lunes, 19 de agosto de 2013

Michelle Serni. Resumen 1

La condición humana / Hannah Arendt

Hannah Arendt, pensadora del siglo:
La instrucción que nos da Manuel Cruz al libro “La condición humana” de Hannah Arendt parte diciendo que la autora es difícil de encasillar en las escuelas sobre filosofía pero que, a pesar de no ser encasillable logra una comprensión acerca de la vida, la muerte, el absoluto que se halla dentro de lo político, de lo histórico.
Rahel Varnbagen: vida de una judía, es uno de los primeros textos de Hannah Arendt donde expone la categoría “Paria” donde su significado va más allá que un apátrida, es un outsider.  La biografía de Rahel puede, hoy en día, ser utilizada como una forma de describir el comienzo de Arendt, donde en esta obra profunda y subjetiva surge su pregunta ¿Cómo es posible vivir en el mundo, amar al prójimo, si el prójimo -o incluso tu mismo- no acepta quién eres?  Podemos entonces ver claramente cómo surge este viaje que desarrollará en cada una de sus obras Hannah Arendt, en su búsqueda de identidad, que como dice Manuel Cruz, solo podrá ponerle fin la muerte.
Dentro de sus textos se puede percibir parte de la herencia Kantiana como las preguntas ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué ha sucedido? ¿Cómo ha podido suceder?  Y con ello da un alcancé al totalitarismo, que va más allá de un fenómeno histórico, sino que también poseerá un alcancé filosófico. En el libro de Hannah Arendt sobre el Totalitarismo describe que el totalitarismo viene dado por el protagonismo que hay en las masas, el cual tiene una experiencia particular, lo que lo hace característico del mundo contemporáneo.  Describe entonces que una característica que surge dentro del totalitarismo será que todo se presenta como político (jurídico, económico, científico, lo pedagógico), por lo tanto dentro del totalitarismo se desarrolla todo como público, como también la soledad, entendiendo la misma como la ausencia de identidad en relación con las personas, donde se da un desarme de la vida privada (algo parecido a lo que plantea George Orwell en  1984). Hannah Arendt nos dirá “comprimidos unos contra otros, cada uno está absolutamente aislado de todos los demás”, por esta misma razón la soledad será entendida como una soledad en conjunto, lo que hará que la vida política se complemente con el aislamiento.  Dentro del totalitarismo todo es posible, siendo consecuencia el aislamiento de la causa del no actuar de las masas, desarticularlas, buscando así el totalitarismo, no la dominación sobre los hombres sino la implementación de un sistema donde el hombre sea insignificante a la hora de actuar, pensar, desarrollarse.
Dentro de su texto sobre la revolución Hannah Arendt desarrolla dos revoluciones, una buena y una mala: la Americana y la francesa. Dentro de su texto ella describe como el poder no es la instrumentalización de una voluntad ajena para los propios fines, sino que es una formación orientada hacia un entendimiento.
Dentro del texto La condición humana,  Hannah Arendt logra dejar exponer como la esfera pública está vinculada al individualismo, donde aquí el hombre podrá mostrar quién es realmente, por lo tanto la autora entenderá la vida política como una disciplina que buscará conducir una vida buena y justa en la polis.  
Al comenzar el texto de Hannah Arendt (como veremos más adelante en el capítulo I) describe la separación entre el hombre y la naturaleza, entendiéndola en tres partes: Labor, trabajo y acción, tres actividades fundamentales para el hombre. La acción podemos verla como la separación con la naturaleza ya que es aquí donde el hombre desarrolla su capacidad de ser libre, entendiendo la libertad para Arendt como la capacidad para trascender y comenzar lo nuevo, por ende el hombre solo transciende a medida que actúa. Por otra parte la labor la describe como aquello que se refiere a todas las actividades humanas (comer, dormir, beber) y el trabajo entonces será aquello que hace el hombre con los materiales externos para producir objetos.
La natalidad será el punto de partida para Hannah Arendt ya que será lo que  represente el poder comenzar algo nuevo, para poder añadir algo propio lo que hace que ningún totalitarismo pueda soportarlo. Por lo tanto, morir representará separarse de la comunidad.
El totalitarismo se centrará por esta razón en anular la individualidad, porque al hacerlo suprimen la posibilidad de espontaneidad, el comenzar algo nuevo.
La autora se mantuvo alejada de la literatura histórica a lo largo de los años ya que explicó que toda literatura histórica no es otra cosa que la justificación de lo que sucedió, entendiéndola como la historia que ha sido descrita por aquellos que vencieron, por lo tanto, no habrá conocimiento histórico neutro, “no es el actor sino el narrador quien acepta y hace la historia” afirma Hannah Arendt.
Hannah Arendt, nos dice Manuel Cruz, se anticipó con verdad al decir que la acción consigue la meta que se proponía y que nunca se rindió con aquello que no entendía, ni tampoco lo descartó sino más bien fue una autora a la que le alimentaba el orgullo de pensar.
Capítulo I:
VITA ACTIVA y La condición humana:
Hannah Arendt comienza su capítulo designando tres actividades fundamentales: Labor, Trabajo y acción, describiéndolas como fundamentales por ser condiciones básicas en las que se ha desarrollado el hombre en la vida.
Define la labor como la actividad correspondiente al proceso biológico del cuerpo humano, la cual está ligada a las necesidades vitales producidas por la labor en la tierra. Por lo tanto la condición humana de la labor será la vida misma.
El trabajo la autora lo define como la actividad correspondiendo a lo que no es natural, es decir,  el trabajo será aquello que el hombre desarrolla a través de lo artificial, siendo lo opuesto a las circunstancias naturales. Por lo tanto, la condición humana del trabajo será la mundanidad.
Por último la autora nos dice que la acción es la única actividad que se da entre los hombres, sin la necesidad de una mediación de algo externo (cosas, materia), donde la condición humana de la acción será la pluralidad.
Esta división que la autora hace están relacionada entre sí con la política, estas definiciones de las actividades fundamentales son específicamente la condición de la vida política.
Hannah Arendt nos dice que la pluralidad será la condición de la acción humana, ya que todos somos lo mismo (humanos) por lo tanto nadie es igual a nadie que haya vivido.
Las tres actividades que nos describe están conectadas a la condición más general de la vida: el nacimiento y la muerte (natalidad y mortalidad).  Describe entonces que la labor asegura no solo la supervivencia individual del hombre sino que la vida de la especie. El trabajo y lo que produce de lo artificial (lo que es hecho por el hombre) da una especie de permanencia del hombre de la vida mortal. La acción por lo tanto será aquella donde el hombre creará la condición para el recuerdo, para la historia (lo político). Estas tres actividades, entonces, estarán ligadas a la natalidad, ya que la natalidad representa el comenzar algo nuevo, de poder actuar, por esta razón la acción estará dentro de la actividad de cualquier ser humano, siendo esta la actividad política por excelencia, nos dice Arendt.
El hombre es un ser condicionado, ya que al entrar en contacto con las cosas, estas se convierten en una condición de su existencia. Por lo tanto, cualquier cosa que entra en contacto con el hombre entra en la condición de la existencia humana.
Se debe entender que la condición humana no es lo mismo que naturaleza humana, y que el total de las actividades del hombre no están ligadas a la naturaleza humana. Es imposible analizar así, lo que es la naturaleza humana, ya que resulta difícil, explica Hannah Arendt, determinar las esencias naturales de nosotros mismos, ya que lograr hacer eso supondría poder salirnos de nosotros mismos. Por esta razón nos dice la autora que la vida, natalidad, mortalidad, nunca podrán explicar lo que somos o lograr dar respuesta a ¿Quiénes somos? Pero que si se ha podido demostrar que seguiremos viviendo bajo condiciones terrenales, pero que no somos simples criaturas sujetas a la tierra.
La expresión VITA ACTIVA:
Esta expresión se encuentra cargada, nos dice la autora, de tradición, tan antigua casi como la tradición del pensamiento político, donde se puede lograr ver en el juicio a que se vio sometido Sócrates en relación al conflicto entre el filósofo y la polis.
A medida que avanzamos en el capitulo nos va explicando la forma en que Aristóteles describe los tres modos de vida, donde excluye en conclusión a aquellos que por alguna razón permanente o temporal no poseen la libertad. Estas tres formas serían aquello que está dentro del disfrute de la vida, es decir, el disfrute de los placeres corporales, aquello que es hermoso. En segundo lugar encontraremos la vida dedicada a los asunto de la polis y en último lugar encontraremos la vida del filósofo que se basará en contemplar las cosas eternas, según la autora.
Ya visto esto de manera clara, Hannah Arendt marca una diferencia con el Medioevo, en el cual está en el Bios Politiko, donde la diferencia está en que el bios acentuaba los asuntos humanos, resaltando entonces la praxis, la acción que era necesaria para poder desarrollarla. Se consideraba que ni el trabajo ni la labor eran suficientes para poder desarrollar un bios, ya que estas solo podían producir aquello que era útil para el hombre haciendo que el humano no pueda desprenderse de las exigencias y necesidades humanas.
La contemplación sobre cualquier actividad incluyendo a la acción, no es propiamente de los cristianos, sino que su origen proviene de los griegos ya que se puede encontrar con claridad dentro de las escrituras de Platón, específicamente en la República, donde está visualizada la contemplación en lo que debería ser una polis y su organización. Por esta misma razón, ese afán de desligarse de todo aquellos terrenal y mundano, nace en la antigüedad con los filósofos Platón, Aristóteles.
La vita activa, será definida como la absoluta quietud, aquellos que no se traduce en acción, ya que la belleza solo puede ser mostrada al hombre a través de la quietud, solo cuando el hombre se encuentra en perfecto descanso de sus acciones, por esta misma razón el desarrollo que la autora Hannah Arendt le da a la vita activa entra en un choque con la tradición.
Eternidad e inmortalidad:
La inmortalidad es definida por la autora como duración en el tiempo, una vida sin muerte en la tierra, vista por los griegos a la naturaleza y a los dioses del Olimpo. Esto desarrolla una preocupación en los griegos al verse rodeados por lo inmortal siendo el humano mortal.  Por lo tanto, la tarea de los mortales se basará en producir cosas, es decir, trabajos, actos, palabras, donde a través de las cosas el hombre pueda permanecer en el cosmos donde todo es inmortal exceptuándolos  a ellos mismos. Por esta razón, el hombre al poder crear huellas imborrables, actos inmortales que pueda perdurar el individuo puede alcanzar su propia inmortalidad.
Nos dirá que políticamente hablando que “morir es lo mismo que dejar de estar entre los hombres” por ende la experiencia de lo eterno será vista como una especie de muerte, y que la única cosa que lo separa de la muerte verdadera es que no posee final, por lo tanto esto será lo que separa enteramente a la vita activa del pensamiento medieval de la vita contemplativa.
La contemplación es el nombre que se le dará a la experiencia de lo eterno para así poder diferenciarlas de las demás actitudes.

La autora pone como ejemplo a la caída del imperio romano, donde demuestra que ninguna obra salida de manos mortales puede llegar a ser inmortal, y de igual manera con la caída surge el crecimiento del evangelio cristiano, donde lograron convertir a la vita activa y al bios politiko en parte de la contemplación que ni siquiera con el surgimiento de la Edad Moderna bastó para llevar al olvido la lucha por la búsqueda de la inmortalidad que en un comienzo había sido parte de la vita activa. 

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