Hannah
Arendt: “La Condición Humana”
Resumen
Sintético (Cap. I)
La humanidad no
permanecerá atada por siempre a la tierra
Arendt en su obra la condición humana empieza
expresando un supuesto deseo del hombre, de escapar de su “naturaleza humana”,
para cambiar lo natural por algo hecho por el mismo. Prevé en pocas décadas el
advenimiento de la automatización, que vaciará las fábricas y liberará a la humanidad
de su más antigua y natural carga: la del trabajo y la servidumbre a la
necesidad.
En su obra, propone una reconsideración de la
condición humana, desde el punto de vista de pensar en lo que hacemos;
refiriéndose a las más elementales acciones de la condición humana, limitándose
a una discusión acerca de estas, y dejando un poco de lado al pensamiento y la
razón.
¿Vita
activa condicionante de la existencia humana?
La autora se refiere a vita activa, como tres
actividades fundamentales, que corresponden a las condiciones básicas de la
vida de hombre en la tierra, estas serian, la labor, el trabajo y la acción.
Labor es lo que hace el hombre para responder
a sus necesidades vitales, el ciclo biológico
del cuerpo humano, y la condición humana donde se desarrolla es la vida
propiamente dicha; la labor asegura la supervivencia de la especie.
Trabajo es el que proporciona un mundo
artificial de las cosas (lo no natural, lo que esta hecho por la mano del
hombre, que le concede a éste, cierta permanencia en el tiempo), la condición
humana del trabajo es la mundanidad, el mundo, las circunstancias o situaciones
que circundan o rodean al hombre.
Y la acción, es la única actividad que se da
entre los hombres sin la intervención de cosas, corresponde a la condición humana
de pluralidad, es decir, al hecho de que hay varios hombres coexistiendo en la
tierra, por ello es la condición de toda vida política. Ésta al comprometerse a
establecer y preservar los cuerpos políticos, crea la condición para el
recuerdo, trascender en la historia por así decirlo.
Cabe destacar que estas tres actividades y
sus correspondientes condiciones se relacionan con una condición humana más
general, la natalidad y la mortalidad, ya que cumplen ciertas funciones como
preservar y proporcionar sustento, pero es la acción quien tiene un vínculo más
estrecho con esta. La natalidad posee un carácter inherente de nuevo comienzo,
que a su vez posee la capacidad (por parte de los neonatos) de empezar algo
nuevo, es decir actuar.
Condición
humana y naturaleza humana ¿Lo mismo?
La condición humana abarca más que las
condiciones bajos las cuales se da la vida humana, los hombres son seres
condicionados por prácticamente todo con lo que posean interacción dentro del
mundo donde se consume la vita activa, incluyendo los artificios que éste crea,
al igual que las cosas naturales, también “auto condicionan” al hombre, ejemplo
de ello, es la producción de algún objeto.
Condición humana no es lo mismo que
naturaleza humana, simplemente por que el condicionamiento que la tierra y el
mundo le imponen al hombre, puede que sea inmenso pero no absoluto, lo que
haría casi imposible determinar que es el hombre en si.
Vita
activa y vita contemplativa
Desde los clásicos antiguos y el medioevo, se
consideraba a la vita contemplativa como una forma de existencia humana más
alta que la simple vida activa, debido a que esta, ve al hombre como un simple
habitante, y la vida contemplativa buscar hacer del hombre una imagen similar a
Dios, que trascienda el tiempo y el espacio.
Lo que creo una especie de bifurcación
teórica a lo largo de la historia, donde la vita contemplativa ve a las
actividades de la vita activa como ocupaciones, que van degenerando la más
grande ocupación humana, que precisamente consiste en no hacer nada.
Históricamente esta relación de “balanza” no
ha cambiado, por ejemplo con Marx y Nietzsche, ya que en vez de dignificar la
vita activa con todas sus actividades,
lo que se ha generado es una exaltación de una de ellas, el trabajo, sobre
todas las demás.
El propósito de la autora es hacer una
reflexión filosófica acerca de las actividades dentro de la vita activa,
intentando rehabilitarlas dentro de la ciencia política, se podría decir.
Dejando de un lado la tradición y el orden jerárquico que se venia manejando
hasta entonces.
Eternidad
e inmortalidad
Mortalidad, es lo que distingue a los hombres
de los dioses. Significa duración en el tiempo, una especie de vida sin muerte
en la tierra, esta cualidad se le da a la naturaleza y a los dioses griegos.
Los hombres en su capacidad de producir cosas
(trabajo, palabras, cosas) dejan algo inmortal más allá de su natalidad
individual. Es decir el hombre
trasciende y se convierte de cierta manera en inmortal.
Arendt nos dice que la eternidad es la
contemplación, y al realizar cualquier actividad que se realice pondrá en pausa
dicha contemplación, es por eso que la experiencia de lo eterno no se puede
transformar en una actividad.
Ella hace estas acotaciones, para luego pasar
a decir que con la caída del imperio romano (lo que demostró que ninguna obra
hecha por el hombre es inmortal) y con el surgimiento del cristianismo, se
vuelca la historia hacia una preocupación
por lo eterno (visto como una vida imperecedera).
Esto hizo que la contemplación fuera superior
a la acción, en otras palabras, se abandonara la lucha por la inmortalidad, que
alguna vez fue el núcleo de la vita activa.
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