lunes, 9 de septiembre de 2013

Darío Márquez- Cap VI "La Condición Humana"



Hannah Arendt: “La Condición Humana”
(Cap. VI)
La Vita Activa y la Época Moderna
El descubrimiento de América, la Reforma, y la invención del telescopio, fueron tres acontecimientos que aunque no ocurrieron en ella, determinaron la Época Moderna, sobretodo la reforma, que al expropiar las posesiones eclesiásticas y monásticas da inicio al proceso de acumulación de riqueza social.
 Con esto comenzó un lento desarrollo, de autores, científicos y exploradores, descubriendo cosas nunca antes vistas, inimaginables, que en la actualidad son familiares hasta el punto de que se llega a subestimar su valor.
Lo que hace que en la Época Moderna esté presente el hecho de  vivir en un mundo determinado por ciencias exactas y tecnología, cuya objetividad y conocimiento práctico derivan de leyes universales.
La autora en este capitulo explica como hay una enorme diferencia entre los científicos anteriores a la modernidad, que buscaban comprender a la naturaleza y buscarle explicaciones lógicas, a los post modernidad que lo que buscan es alterarla en beneficio  del hombre, ejemplo transformar la energía en masa, como la radiación.
A pesar de haber estado restringida tantos años a un pequeño grupo de especialista y eruditos, la duda cartesiana fue la respuesta a una nueva realidad en la época moderna. Ésta posee como característica principal  la universalidad, es decir el hecho de que nada, ni pensamiento, ni experiencia, pueden escapar de ella.
Descartes, con su teoría de la duda, movió los cimientos de la confianza humana de la época, sus creencias y realidades, en especial en cuanto a la duda de la realidad del mundo y de la vida humana. Este autor, sacó la conclusión de que esos procesos de duda que prosiguen en la mente del hombre, tienen una certeza por si mismos, que pueden convertirse en el objeto de la investigación en la introspección.
En la realidad la introspección, no la reflexión de la mente del hombre sobre el estado de su alma o cuerpo, sino el puro interés cognitivo de la conciencia por su propio contenido debe producir certeza, ya que aquí solo queda implicado lo que la mente ha producido por si misma. El hombre no hace frente a nadie ni nada, solo así mismo.
Creando así una teoría del yo-soy, con la cual se confirma, que mucho antes que las ciencias físicas y naturales comenzaran a preguntarse si el hombre es capaz de enfrentarse, conocer y comprender algo que no sea él, la moderna filosofía se había cerciorado de que en la introspección del hombre solo se interesa por sí mismo.
Probablemente la principal consecuencia principal de los sucesos de la época moderna, es la inversión del orden jerárquico de vida contemplativa y vida activa. Las ansias de conocer del hombre fue el motor que impulso este cambio.
El hombre necesitaba confiar en si mismo, en la creación de sus manos. No por que el conocimiento y la verdad ya no fueran importantes, sino por que sus alcances podían ser mayores mediante la acción y no por la contemplación.
Hacer y fabricar fueron las primeras actividades de la vida activa, quienes comenzaron a dotar del conocimiento que antes se obtenía a través de la contemplación, a partir de entonces, todo el desarrollo moderno, ha estado ligado a la elaboración de instrumentos por el hombre.
El abandono de todo intento de comprender la naturaleza y volverse exclusivamente hacia las cosas producidas por el hombre (homo faber) era uno de los resultados más razonables de la duda cartesiana. Esta corriente dio soporte al estudio moderno de la historia, y también a la creación de un animal artificial, el “Estado”.
El homo faber con su convicción de que el hombre es la medida de todas las cosas, llego al punto en que tuvo que caer al tocar el extremo en donde  se al hombre como un mero productor y fabricante de artículos; surgiendo así el animal laborans, revalorándose la vida humana como bien supremo, y por ende, elevando de rango de la labor en las capacidades del hombre.
La duda cartesiana origino una perdida en la fe, lo que origino que el hombre se adentrara en sí mismo y no en la esperanza de un mundo posterior, esto aunado al auge del animal laborans, llevo a la completa victoria de este último en la época moderna.
Arendt para finalizar este capítulo hace una acotación con respecto a que la  acción en la actualidad está privilegiada para algunos pocos, sin embargo el pensamiento, (hasta ahora omitido de la vida activa) es posible todavía, siempre que los hombres vivan bajo condiciones de libertad política.
También señala que esto es de vital relevancia para el futuro del hombre, ya que si a las varias actividades de la vida activa, solo se les aplica una prueba o medida referente a “estar activo”, el pensamiento pudiera superarlas, cuando no se lo esté.

Nunca está nadie más activo, que cuando no hace nada, nunca está menos solo que cuando está consigo mismo.

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