GUERRA
Y REVOLUCIÓN
(Introducción del texto Sobre la
Revolución)
Larry Tadino
El siglo XX se ha
caracterizado por la glorificación de la guerra y las “revoluciones”, y se ha
hecho uso de la violencia en sustitución de la política. La violencia no es esencia
de la política, es un medio para la política, pero no se puede constituir en un
fin en sí mismo. Si bien en la política se ejerce poder, éste también se
distingue de la violencia. El poder parte de la relación con otros, nace del
grupo, no puede ser individual, porque refiere a la capacidad humana para
persuadir, no de disuadir. “Las relaciones políticas no están sujetas al
imperio de la violencia” (desde la polis griega).
Para hacer política se
requiere libertad, y aunque tenga implícito estar liberado son cosas distintas.
Libertad, se entiende como aquella posibilidad que tienen “los hombres” (no el
hombre) de revelarse en un espacio público mediante la palabra, lo cual se
distingue de estar liberado, que es no estar atado a las necesidades. En Arendt,
la libertad es el fin de la revolución (pese a que los “revolucionarios”
califican la libertad como prejuicio pequeño burgués). Una revolución no será
justa ni injusta bajo la justificación de la necesidad, sino que el fin de la
revolución será la libertad.
“Es importante recordar
que la idea de libertad se introdujo en el debate acerca de la guerra sólo
cuando se hizo evidente que habíamos logrado tal grado de desarrollo técnico
que excluía el uso racional de los medios de destrucción” (Arendt;2006;15).
“Existe, en primer lugar,
el hecho de que la guerra total remonta sus orígenes a la Primera Guerra
Mundial, desde el momento mismo en que dejó de respetarse la distinción entre
soldados y civiles (…) La guerra total significa la negación de los postulados
fundamentales sobre los que descansa la relación entre el elemento militar y el
civil del gobierno: la función del ejército consiste en proteger y defender a
la población civil. Pues bien, la estrategia de la disuasión ha transformado
claramente el papel protector de la milicia en el de un vindicador tardío y
completamente inútil” (Ibíd;16)
En segundo lugar, a partir
de la Primera Guerra Mundial, hemos dado por supuesto que ningún gobierno,
ningún Estado ni forma de gobierno será bastante fuerte como para sobrevivir a
una derrota militar (…), independientemente de la estabilidad y la confianza
que depositen los ciudadanos en su gobierno, no se concibe que puedan resistir
al terror de la violencia desatada por la guerra moderna sobre la población
(Ibíd;17).
El tercer hecho, es la
aparición de la disuasión como principio rector en la carrera armamentista.
Como se evidencia en la política internacional, el escenario político no ha
encontrado otro árbitro que no sea la violencia, la cual no tiene como meta la victoria,
sino la intimidación, como garantía de paz (con la invención de la bomba
atómica, el desarrollo técnico se enfoca en crear armas capaces de la
aniquilación total –mutua destrucción asegurada- para amenazar logrando
disuadir y evitar la guerra). Por ello, pasamos de las guerras calientes, a las
guerras frías.
La estrategia de la
disuasión «trata, más que ganarla, evitar la guerra para la que pretende
prepararse.
Trata de lograr sus
propósitos mediante una amenaza que nunca se lleva a efecto, sin pasar a la
acción propiamente dicha» (Arendt citando a Raymon Aron; Idém).
Existe, finalmente, la
interdependencia de guerras y revoluciones, esto no es un fenómeno nuevo, bien
sea una guerra de liberación, como en el caso de la Revolución americana, o una
guerra defensiva y de agresión, como en el caso de la Revolución Francesa. Hoy
es común pensar que el fin de la guerra es la revolución y la única causa que
quizá podría justificar es la causa revolucionaria de la libertad.
Para Arendt, la victoria
será para los que comprendan el fenómeno revolucionario que tiene como fin la
libertad, en tanto que depositen su fe en la política de poder (que se engendra
en el grupo) y por consiguiente, la guerra como recurso último de la política
exterior.
De la política no se puede
hacer ciencia, ni predicciones, ni hablar de procesos. Por ende, Arendt critica
a los consejeros con aspiraciones científicas, que a su juicio, no piensan lo
que se hará, sino que aconsejan hacer la guerra, pero los acontecimientos
tienden a interrumpir los procesos y se escapan a los estadistas y futurólogos,
criticando la concepción de que “toda organización política que hayan podido
construir los hombres tiene su origen en el crimen”, porque se parte de la
concepción metafísica que de un «estado de naturaleza», que no es otro que el
de la prepolítica, el de la violencia y la antipolítica, y que olvida la
condición humana y la capacidad de un nuevo comienzo que tiene el hombre.
CAPITULO I
EL SIGNIFICADO DE
REVOLUCIÓN
Hannah Arendt
en su obra analiza la revolución
por medio de la reconstrucción de lo que ha significado o se ha
considerado movimientos revolucionarios.
Para ello busca ubicar a lo largo de los fenómenos políticos e históricos lo
que se ha considerado una revolución, en
su búsqueda aborda una serie de elementos que según sus fundamentos son
necesarios para poder identificar lo que podría tomarse como una revolución.
- Objetivo primordial la libertad política: el término de revolución solo puede
aplicarse únicamente cuando el objetivo de alcanzar la liberta política.
La idea de libertad debe coincidir con la
experiencia de un nuevo origen en la constitución de cuerpos políticos, dejando
de lado los principios de origen como la búsqueda de la justicia o la grandeza.
- La novedad; es primordial
en la concepción de lo que es revolución, está unido a la idea de que el
curso de la historia comienza súbitamente de nuevo.
Tanto la revolución americana como la francesa
estaba dirigidas en su etapas iniciales a restaurar el orden de cosas que habían
sido perturbado y violado por el despotismo de la monarquía y los abusos de un
gobierno colonial, esto con el fin de establecer las antiguas libertades, sin
embargo lograron la novedad.
- La irresistibilidad: cuando el movimiento rotatorio sigue un camino predestinado y es
ajeno a toda influencia del poder humano, ejemplo fueron los hechos de
julio de 1789 la toma de la Bastilla en la revolución francesa, donde esta
escapo al poder humano la posibilidad de detenerla ya que era algo
irrevocable tanto del poder del rey.
- La violencia: solo cuando la
violencia es utilizada para constituir una forma diferente de gobierno o
cuerpo político nuevo, cuando existe la liberación de la opresión
conduciendo a la constitución de la libertad, pero ni la violencia ni el
cambio pueden describir el fenómeno de revolución.
Precursor de
la revolución esta en Maquiavelo como figura relevante para la historia
de la revolución de la cual medito sobre la posibilidad de fundar un cuerpo
político permanente, duradero y perdurable.
Estableció elementos característicos de este
tipo de cambio como era la conspiración, la lucha de facciones, los métodos de
agitación violenta, el desorden e inseguridad esto con el fin de trastocar la
totalidad del cuerpo político para lograr su renovación por medio de la
alteración beneficiosa imaginable. De igual manera describe el derrocamiento
violento de principados y la sustitución de una forma de gobierno por otra.
- Tener un nuevo origen: suponía el comienzo de una era completamente nueva en el caso de
la revolución Francesa fue la utilización de un nuevo calendario y la
aplicación del año número uno de la revolución a partir de la ejecución
del rey y la proclamación de la república.
Las revoluciones comenzaron como
restauraciones, ya que la palabra fue tomada de la astronomía donde se
identificaba con el movimiento rotatorio de las estrellas el cual era eterno y
designando un movimiento de retroceso a un punto restablecido u orden
predestinado. Este fue el caso de la primera revolución moderna (revolución
gloriosa en Inglaterra en el siglo XVII)
donde esta palabra toma el sentido político y
buscaba la restauración por medio de la victoria.
- Generar el cambio; Arendt analizan una serie
de cambios que llegaron a considerarse como revolucionarios pero que son
descartados, utilizando los elementos que
según Arendt deben estar dentro de las características de una
verdadera revolución.
Motivación
económica; Arendt expone que en los griegos estaban familiarizados con el
cambio político y el uso de la violencia que resultaba de este sin embargo esto
no significaba que fuese revolución, ya que no existían el nacimiento de una
realidad enteramente nueva por el contrario estos eran cambios simplemente sin
llegar a generar la producción de algo nuevo.
Estos cambio políticos en los griegos eran
motivados por interese económicos como norma suprema de los asuntos políticos.
Esto se evidencia en los postulados de las formas de gobiernos que se emanaron
por los griegos como era el caso de la oligarquía, democracias cumpliendo un
proceso cíclico que era tomado desde una visión cosmología del mundo y de la
existencia del hombre.
Cambios en la cuestión social; en el
contexto de la edad moderna el hombre duda que la pobreza fuera inherente a la
condición humana, es decir inevitable y eterna como forma de distinción entre
unos pocos y los demás. Un ejemplo de ello fue la experiencia colonial en
América donde esta se constituyó una sociedad sin miseria llegando a ser
símbolo de prosperidad para el mundo, estos cambio generaron una nueva visión
del trabajo no como estado de pobreza sino por el contrario se toma como forma
de generar riqueza esto bajo pensadores como John Adams y Adams Smith quienes
constituyeron la base de la riqueza como el trabajo. Este cambio en la cuestión
social no puede identificarse como revolución.
De igual manera la cuestión
religiosa se trató de ubicar
como raíz de cualquier revolución. Esto
enmarcando el espíritu rebelde que se constituyó en la iglesia cristina
primitiva como base para la igualdad y el cambio que esta idea introdujeron en
diversas sociedades. De igual manera se trató de manjar la reforma como una
revolución, pero este se ubico como un cambio dentro de la cuestión religiosa
ya que se separaron la esfera religiosa de la secular abriendo posibilidades de
cambio en cada uno de las esferas y su autonomía.
Como conclusión la revolución
debe verse como:
- Encarnación de los mejores atributos de la
política, donde el poder de actuar en
la pluralidad y el poder de
la acción conjunta para retomar la esfera de lo público.
- El reconocimiento de la política como
dimensión de ruptura y nuevo inicio.
- La revolución debe ser el momento privilegiado de la política.
- Ni la violencia ni el cambio pueden
describir el fenómeno de revolución.
- Las revoluciones son recuperadas a partir
de su veta histórica donde Arendt retoma dos modelos: la revolución
americana, logro conserva su carácter político y el representado por la
revolución francesa, la cual sucumbe a la compasión, por su apego a la
solución de necesidades y su olvido de lo político, pasando a enmarcar las
revoluciones posteriores, donde la necesidad histórica y la cuestión
social dejan de lado la búsqueda de la libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario