coordinar las acciones entre los ciudadanos y paterfamilias
quienes eran iguales. La vida privada,
que en mayor medida se caracterizaba por la violencia y la asociación para
conseguir paliar las necesidades y subsistir a través del tiempo.
II.
La polis y la Familia.
Comprendida la diferencia y las categorías que
caracterizan a las esferas, pública y la privada. Nos interesas ahora
comprender como la esfera de polis se interrelaciona con la esfera privada o de
la familia. En el mundo actual, la ultima se considera como la base fundacional
de la sociedad, y no podría estar más en lo cierto. Arendt nos dice “…el
conjunto de familias económicas organizadas en el facsímil de una familia
superhumana es lo que llamaos sociedad, y su forma política de organización se
califica con el nombre nación[6]…”
pero visto de esta perspectiva nos interrogamos ¿Qué caracterizaba aparte de la
violencia y la subsistencia a la familia? Dado que esta era producto de la
necesidad que tenía el hombre para sobrevivir y satisfacer sus necesidades
físicas, la familia para el contexto clásico griego del cual parte Arendt se
caracteriza por el quehacer económico “… cualquier cosa fuera económica en
relación a la vida del individuo y a la supervivencia de la especie, no era
política, se trataba por definición de un asunto familiar[7]...”
por lo tanto lo que diferencia a la esfera domestica de aquella que es publica,
es que en ella los hombres viven juntos en pro de la exigencias y las
necesidad. Si bien el fin sigue siendo la vida, las condiciones o el fin último
de esta existencia se devoran a sí misma. La vida privada o domestica es un
terreno donde el hombre, aun el paterfamilia, es presa de las necesidades por
lo tanto es una esfera donde no existe libertad.
Pero a pesar de esta naturaleza podemos ver que “…la esfera de la polis, por el contrario, era
de la libertad, y existía una relacione entre estas dos esferas, ya que
resultaba lógico que el dominio de las necesidades vitales en la familia fuera
la condición para la libertad de la polis[8]….”
Que una esfera no podía subsistir sin la
otra. Pero con el tiempo sucedería una inversión de la misma producto del devenir
histórico, pues con el paso del tiempo, a raíz del cristianismo y la edad
media, la libertad cambia y lo público y privado se ve severamente trastocado
“… En todos estos casos, la libertad (…) de la sociedad es lo que exige y
justifica la restricción de la autoridad política. La libertad está localizada
en la esfera de lo social, y la fuerza o violencia pasa a ser monopolio del
gobierno[9]…”
lo presente no es más que un claro ejemplo como ambas esfera fueron destruidas
o trastocadas de formas significativa a través del tiempo, cosa que no coincide
con el pensamiento clásico para el cual la política y la libertad estaban en la
participación. La violencia era ruptura de lo político y por ende, una cuestión
privada.
Siguiendo con la disertación sobre la diferencia entre polis y familia podemos ver
que, Arendt, nos dice que otro punto que las diferenciaba es que en la familia
no había iguales, por lo tanto la violencia era algo permitido, ya que esta,
era una forma de organización pre-política. Mientras que tal fenómeno en la
polis no tenía cabida. La coacción era innecesaria pues sin duda en la polis
solo se encontraban seres iguales. La violencia entonces es un símbolo
primitivo y privado, y con ella la capacidad de mandato sobre otros, lo cual
nos revela lo restrictiva que era la esfera familiar cuando Arendt nos dice que
para los griegos “… Ser libre significaba no estar sometido a la necesidad de
la vida ni bajo el mando de alguien y no mandar sobre nadie, es decir, ni
gobernar ni ser gobernando[10]…” pero frente a este aseveración surge la duda:
¿Si en la esfera pública y política es donde se encontraba la libertad, como se
podía hacer política o llevar a cabo el poder si las relaciones de dominación
son opuestas a la concepción de libertad? Sencillo, porque los griegos y, sin
duda alguna, Arendt no están comprendiendo el fin de la organización política a
través del conceso y el dialogo.
Ahora bien, esto no pervivió a través del tiempo, pues
con el fin del mundo Romano, y el auge de la iglesia Católica y Universal,
estos parámetros se dejaron de lado. El ser humano deja de formar parte de una
sociedad a nivel micro, deja de ser ciudadanos, para estar hermanado a través
de la institución universal que era la iglesia. Esta idea trascendería de tal
forma hasta la llegada del renacimiento, donde el descubrimiento de lo clásico
obligaría a una revisión de este modelo que se diversificaría y mutaría de
forma considerable en la Edad Moderna. Tal como nos dice la autora “… En el
Mundo Moderno, las esferas social y política no es más que una función de la
sociedad, que acción, discurso y pensamiento son fundamentalmente
superestructuras relativas al interés social[11]…”
¿Cómo `podemos entender este cambio de signo? Sencillo
en la Edad Media, las concepciones religiosas y la idea del bien común, dieron
al traste con el pensamiento comunitarito que imperaba en la polis, al
considerar que solo el individuo tenia interese en común, y que cada quien
debía de buscar su propio fin, siendo el último de todos la búsqueda de la salvación,
pero para que el hombre tuviese la posibilidad de atender sus asuntos de
subsistencia se hacía necesario que uno, entre todos ellos, asumiera los
asuntos que son públicos, en otras palabras sacrificara su libertad de hacer y
salvación en pro de aquello que era de interés común. Por lo tanto a partir de
este punto la esfera privada se volvería
exclusiva, la esfera pública un lastre donde se sacrificarían unos pocos y aquel punto medio entre esfera y esfera,
una espacio perdido en el vacío. La política como conceso desapareciera para estar supeditada a los
lineamientos dictados desde la esfera privada. Participar en la política se
volvió en algo peligroso, donde vida y alma se ponían en riesgos, por lo tanto
se hacía necesario tener valor. Esta
característica se volvería una virtud política inequívoca.
Por ultimo nos dirá la autora que, para el pensamiento
griego y sobre todo Aristotélico, el participar en política era una especie de
buena vida puestas en esta se había trascendidos y dominado las necesidades, se
había trascendido las esferas de lo meramente biológicos. Esto a su vez marcaba
la diferencia entre ambas esferas y sin duda también daba pie para comprender
la articulación entre estas dos realidades. Por lo tanto podrá concluir lo
siguiente “…Sin dominar las necesidades vitales en la casa, no es posible la
vida ni la buena vida, aunque la política nunca se realiza por amor a la vida.
En cuanto los miembros de la polis, la vida doméstica existe en beneficio de la
gran vida de la polis[12]…”
de esto podemos concluir que la política y la participación en la misma, es
producto de un proceso dialectico entre el dominio de la vida material
expresada en la esfera privada, y la vida publica que es política. Para los
griegos esto era solo posible a través de una fuerte vida privada que le
permitía tener las bases materiales cubiertas para trascender a la pública y
con ella alcanzar la realización y la verdadera vida que era la pública, en la
cual el hombre era verdaderamente libre entre sus semejantes.
III.
El Auge de lo Social
Para comprender la idea del Auge de lo social debemos
tomar en cuenta o partir de la idea de que, originalmente, privado hacia
alusión a lo privativo o aquellos de lo cual el hombre se excluye. De tal
manera que, desde la perspectiva antigua, lo privado era igual a estar aislado.
Con el tiempo, como ya se ha dicho, esta concepción, junto a otras provenientes
de la antigüedad, sufrieron un cambio significativo durante la edad Media y
luego en la edad moderna. Desde este punto Arendt nos dices “… El hecho
histórico decisivo es que lo privado moderno en su más apropiada función, la de
proteger lo íntimo, se descubrió como lo opuesto no a esfera política, sino a
la social, con la que sin embargo se halla más próxima y auténticamente relacionados[13]…”
de esto podemos concluir que en el pensamiento Moderno aquello que es
político se mantendría separado de lo
privado, y esto último que estaba marcado por aquello que era social será
dividido en dos, siendo social aquello que es relativo a lo común y ajeno al
individuo. Esta concepción fue necesaria pues los poderes de aquel momento, que
eran sin duda absolutos, estaban cada vez más, minando los asuntos privados de
los hombres. Se hacía, por lo tanto, necesaria, una clara división entre estas
esferas.
Por último, el hecho de que el hombre se enfocase más
en esta división permitió el auge del Estado Moderno y la concepción de que la
política como un escenario uno y mínimo que debía garantizar ciertas
condiciones para que el hombre pudiese florecer en el ámbito privado. Sobre esta idea ira cabalgando la burocracia
y el Estados Moderno, el cual a su vez condicionara algunas conceptos como la
libertad y la igualdad a la par de ir minando lo político. Atrás quedara la
relevancia que este poseía, como fuente
de libertad, organización y grandeza. Pero sobretodo quien sufrirá más será la
Acción, que terminara sustituida por la conducta y la política como un negocio
deleznable.
Esta debilidad, este condicionamiento dará al traste
con la política entendida como consenso y la persuasión a través del discurso.
Poco espacio habrá para los grandes hombres, pues la definición tan rígida,
pero a su vez tan pervertida, de las esfera dará pie para un política uniforme
y mediocre. Una política mundana y tangible será el espíritu imperante, gracia
a esto Arendt nos dirá “… Y esta interpretación psicológica , para la que la
ausencia o presenciad e una esfera pública tan inapropiada como tangible y
mundana realidad, parece más bien dudosa debido a que ninguna actividad pueda
pasar a ser excelente si el mundo no le proporciona un espacio adecuado para su
ejercicio. Ni la educación, ni la ingeniosidad, ni el talento pueden reemplazar
a los elementos constitutivos de la esfera pública, que la hace un lugar propio
para la excelencia humana[14]…”
Podemos, frente a esto, comprender entonces que el
auge de lo social y la subsecuente división de lo político y lo privado, dio al
traste con la percepción de la política como un escenario donde la vida está en
riesgo, y donde el hombre por el discurso, por la acción era capaz de grandes
obras. La política como un arte noble que ensalza al hombre ha quedado atrás,
más como una sacrificio supletorio de algunos en pro del resto y sus labores
privadas. El auge de lo social fue el fin de la política y la oportunidad que
esta brindaba para la excelencia.
IV.
La Esfera pública: lo común.
A pesar de lo expuesto caber preguntarse ¿Qué entiende
Arendt por lo público? Por ello entiende “la palabra público significa dos
fenómenos estrechamente relacionados, si bien no idénticos por completos. En
primera lugar significa que todo lo que aparece en público puede verlo y oírlo
todo el mundo tiene amplia publicidad posibles[15]…”
por otro lado “… en segundo lugar, el término publico significa el propio
mundo, en cuanto es común a todos nosotros y diferencia de nuestro lugar
poseído privadamente en él. Este mundo, sin embargo, no es idéntico a la Tierra
o a la naturaleza, como el limitado espacio para el movimiento de los hombres y
la condición general de la vida orgánica. Más bien está relacionado con los
objetos fabricados por las manos del hombre, así como los asuntos de quienes
habitan juntos en el mundo hecho por el hombre[16]…”
por lo tanto la ultima acepción o mejor dicho la segunda nos dice que lo
público es aquello que el hombre ha creado a través de su trabajo en conjunto;
por lo tanto es un mundo en común a todos los hombres. Esta concepción en el
mundo clásico tendrá muchos problemas para ser comprendida, será través de la
religión donde el mundo en común, con ciertas excepciones podrá establecerse, y
luego a través de la participación política. Pero en el sentido estricto la
concepción de común en un sentido verdaderamente extenso vera luz en las
concepciones del cristianismo primigenio, el cual a través de Cristo y la
Iglesia hermanará a la humanidad.
Pero ¿Qué características poseía este universalismo?
Pues en ellas había un carácter o pretensión universalista que rompería con la
comunidad a menor escala y lo político. Pues el cristianismo tendría como punto
de apoyo las concepciones de tipo no política “… El carácter no publico y no
político de la comunidad cristiana quedó primeramente definido en las
exigencias de que formara un corpus, un cuerpo, cuyos miembros estuviesen
relacionados entre sí como una misma familia[17]…”
esta uniformidad daría fin a las concepción políticas y a la necesidad del
conceso. Además de que una visión desde un perspectiva familiar anula o da un
cariz de privado a lo que otrora fuese público. A pesar de que hubo en cierta
medida organización el espacio público, como un espacio deliberativo para la
búsqueda de la grandeza, tal como ya se explico, quedaba minimizado, las
concepciones cristianas veían como esta búsqueda de fortuna y gloria, en esta
búsqueda de la excelencia la marca del pecado del orgullo.
El fin de la esfera pública en la Edad media tendrá su
razón de ser en el hecho de que el cristianismo, con su escatología,
consideraba a este mundo como finito. Con el apocalipsis a la vuelta de la
esquina, lo único trascendente era la búsqueda de la salvación. La política y
aquello que fuese común y construido en común, perdía relevancia cuando lo
contrastábamos con la imperiosa necesidad de salvarse a través de la
contemplación. La búsqueda de
inmortalidad, de la grandeza era nimia frente
al fenómeno cierto de entrar al reino de los cielos.
Para la edad moderna la cuestión sería diferente. La
esfera pública estaría severamente afectada por la presencia del auge de lo
social que se verá comprendida únicamente como la administración de aquello que
es público. A la par de la necesidad de ser admirado, la cual será vista en
gran medida como un rasgo propio de la vanidad. A la larga, con el desarrollo
de las técnicas científicas y la búsqueda de la objetividad, lo público como
aquello que es común se volverá un tópico controvertido. Ya que la visión o
experiencia de cada quien es, en sí misma, un fenómeno subjetivo, por lo tanto
aquello que es real y común en estas condiciones queda supeditado a las
diferentes percepciones de los hombres, por lo tanto se crea una gran
incertidumbre sobre aquellos que es común y real.
A estos Arendt dirá “… En ambos caso, los hombres se
ha convertidos en completamente privados, es decir, han sido desposeídos de ver
y oír a los demás, de ser visto y oídos por ellos. Todos están en la
subjetividad de su propia experiencia singular, que no deja de ser singular si
la misma experiencia se multiplica
innumerables veces. El fin del mundo
común ha llegado cuando se ve sólo bajo un aspecto que le permite presentarse
únicamente bajo una perspectiva[18].”
¿Qué nos plantea aquí Arendt? Sencillo el hombre no tiene espacio o forma de
manifestarse, ya que la publico o ha sido minado por lo social o ha sido minado
por el juego de la subjetividad. Como sea, aquello que es común está dejando de
serlo porque es un fenómenos, amplio, que esta entrado en una camisa de fuerza
que obliga a verle desde una única perspectiva.
V.
La Esfera privada: la propiedad.
Aquello que es privado, al igual que lo público posee
dos acepciones. Una en un sentido estricto y literal hace alusión a lo
privativo y la privación. Desde una perspectiva puede ser vistas como privarse
del mundo que es común. La otra acepción, mucho más moderna y sin duda alejada
del pensamiento clásico nos dice que lo privado trabaja en función a la
protección. Protección de la vida personal de aquello que es público; de la
vorágine de la realidad. Esta ultima acepción tiene gran pensó, especialmente
en los tiempos de la producción en masa y la comunicación que ha abrumado al
ser humano.
Ambas acepciones tienen en común, aparte de su
vinculación con la vida pública, la necesidad de poseer algo que asegure la
pervivencia a través del tiempo. Así pues, la propiedad se vuelve un punto
clave hasta para participar en los asuntos que son políticos. La propiedad
privada entonces pasa a ser clave, porque lo privado y la posesión le permiten
al hombre poseer los medios de subsistencia para participar.
A su vez también le condiciona de tal manera que, dado
que es un elemento clave para la existencia humana, el poseer se vuelve rasgo
condicionante de la humanidad. Por lo tanto aquel que no tiene un sitio propio
deja de ser humano, deja de ser libre. Tomando en cuenta que la verdadera
libertad se encuentra fuertemente vinculada con la capacidad de trascender la
necesidad, tener cubiertas implica en gran medida que se es libre. Pero
curiosamente Arendt nos plantea que poseer no nos hace necesariamente libre,
pues cuando aquel que es propietario, en gran medida, optar por ampliar su propiedad
privada en vez de valerse de esta para participar en la vida política, comienza
a hacerse esclavo por mediación de la necesidad de acumular.
Este elemento le da a aquello que es privado y a la
propiedad una vertiente realmente significativa. Pues queda claro que la esfera
privada y su manifestación más clara, la propiedad conforman una serie de
elementos que son claves que, en conjunto con la esfera pública conforman el
verdadero contexto en el cual puede desenvolverse el devenir político del
hombre. Por último Arendt dará cuenta de que hay que separar la concepción de
lo que es propiedad privada y la riqueza, una no es inherente a la otra, y la
ultima no es trascendente, es más es un limitante, cuando tratamos de
comprender el fenómeno de la participación política.
VI.
Lo social y lo privado.
En este punto Arendt nos dice “… lo que llamábamos
antes el auge de lo social coincidió históricamente con la transformación del
interés privado por la propiedad privada en un interés público. La sociedad,
cuando entró por vez primera en la esfera pública, adoptó el disfraz de una
organización de propietarios que, en lugar de exigieron el acceso a la esfera
pública debido a su riqueza, pidió protección para acumular más riqueza[19]…”
por lo tanto lo social coincide con el fenómeno del auge de las concepciones
liberales y los frenos a las monarquías. Pero sobre todo es un claro ejemplo de
cómo la propiedad y lo privado se separaron en pro de lo social. Pero sobre
todo como la relación entre las diferentes esferas de la realidad se desmembró
producto del proceso productivo. De lo que tratabas esto, o el verdadero anhelo
de esta sociedad era alcanzar la riqueza, que originalmente autores liberales
plantearan como una riqueza común, pero la riqueza, al igual que la labor, se
consume a sí misma, y por lo tanto el intento de alcanzar una prosperidad que
cubra a todos es una carrera fútil.
Con el avance de la edad moderna, la
propiedad perderá su cariz mundano localizando en la propia persona. Este
podría asignarle un valor y a la larga podría enajenarla. Esta concepción
garantiza la posibilidad del hombre para proveer por sí mismo, pero a la vez
restringe su libertad, y lo condiciona de tal manera que corre el riesgo de ser
cosificado por los demás. En este punto la esfera privada se ha disuelto,
porque al estar la propiedad en el hombre como tal es imposible que esta exista
para alejarse de aquello que es público y social. También deja esta de ser un
oasis de los eventos que se han desencadenado. Al no existir la esfera privada
su contraparte, la pública, pierde significado. La solución a este dilema esta
en el hecho de que se ha descubierto la intimidad como un solaz frente a lo
común. Pero poco aporta, en un mundo donde los asuntos privados se han
desvanecido y donde cada vez más, la gente se incorpora al proceso productivo
al aportar su fuerza de trabajo. Lo privado se vuelve en gran medida producto
inherente de la satisfacción de la necesidad y del momento donde nos
reguardamos, sin existo, del proceso productivo. Pero privado como libertad y
seguridad han quedado atrás.
VII.
El lugar de las actividades humanas
Arendt ya ha disertado sobre las diferentes esferas,
tanta la pública como la privada. La primera se entenderá como aquello que es
visible y debe ser visible para ser público. La privada como todo aquello que
debe estar oculto como contrapuesto a lo público. En este punto del capítulo
Arendt usa el ejemplo de la bondad como un acción que tiene consecuencia en lo
público, pero que debe permanecer en lo privado porque si no pierde efecto;
sustancia o significado. Pero también es
claro ejemplo de que a pesar del cariz de alguna de las dos esferas, la
actividad humana no se restringe a una, sino que puede trascender a ambas,
estando también en un punto medio.
Dirá al final, donde se encuentra el postulado del
capítulo. “… Hemos elegido el ejemplo extremos de realizar buenas obras,
extremo porque esta actividad ni siquiera se encuentra en su elemento en la
esfera de lo privado, con el fin de indicar que los juicios históricos de las
comunidades políticas, por los que cada uno determinaba que actividades de la
vita activa debían mostrar en público y cuáles tenían que ocultarse en privado,
pueden tener su correspondencia en la naturaleza de estas mismas actividades.
Al plantear este problema no intento un exhaustivo análisis de las actividades
de la vida activa, cuya articulaciones han sido cuidadosamente despreciada por
una tradición que la considero fundamentalmente desde el punto de vista de la
vida contemplativa, sino procurar determinar con cierto grado de seguridad su
significado político[20]…”
de esto se desprende que, las
actividades de la vida activa no están condicionadas o pertenecen, sin importar
el momento histórico, a una sola esfera, sino que las acciones se condicionan a
sí misma en la medida que se ejercen, por lo tanto está en su esencia e
intencionalidad la raíz de su cariz.
Por lo tanto, juzgar un fenómeno y relacionarlo con
alguna de las esfera no es tanto un acto de de índole histórico o
fenomenológico sino de la sustancia detrás del mismo fenómeno. La vida activa,
por lo tanto, como producto se condiciona y abarca, sin remedio alguno todas
las esfera de la existencia humana y por
lo tanto de su condición.

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