martes, 10 de septiembre de 2013

Romulo Martinez trabajo final

La condición y el genoma humano

            Aún a riesgo de parecer injusto al confrontar a la autora con investigaciones fuera del campo de la política y originadas varias décadas después de su muerte, me pareció pertinente debido a la amplia variedad de fuentes del conocimiento con las que demostró haberse nutrido en su obra.

            Al tratar de sintetizar la moraleja que me deja el seminario, puedo aseverar que la reflexión política ha sido amplia, los seres humanos de la edad moderna, quedan en evidencia, que hemos sido alienados, el animal laborans, se disuelve cada vez más en montones de divisiones del trabajo en el sentido marxista, la contemplación como aquel modo de vida verdaderamente libre, la búsqueda de autorrealización del ser, aquel arete griego que enaltecía al hombre, ha sido arrebatado por la modernidad, ejemplo de ellos son las sectas o grupos denominados del new age, la cienciología, metafísica, etc… y el ágora se confinó a los libros y relatos en el aula de clase.

            Entonces, en lo particular coincido, con la separación en el análisis de Arendt, del hombre de la antigüedad con este ser socializado y despolitizado (en sentido arentiano) que es el hombre moderno en donde la labor, el trabajo han perdido su esencia, pasan de ser medios para convertirse en fines.

            Empero, existe una variable detrás de lo económico, social y político, que para efectos de este ensayo, la autora ha dejado de lado, ya sea de forma intencionada, por considerar que no sea de importancia o simplemente porque no era su finalidad.

            El título de este ensayo en cuanto al aspecto biológico es debido a que en mi diálogo con Hannah Arendt, trate de encontrar un desarrollo de este aspecto. Si bien, el estudio de la política dista del biológico, las teorías actuales que hablan de la política como biosfera, entorno y se adentra en términos como evolución y transformación, vincula ambas ciencias de alguna manera, aún mas cuando se trata de la “condición humana”.
           
            En mi opinión, nos diferenciamos de una lagartija, verbigracia por ese desarrollo secuencial impreso en nuestro código genético, que de antemano nos define y nos de una condición, nacer a la semana 36 de gestación y no a la cuarta por ejemplo. La vida no comienza con el nacimiento, comienza con la gestación; allí en el vientre materno, donde nuestra división cromosómica a nivel celular, nos comienza hacer humanos, es en el código, tanto fenotípico como genotípico que el hombre se asemeja y se diferencia de forma primigenia.
           
            El proyecto genoma humano iniciado a finales de la década de los 80, en donde una multiplicidad de científicos y expertos se propusieron la tarea de describir el mapa genético. Años después podemos encontrar conclusiones ciertas acerca de las caracterizaciones otorgadas por nuestros padres y sus antepasados que se van a manifestar en nosotros desde el color de nuestros ojos hasta nuestra respuesta a situaciones de peligro, es por ello que el condicionamiento no solo es ambiental, es genético, “desde el útero”, agregando en el aspecto psicológico la vida temprana, es decir la niñez, trazará nuestra conducta en la  vida adulta.

            Asociado a lo anterior, si pudiera tomar la palabra y preguntarle a la autora, sobre esa separación que plantea del hombre y la naturaleza: ¿hasta que punto puede considerarse un proceso de adaptación al ambiente?, ¿seis mil millones de seres pueden todos hacer política?, ¿contemplar?, ¿cómo resultaría viable revertir el proceso de socialización?

            El cambio y la adaptación me parecen sinónimos y la vita activa, el renacer político, en un mundo globalizado, interconectado, en tiempo real, con multiplicidad de acontecimientos simultáneos, interdisciplinario, con tantas opiniones como voces puedan ser escuchadas, creo que se debe recuperar el pensar la política y me permito decir que de una manera incluyente o mejor aún de miles de millones de maneras incluyentes con un espacio público tan amplio como el globo terráqueo en donde las nociones de labor, trabajo y acción, sea cual fuere su significado aplicado a la vida misma sea un significado consensuado y en donde el poder mas que de masas pueda ser de carácter global.


            Para culminar agrego como comentario adicional aquel concepto químico que basado en la estructura molecular, afirma que no existe en los cambios pérdidas sino transformaciones, ¿Seremos los hombres de esta época adaptaciones a esas transformaciones?

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