miércoles, 28 de agosto de 2013

WILBER ROSAL. CAPITULO I. LA CONDICION HUMANA



RESUMEN 1: INTRODUCCIÓN Y CAPITULO I
En primer lugar, es necesario resaltar que, como se ha dicho en clase, el pensamiento de Hanna Arendt no se puede encasillar dentro de alguna escuela filosófica, ya que las ideas que plantea en sus obras, son totalmente nuevas y con características propias que hacen de la autora una de las más grandes pensadoras del siglo XX. En su libro “La condición humana” se expone una breve introducción sobre los rasgos más notables del pensamiento de Arendt.
Primeramente la autora afirma que la esencia del totalitarismo radica en el protagonismo de las masas. Pero en este sentido, las masas son vistas como algo amorfo que no puede decidir por sí misma, sin ninguna posibilidad de acción. La soledad del individuo  es una característica fundamental,  ya que los movimientos totalitarios buscan esencialmente anular la identidad del hombre y sus relaciones con los otros, mediante la implantación del miedo y el terror. De esta forma, el individuo, al no estar relacionado o integrado con los demás, se vuelve impotente. En este punto, me resulta interesante la idea de “poder” que maneja Arendt, el cual no existe individualmente sino en el grupo. Se actúa entre y con los demás ya que el poder se deriva de la capacidad de actuar en común. Cuando el totalitarismo aísla a los hombres, desaparece toda capacidad de acción. Por lo tanto, las relaciones sociales es la característica primordial para que los hombres desplieguen su poder, y a su vez, su capacidad de acción.
Por otra parte, Arendt también hace un análisis profundo sobre el fenómeno de la revolución, a través del análisis de dos de ellas: la americana y la francesa. Aquí plantea que el objetivo principal de las revoluciones, debe ser la creación de algo nuevo. Esta idea está íntimamente ligada a la creación o ampliación de la “libertad pública”. En este punto, el pensamiento de Arendt se diferencia de los conceptos clásicos de revolución, los cuales toman dentro de un mismo saco tanto las cuestiones políticas, como las sociales y económicas. Para Arendt, lo político no debe mezclarse con las cuestiones socioeconómicas y por esta razón fue que, desde su perspectiva, la revolución francesa perdió el rumbo y su objetivo primordial: la libertad política.
El texto de Arendt se halla divido en tres partes: Labor, Trabajo y Acción. Estas son las tres actividades fundamentales de la Vita Activa, bajo las que se ha dado al hombre la vida en la tierra. La Labor se refiere a “todas aquellas actividades humanas cuyo motivo esencial es atender a las necesidades de la vida” tales como vestirse, dormir, comer, entre otras. El trabajo sirve a la subsistencia del individuo y de la especie, es decir, el trabajo incluye aquellas actividades en las que el hombre utiliza los materiales naturales para producir objetos duraderos. Finalmente, la Acción vincula a los hombres entre ellos a partir de la relación de pluralidad, propia de la condición humana. Es también a la vez la condición sin la cual no es posible la vida política, pero a la vez es la condición por la cual la vida política se materializa entre los hombres. En pocas palabras, la acción consiste en la interacción política, que es fundamental para Arendt.
Así mismo, Arendt basaba su pensamiento en el nacimiento del individuo y no en la muerte. Con el nacimiento empieza la capacidad de realizar un nuevo comienzo. El individuo tiene la tarea de configurar el mundo, en conexión con las demás personas. Y esto es posible mediante la acción.
Es importante resaltar que para Arendt, la “condición humana” no se identifica con la “naturaleza humana”. Arendt nos dice, que no somos capaces de definir la naturaleza humana. Podríamos estudiar “quien” es el hombre, pero “que” es el hombre es una pregunta que sólo un Dios puede responder. De ahí  que “los intentos de definir la naturaleza humana terminan casi invariablemente en la creación de una deidad, es decir, en el dios de los filósofos”. Estamos “condicionados”, pero no absolutamente, por eso “quien” somos no lo podemos explicar tampoco de una manera definitiva. Siempre es posible el cambio.

WILBER ROSAL
C.I: 20093548

No hay comentarios:

Publicar un comentario