La condición humana / Hannah Arendt
Hannah Arendt, pensadora del siglo:
La
instrucción que nos da Manuel Cruz al libro “La condición humana” de Hannah
Arendt parte diciendo que la autora es difícil de encasillar en las escuelas
sobre filosofía pero que, a pesar de no ser encasillable logra una comprensión
acerca de la vida, la muerte, el absoluto que se halla dentro de lo político,
de lo histórico.
Rahel
Varnbagen: vida de una judía, es uno de los primeros textos de Hannah Arendt
donde expone la categoría “Paria” donde su significado va más allá que un
apátrida, es un outsider. La biografía de Rahel puede, hoy en día, ser
utilizada como una forma de describir el comienzo de Arendt, donde en esta obra
profunda y subjetiva surge su pregunta ¿Cómo es posible vivir en el mundo, amar
al prójimo, si el prójimo -o incluso tu mismo- no acepta quién eres? Podemos entonces ver claramente cómo surge
este viaje que desarrollará en cada una de sus obras Hannah Arendt, en su
búsqueda de identidad, que como dice Manuel Cruz, solo podrá ponerle fin la
muerte.
Dentro
de sus textos se puede percibir parte de la herencia Kantiana como las
preguntas ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué ha sucedido? ¿Cómo ha podido suceder? Y con ello da un alcancé al totalitarismo,
que va más allá de un fenómeno histórico, sino que también poseerá un alcancé
filosófico. En el libro de Hannah Arendt sobre el Totalitarismo describe que el
totalitarismo viene dado por el protagonismo que hay en las masas, el cual
tiene una experiencia particular, lo que lo hace característico del mundo
contemporáneo. Describe entonces que una
característica que surge dentro del totalitarismo será que todo se presenta
como político (jurídico, económico, científico, lo pedagógico), por lo tanto
dentro del totalitarismo se desarrolla todo como público, como también la
soledad, entendiendo la misma como la ausencia de identidad en relación con las
personas, donde se da un desarme de la vida privada (algo parecido a lo que
plantea George Orwell en 1984). Hannah
Arendt nos dirá “comprimidos unos contra otros, cada uno está absolutamente
aislado de todos los demás”, por esta misma razón la soledad será entendida
como una soledad en conjunto, lo que hará que la vida política se complemente
con el aislamiento. Dentro del
totalitarismo todo es posible, siendo consecuencia el aislamiento de la causa del
no actuar de las masas, desarticularlas, buscando así el totalitarismo, no la
dominación sobre los hombres sino la implementación de un sistema donde el
hombre sea insignificante a la hora de actuar, pensar, desarrollarse.
Dentro
de su texto sobre la revolución Hannah Arendt desarrolla dos revoluciones, una
buena y una mala: la Americana y la francesa. Dentro de su texto ella describe
como el poder no es la instrumentalización de una voluntad ajena para los
propios fines, sino que es una formación orientada hacia un entendimiento.
Dentro
del texto La condición humana, Hannah
Arendt logra dejar exponer como la esfera pública está vinculada al
individualismo, donde aquí el hombre podrá mostrar quién es realmente, por lo
tanto la autora entenderá la vida política como una disciplina que buscará
conducir una vida buena y justa en la polis.
Al
comenzar el texto de Hannah Arendt (como veremos más adelante en el capítulo I)
describe la separación entre el hombre y la naturaleza, entendiéndola en tres partes:
Labor, trabajo y acción, tres actividades fundamentales para el hombre. La
acción podemos verla como la separación con la naturaleza ya que es aquí donde
el hombre desarrolla su capacidad de ser libre, entendiendo la libertad para
Arendt como la capacidad para trascender y comenzar lo nuevo, por ende el
hombre solo transciende a medida que actúa. Por otra parte la labor la describe
como aquello que se refiere a todas las actividades humanas (comer, dormir,
beber) y el trabajo entonces será aquello que hace el hombre con los materiales
externos para producir objetos.
La
natalidad será el punto de partida para Hannah Arendt ya que será lo que represente el poder comenzar algo nuevo, para
poder añadir algo propio lo que hace que ningún totalitarismo pueda soportarlo.
Por lo tanto, morir representará separarse de la comunidad.
El
totalitarismo se centrará por esta razón en anular la individualidad, porque al
hacerlo suprimen la posibilidad de espontaneidad, el comenzar algo nuevo.
La
autora se mantuvo alejada de la literatura histórica a lo largo de los años ya
que explicó que toda literatura histórica no es otra cosa que la justificación
de lo que sucedió, entendiéndola como la historia que ha sido descrita por
aquellos que vencieron, por lo tanto, no habrá conocimiento histórico neutro,
“no es el actor sino el narrador quien acepta y hace la historia” afirma Hannah
Arendt.
Hannah
Arendt, nos dice Manuel Cruz, se anticipó con verdad al decir que la acción
consigue la meta que se proponía y que nunca se rindió con aquello que no
entendía, ni tampoco lo descartó sino más bien fue una autora a la que le
alimentaba el orgullo de pensar.
Capítulo I:
VITA
ACTIVA y La condición humana:
Hannah
Arendt comienza su capítulo designando tres actividades fundamentales: Labor,
Trabajo y acción, describiéndolas como fundamentales por ser condiciones
básicas en las que se ha desarrollado el hombre en la vida.
Define
la labor como la actividad correspondiente al proceso biológico del cuerpo
humano, la cual está ligada a las necesidades vitales producidas por la labor
en la tierra. Por lo tanto la condición humana de la labor será la vida misma.
El
trabajo la autora lo define como la actividad correspondiendo a lo que no es
natural, es decir, el trabajo será
aquello que el hombre desarrolla a través de lo artificial, siendo lo opuesto a
las circunstancias naturales. Por lo tanto, la condición humana del trabajo
será la mundanidad.
Por
último la autora nos dice que la acción es la única actividad que se da entre
los hombres, sin la necesidad de una mediación de algo externo (cosas,
materia), donde la condición humana de la acción será la pluralidad.
Esta
división que la autora hace están relacionada entre sí con la política, estas definiciones
de las actividades fundamentales son específicamente la condición de la vida
política.
Hannah
Arendt nos dice que la pluralidad será la condición de la acción humana, ya que
todos somos lo mismo (humanos) por lo tanto nadie es igual a nadie que haya
vivido.
Las
tres actividades que nos describe están conectadas a la condición más general
de la vida: el nacimiento y la muerte (natalidad y mortalidad). Describe entonces que la labor asegura no
solo la supervivencia individual del hombre sino que la vida de la especie. El
trabajo y lo que produce de lo artificial (lo que es hecho por el hombre) da
una especie de permanencia del hombre de la vida mortal. La acción por lo tanto
será aquella donde el hombre creará la condición para el recuerdo, para la
historia (lo político). Estas tres actividades, entonces, estarán ligadas a la
natalidad, ya que la natalidad representa el comenzar algo nuevo, de poder
actuar, por esta razón la acción estará dentro de la actividad de cualquier ser
humano, siendo esta la actividad política por excelencia, nos dice Arendt.
El
hombre es un ser condicionado, ya que al entrar en contacto con las cosas,
estas se convierten en una condición de su existencia. Por lo tanto, cualquier
cosa que entra en contacto con el hombre entra en la condición de la existencia
humana.
Se
debe entender que la condición humana no es lo mismo que naturaleza humana, y
que el total de las actividades del hombre no están ligadas a la naturaleza
humana. Es imposible analizar así, lo que es la naturaleza humana, ya que
resulta difícil, explica Hannah Arendt, determinar las esencias naturales de
nosotros mismos, ya que lograr hacer eso supondría poder salirnos de nosotros
mismos. Por esta razón nos dice la autora que la vida, natalidad, mortalidad, nunca
podrán explicar lo que somos o lograr dar respuesta a ¿Quiénes somos? Pero que
si se ha podido demostrar que seguiremos viviendo bajo condiciones terrenales,
pero que no somos simples criaturas sujetas a la tierra.
La expresión VITA ACTIVA:
Esta
expresión se encuentra cargada, nos dice la autora, de tradición, tan antigua
casi como la tradición del pensamiento político, donde se puede lograr ver en
el juicio a que se vio sometido Sócrates en relación al conflicto entre el
filósofo y la polis.
A
medida que avanzamos en el capitulo nos va explicando la forma en que Aristóteles
describe los tres modos de vida, donde excluye en conclusión a aquellos que por
alguna razón permanente o temporal no poseen la libertad. Estas tres formas
serían aquello que está dentro del disfrute de la vida, es decir, el disfrute
de los placeres corporales, aquello que es hermoso. En segundo lugar
encontraremos la vida dedicada a los asunto de la polis y en último lugar
encontraremos la vida del filósofo que se basará en contemplar las cosas
eternas, según la autora.
Ya
visto esto de manera clara, Hannah Arendt marca una diferencia con el Medioevo,
en el cual está en el Bios Politiko,
donde la diferencia está en que el bios acentuaba los asuntos humanos,
resaltando entonces la praxis, la acción que era necesaria para poder
desarrollarla. Se consideraba que ni el trabajo ni la labor eran suficientes
para poder desarrollar un bios, ya que estas solo podían producir aquello que
era útil para el hombre haciendo que el humano no pueda desprenderse de las
exigencias y necesidades humanas.
La
contemplación sobre cualquier actividad incluyendo a la acción, no es
propiamente de los cristianos, sino que su origen proviene de los griegos ya
que se puede encontrar con claridad dentro de las escrituras de Platón,
específicamente en la República, donde está visualizada la contemplación en lo
que debería ser una polis y su organización. Por esta misma razón, ese afán de
desligarse de todo aquellos terrenal y mundano, nace en la antigüedad con los
filósofos Platón, Aristóteles.
La
vita activa, será definida como la absoluta quietud, aquellos que no se traduce
en acción, ya que la belleza solo puede ser mostrada al hombre a través de la
quietud, solo cuando el hombre se encuentra en perfecto descanso de sus
acciones, por esta misma razón el desarrollo que la autora Hannah Arendt le da
a la vita activa entra en un choque con la tradición.
Eternidad e inmortalidad:
La
inmortalidad es definida por la autora como duración en el tiempo, una vida sin
muerte en la tierra, vista por los griegos a la naturaleza y a los dioses del
Olimpo. Esto desarrolla una preocupación en los griegos al verse rodeados por
lo inmortal siendo el humano mortal. Por
lo tanto, la tarea de los mortales se basará en producir cosas, es decir,
trabajos, actos, palabras, donde a través de las cosas el hombre pueda
permanecer en el cosmos donde todo es inmortal exceptuándolos a ellos mismos. Por esta razón, el hombre al
poder crear huellas imborrables, actos inmortales que pueda perdurar el
individuo puede alcanzar su propia inmortalidad.
Nos
dirá que políticamente hablando que “morir es lo mismo que dejar de estar entre
los hombres” por ende la experiencia de lo eterno será vista como una especie
de muerte, y que la única cosa que lo separa de la muerte verdadera es que no
posee final, por lo tanto esto será lo que separa enteramente a la vita activa
del pensamiento medieval de la vita contemplativa.
La
contemplación es el nombre que se le dará a la experiencia de lo eterno para
así poder diferenciarlas de las demás actitudes.
La
autora pone como ejemplo a la caída del imperio romano, donde demuestra que
ninguna obra salida de manos mortales puede llegar a ser inmortal, y de igual
manera con la caída surge el crecimiento del evangelio cristiano, donde
lograron convertir a la vita activa y al bios politiko en parte de la
contemplación que ni siquiera con el surgimiento de la Edad Moderna bastó para
llevar al olvido la lucha por la búsqueda de la inmortalidad que en un comienzo
había sido parte de la vita activa.
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