UNIVERSIDAD CENTRAL DE
VENEZUELA
FACULTAD DE CIENCIAS
JURÍDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE ESTUDIOS
POLÍTICOS Y ADMINISTRATIVOS
SEMINARIO:
CONTEMPORANEIDAD DEL PENSAMIENTO POLÍTICO DE
HANNAH ARENDT
LA CONDICIÓN HUMANA
RESUMEN N° 4
Prof. Edgar Pérez Pereira.
Bárbara Manzanares C.I:
20.803.620
Agosto de 2013
Capítulo IV TRABAJO
El siguiente capítulo habla
sobre el trabajo, el segundo de los
elementos que se analizaran a lo largo del texto que pertenece a la vita
activa, el termino trabajo a lo largo del capítulo se abordara a través de dos
aspectos el homo faber y el animal laborans, los cuales representan a todo aquello
que puede ser percibido como labor o trabajo según su función y ejecución a lo
largo del tiempo.
En
cuando al tema de trabajo, la autora lo contempla como todo aquello relacionado
con lo material, percibido como artificial, lo cual implica la relación con los demás y su
resultado. En esta área intervienen todos los seres humanos y sus diferentes
características, la condición humana del trabajo es la mundanidad ya que en
esta interactúan todas aquellas cualidades y convenciones de la vida social,
donde la permanencia y la vida forman un aspecto característico de la misma.
El carácter
duradero del mundo
Cuando
se habla del carácter duradero del mundo la autora lo refleja como todo aquello
que no es absoluto, debido a que siempre se agota aun cuando este no sea
consumido, este artificio pertenece al proceso de la vida y de todas aquellas
cosas que interactúan en el mundo, el cual al ser agotadas entran de nuevo en
el ciclo del cual fueron sacadas y comienzan de nuevo un proceso por el cual
anteriormente fueron erigidas.
Todas
las cosas presentan cambios a lo largo del tiempo y son reemplazadas
constantemente por el cambio de las generaciones y sus avances, sin embargo lo
que el uso agota es el carácter duradero de las cosas.
Esta
capacidad de permanecer en el tiempo es derivada de su objetividad, el cual las
convierte y las hace soportar, resistir y perdurar por un tiempo determinado,
el resultado de la creación de estas
cosas tienen la función de estabilizar la vida de los hombres.
Reificación
Cuando se habla de reificación, lo podemos percibir a través
del trabajo del homo faber y el aspecto de fabricación, como toda aquella firmeza
que contemplan las cosas las cuales deben su origen al material trabajado. Esta
característica de fabricación que entra en los aspectos de la vita activa
muestra importancia en los procesos de potencial multiplicación inherente al
trabajo que amplia y permanece estable en la existencia del mundo, a diferencia
de la repetición el cual se observa en la labor.
Al hablar del proceso de fabricación, nos preguntamos ¿cómo
está determinado? Hannah Arendt nos responde que el mismo está determinado por
las categorías de medios y fin, según Marx, la cosa fabricada es un producto
final y solo representa un medio para producir este fin. Sin embargo el fin nos
aclara la autora no está determinado por el producto final, sino más bien por
la debilidad y agotamiento del poder laboral.
Tener un comienzo y un fin son los rasgos de la fabricación,
la cual mediante esta característica se diferencia de las demás actividades
humanas. El homo faber es libre de producir y realizar trabajos con sus manos,
esta capacidad le da la potestad y libertad de poder destruirlas.
Instrumentalidad
y Animal Laborans
Todos
aquellos instrumentos que son usados por el animal laborans son un reflejo y
diseño del homo faber para fundar un mundo de cosas, las cuales son creadas con
el fin de ser objetivas más no de cubrir necesidades básicas. Estos instrumentos
son importantes para el animal laborans ya que la vida del mismo se encuentra
en constante proceso, el cual lo mantienen ocupado, a través de estos
instrumentos su estabilidad y duración es más prolongada por el uso adecuado de
estos útiles los cuales asumen un carácter instrumental de función.
El
animal laborans no emplea los útiles para la construcción de un mundo, sino que
su función solo es aplicada para facilitar la labor en el proceso de vida,
estos instrumentos están relacionados con el objeto de producir, en el cual su
valor humano se ve restringido en el uso o no que se hace de ellos.
Instrumentalidad
y Homo Faber
Los
instrumentos en relación con el homo faber, son el reflejo de la palabra
trabajo y fabricación, en el cual podemos observar que el fin justifica a los
medios, en el cual se producen y se organizan. El proceso de trabajo es realizado
a través de los instrumentos que logran el producto final, este proceso se
juzga en términos de conveniencia y utilidad los cuales cubren un fin deseado
el cual es el reflejo de lo material y
necesario en la vida.
Este
mundo del homo faber y sus instrumentos refleja un mecanismo desde mi punto de
vista igual, donde solo es considerado el aspecto de uso y finalidad. La autora
nos dice que esta concepción es correcta y que una vez alcanzado el fin deja de
ser fin y pierde su capacidad para justificar los medios, organizarlos y
producirlos.
La instrumentalización
implica un desgaste de todas aquellas cosas que son justificadas como medios
para lograr el fin, representan una pérdida de valor debido a que no presentan
la reificación que proviene del trabajo. Todos estos medios que son sacados del
proceso de vida, no cumplen ni son retribuidos, es por esto que el tema de fabricación
no es más que un fin en sí mismo, y en palabras de la autora es una
independiente y duradera entidad con existencia propia.
El mercado
de cambio
El homo faber, el cual representa al constructor y
productor de cosas e instrumentos, encuentra su propia relación con otras
personas a través del intercambio, ya que los mismos siempre se han creado en
aislamiento. Esta esfera pública en el cual interviene el homo faber es el
escenario para todas aquellas actividades en el mercado de cambio, esta
sociedad es vista desde la Época Moderna o del Capitalismo, en la cual surge la
“conspicua producción” el cual es basado en el trueque y permuta. Según Marx, todas
estas personas que intervenían en la sociedad y el mercado eran considerados los
dueños de artículos básicos que representaban la necesidad y valor de cambio. Esta
concepción de los hombres y su dominio en artículos de primera necesidad
representaba la degradación de la situación de la labor en una sociedad
productora, el cual juzga al hombre no como persona sino como simple productor
para conseguir sus fines.
El valor que se le otorga a las cosas en la esfera pública,
se concede bajo la apreciación de su estimado, solicitado o despreciado, es la
cualidad que nunca puede tener en la esfera privada, y que se adquiere
inmediatamente cuando el mismo se hace público.
El mercado de cambio se realiza en un espacio público, en
el cual toda cosa obtiene un valor comercial, ya que representa un artículo de
consumo en el cual según palabras de Marx no situó la intrínseca valía objetiva
de la cosa en sí. El aspecto de valor objetivo representa las estimaciones de
la oferta y la demanda, inherentes al propio concepto de valor.
La permanencia
del mundo y la obra de arte
Cada objeto tiene su alcance en el lugar
adecuado en el mundo, es aquí donde parte la concepción de obra de arte y su valorización
en el mercado de cambio y su precio común en dinero. Las obras de arte representan
todo aquello tangible el cual su carácter duradero queda casi inalterado por
todos aquellos factores naturales. La fuente inmediata de una obra de arte es
la capacidad humana para pensar, y ser un objeto de cambio y habilidad para las
cosas de uso.
En las
obras de arte la reificación representa más que una simple transformación, es
una transfiguración, que ocurre en la naturaleza. Las obras son pensamientos que son
convertidas en cosas y no dejan de ser cosas en sí.
Los
objetos de uso, se juzgan a través de las necesidades subjetivas y los modelos
objetivos del mundo, en el cual encuentran su lugar para permanecer y
perpetuarse, de esta manera logran ser vistos, apreciados y usados.
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