Universidad Central de Venezuela
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Escuela de Estudios Políticos y Administrativos
Seminario: La Contemporaneidad del Pensamiento Político
de Hannah Arendt
Br.
Francelina Da Costa
Sobre la revolución. Capítulo II.
En el Capítulo II, La Cuestión Social, es posible apreciar como temas principales del
mismo, el estudio elaborado por Marx acerca de la cuestión social y el hecho de
la pobreza. Inicia señalando que la vida humana está determinada por la
necesidad, a lo que se puede contraponer lo planteado en el capítulo anterior
cuando expresa que mientras que el hombre esté atado a la necesidad no podrá
ser libre. A partir de la necesidad que sentían los pobres, estos hicieron acto
de presencia en la Revolución francesa.
La pobreza, empieza diciendo, es un estado de
miseria extrema, quitando humanidad a los que se encuentran inmersos en ella; y
los ubica bajo un estado de dependencia fundamentado en la necesidad en que se
hallan. Por esta necesidad, los pobres apoyaron la Revolución francesa, lo que
a fin de cuentas fue un declive de la misma, ya que, según plantea Arendt,
estos la llevaron adelante y también cuesta abajo, puesto que la necesidad
nunca dejó de estar presente, lo que concluyó en la pérdida de fuerza del
movimiento, y a su vez, el nacimiento de una república “sin vida”. En este
punto se observa un argumento contradictorio respecto a lo expuesto anteriormente
en el texto. Conforme a lo planteado se tenía que necesidad y libertad no van
de la mano, y que una sacrifica a la otra, en este capítulo en cambio se ve
como, en la Revolución francesa, con la participación de los pobres, se
sacrifica a ambas en pro del proceso vital.[1] Pero, la necesidad del
pueblo, esa que los impulso a participar en la Revolución, fue la misma que
causó el terror y caída de la misma. Esto, entre otras cosas, porque los
objetivos iniciales habían cambiado, ya no se perseguía la libertad, sino la
felicidad del pueblo.
El momento crítico de la Revolución para la
autora, fue la transformación de los Derechos del Hombre en derechos de los sans- culottes, lo que vendría a ser el
momento de declive de las revoluciones que vendrían posteriormente. Tal momento
crítico encontró su teórico en Carlos Marx, fundamentando entre otras cosas
que, las revoluciones se ubicaban bajo la cuestión social. Para él, la
Revolución francesa fracasó porque intentó resolver la cuestión social y es que
acaso, ¿es posible que la pobreza deje de existir, que la dependencia de los
pobres por la necesidad en que se hallan desaparezca? No creo la respuesta a
esta interrogante logre ser positiva en algún momento, pues se ha visto con el
pasar de los años, que en la actualidad siguen existiendo la pobreza y la
necesidad que vuelve al hombre sumiso en determinadas ocasiones. Es por ello,
que para Marx la pobreza más que erradicarse se convirtió en una fuerza
política “de primer orden”. Esta transformación tiene para Marx su expresión en
el término explotación. “…la pobreza
es el resultado de la explotación operada por una <<clase
gobernante>> que posee los instrumentos de la violencia”[2] Para Arendt el aporte de
Marx para la liberación de los pobres fue que éste los “persuadió de que la
pobreza es en sí un fenómeno político, no natural, resultado de la escasez,
sino de la violencia y la usurpación”[3] Para explicar este
argumento se vale del argumento de la esclavitud, en la que una clase
gobernante poseía los instrumentos para obligar a la clase oprimida, de lo que
se deriva el término “conciencia de clase”. Partiendo de esto, Marx planteó que
la clase oprimida logró emanciparse y recuperar su capacidad de acción, de la
misma manera esbozó que la idea de la vida representa el bien más alto y el
proceso vital de la sociedad viene a ser la trama de la vida de los hombres. De
esta manera la revolución ya no perseguía la liberación de los hombres sino la
del proceso vital de la sociedad de la
escasez, se hace el cambio de la libertad por el de la abundancia. Derivado de
la necesidad surge la violencia, y estas se ven estrechamente unidas. Es por
ello que personajes, como Lenin, plantearon la importancia de medios como la
electrificación para el establecimiento de la libertad.
El punto más importante de lo planteado por
Marx es la relevancia que se le da a la pobreza como punto desencadenador para
salir de la opresión, puesto que si los pobres no poseen nada, no tiene nada que perder por lo que la participación
de estos en la revolución se hace más real.
Además del estudio exhaustivo que hace sobre
la tesis de Marx, Hannah Arendt se enfoca en hacer una relación entre la
revolución francesa y americana, a lo que más tarde sumará la bolchevique.
Cuando habla sobre las dos primeras lo hace con la finalidad de dejar claro lo
que las diferencia y el por qué para ella la americana cuenta con un nivel
mayor de importancia. El primer punto,
unido a lo planteado más arriba es que en los Estado Unidos no existía ni la
miseria ni indigencia que en Europa estaba presente. Conjuntamente lo que
perseguía la revolución americana no era de carácter social sino político, pues
se trataba de la búsqueda de la forma de gobierno. La principal diferencia
entre las principales revoluciones, la americana y la francesa sería que la
primera estaba orientada a la fundación de la libertad y de la creación de
instituciones fuertes y perdurables, mientras que para la francesa lo
fundamental era la liberación de la necesidad.
Otro de los puntos que se tratan en este
capítulo es el papel de la compasión en la revolución. Esta es despertada por
la situación de pobreza en que se halla los hombres de manera intensa y no la
frustración que puede tener un individuo o la ambición de otros o del conjunto
social. De la compasión surgió la palabra le
peuple, que haría referencia al pueblo bajo, no a los que hacían parte en
el gobierno, y significaba desgracia e infelicidad.
De otro lado aparece la voluntad y es inevitable tratar este punto sin mencionar la
tesis de Rousseau, y la distinción entre voluntad e interés, “…la voluntad es
una especie de articulación automática del interés. Por tanto, la voluntad
general es la articulación de un interés general, el interés del pueblo o la
nación como totalidad…”[4] Para que sea posible la existencia de una voluntad
general los hombres como individuos deben deshacerse de su ser como particular
para convertirse en un ciudadano del cuerpo político nacional del que forma
parte. Derivado de esto se ve como a lo largo de las revoluciones el interés
general o común entra en conflicto con el interés particular, volcándose en una
teoría del terror, que tendría su máxima expresión en la Revolución rusa.
Bibliografía
Arendt,
H. (2006). Sobre la revolución. Madrid: Alianza.
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