Universidad Central
de Venezuela
Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas
Escuela de Estudios
Políticos y Administrativos
Prof. Edgar Pérez.
Seminario: La
Contemporaneidad del Pensamiento Político de Hannah Arendt
La
Creación y Producción
Del
“artificio humano”
Alumno: Zambrano M.
Carmelo Enrique
En
su obra La Condición Humana, Hannah Arendt analiza las tres actividades del ser
humano que configuran la esfera de la vita activa: la labor, el trabajo y la
acción. No sólo resulta difícil distinguir lo que es labor o trabajo, sino que
pareciera que éste último está incluso empezando a desaparecer en su forma
“pura” como “homo faber” para dejar su lugar a un exclusiva “animal laborans”
que impregna con sus características toda la praxis humana.
Todo lo dicho por Hannah Arendt en
cuanto a la dificultad de distinguir entre labor y trabajo se pone de
manifiesto en lo complicado entre la distinción que ella propone. Pero una vez
que abordamos y penetramos sin prejuicios en sus complicados análisis, todo se
vuelve claro y fértil para nosotros: el carácter repetitivo, cíclico,
constriñente de la labor, aquejada además según ella de futilidad. El trabajo,
productor y creador de un mundo de cosas duraderas, estables y permanentes, que
nos rodean como un mundo artificioso en el cual puede habitar confiable y
seguramente el individuo humano, manteniendo, gracias a las cosas, las de su mundo,
una identidad permanente.
El concepto de trabajo está
profundamente relacionado en Arendt con el concepto de construcción del mundo.
Por el trabajo, el hombre, en este caso homo faber, fabrica la interminable
variedad de cosas cuya suma total constituye el artificio humano. Si la labor
ata al hombre a la Tierra, lo mantiene sometido y ocupado en la repetición
cíclica de la vida, según la interpretación que hace Arendt, con el trabajo, el
homo faber comienza ya a ser más propiamente humano, a realizar ésta su
posibilidad específica de producir un mundo de cosas, sin el cual la acción,
actividad fundamental del hombre, no tendría un marco de sustentación.
Las
características fundamentales de este artificial mundo de cosas que el homo
faber produce, son, la durabilidad; la utensilidad, o sea, el carácter de
objetos para el uso, la objetividad, es decir, la oposición a la naturaleza. El
artificio humano por otra parte, tiene aún una más elevada función, a través de
él, el individuo humano alcanza la inmortalidad
En efecto, en un universo en el que
todo se repite cíclicamente, en el cual ningún ser se particulariza, sino que,
en tanto que miembro de una especie y a través de ella, permanece
momentáneamente en el tiempo, el hombre es el único ser realmente mortal,
porque es el único que alcanza individualidad y que en cuanto tal individuo,
está marcado por la mortalidad. La base biológica de la vida humana, que, en un
curso rectilíneo entre nacimiento y muerte se construye una historia, está
siempre amenazada por la desaparición física del individuo.
El homo faber, para elaborar sus
productos, se enfrenta a la naturaleza, sobre la cual ejerce una violencia que
al decir de Arendt, sería inevitable: “Este elemento de violación y de
violencia está presente en toda fabricación, y el homo faber, creador del
artificio humano, siempre ha sido un destructor de la naturaleza”. Por eso es éste, el homo faber, el que actúa
como si fuese el amo y señor de la Tierra y en ésta todo estuviese a su
servicio, mientras que el animal laborans, el laborante, sometido a los ciclos
de la vida biológica, sigue siendo el siervo de la naturaleza y de la Tierra.
Cabría preguntarse si no es posible
construir el artificio humano sino de esta manera, mediante la violencia y la
destrucción que se ejercen al interrumpir los procesos naturales para producir las
cosas artificiales que constituyen nuestro entorno.
El
homo faber hace y produce, crea, nos dice, a partir de la actividad manual, y
esto mediante un proceso en el cual, a partir de un modelo ideal emplea una
serie de medios aptos para lograr un fin que no es otro que el producto
acabado, el objeto o cosa que integra la infinita variedad del artificio
mundano.
En el trabajo encontramos la admiración
ante la productividad y la sólida confianza del homo faber en la obra de sus
manos. Este individuo se ha colocado en la época moderna como un paradigma
debido a que todos los logros de la ciencia y del pensamiento moderno se
debieron al triunfo de las características de la fabricación: la precedencia
del hacer sobre todo lo demás, las nociones de proceso y desarrollo, la productividad, la creatividad, la confiabilidad
y estabilidad del producto salido de las
manos del artesano.
Para
concluir debemos mencionar que el hombre crea y fabrica desde tiempos remotos
hasta nuestros días, la atadura artificial ante la cual nos encontramos
sometidos los seres humanos, atadura que sin embargo proporciona una facilidad
en nuestro modo de vida, y que sin duda alguna la seguirá proporcionando por mucho
tiempo más.
Referencias Bibliográficas
·
Arendt H, la condición humana, Paidós.
Barcelona 1993
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