UNIVERSIDAD CENTRAL DE
VENEZUELA
FACULTAD DE CIENCIAS
JURÍDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE ESTUDIOS
POLÍTICOS Y ADMINISTRATIVOS
SEMINARIO S1: EL PENSAMIENTO
POLITICO DE HANNAH ARENDT
REALIZADO POR: BÁRBARA
DELVALLE C.I:20.364.196
LA
CONDICIÓN HUMANA
CAPÍTULO
IV
TRABAJO
En éste capítulo Hanna
Arendt hace referencia al trabajo y a la diferencia que hay en el trabajo de
nuestras manos con el trabajo de nuestro cuerpo, el homo faber que fabrica a
diferencia del animal laborans que labora y a su vez mezcla. Dicho esto es por
ello que se dice que los hombres a pesar de su naturaleza cambiante, pueden
recuperar siempre su identidad es por ello que se debe considerar a la
naturaleza como algo objetivo.
Ahora bien ha quedado claro en
capítulo anterior que la labor y el trabajo no son lo mismo pero perecen
coincidir en algunas cosas importantes, como por ejemplo la labor del hombre en
cuanto al cultivo del suelo, esto parece el más perfecto ejemplo de labor,
transformándose en el trabajo aunque este parece el vivo ejemplo de que labor y
trabajo son casi lo mismo, Hanna deja claro que no es así, ya que la tierra
cultivada no es propiamente el objeto de uso con su carácter durable, no
requiere más que el cuidado de conservación; solo el homo faber se comporta
como señor y amo de toda la tierra, desde que se consideró su productividad
como imagen de Dios.
Es por ello que se dice que
el verdadero trabajo de fabricación se hace bajo una guía de algún modelo de
acuerdo con lo que se construye un objeto, este modelo puede ser una imagen
contemplada por la mente o por el boceto; mediante el cual está dicha imagen
tenga una materialización por medio del trabajo.
Hanna Arendt contempla en
este III capítulo que por medio de estas circunstancias que son de gran
importancia histórica, no son pertinentes en articulación de la vida activa; lo
que acapara nuestra atención es lo que separa todas las sensaciones corporales,
placer, dolor o deseos y satisfacciones, que son tan privadas que estas no
pueden expresarse de la manera como se quiere. Las necesidades y exigencias del
cuerpo humano van y vienen, y aunque siempre aparezcan, nunca es durante un
período de largo tiempo.Es por este motivo, que se
dice que el homo faber es señor y dueño, no porque se ha impuesto como tal en
la naturaleza, sino porque este es dueño de sí mismo, y propiamente de sus
actos.
Ahora bien, es por ello que
se dice que la poesía cuyo material es el lenguaje es quizás la más humana de
todas las artes, y el recuerdo de las musas se transforma en memoria
directamente; es decir de todas las cosas del pensamiento, la poesía es la más
próxima a él y el poema es menos cosa que una obra de arte; Arendt más adelante
hace hincapié a que la actividad de pensar es tan implacable y repetida como la
misma vida y sus procesos impregnan de manera tan íntima la totalidad de la
existencia humana.
Para finalizar este capítulo
IV, podemos decir que el animal laborans necesita de cierta ayuda del homo
faber para así facilitar su labor y calmar su esfuerzo, todo esto con el fin de
que el mundo sea lo que siempre se ha considerado que sería un hogar para los
hombres durante su vida en la tierra.
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