lunes, 9 de septiembre de 2013

Moisés Tovar Cap IV La Condición Humana

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS
ESCUELA DE ESTUDIIOS POLITICOS Y ADNMINISTRATIVOS
SEMINARIO: HANNAH ARENDT
ALUMNO: MOISÉS TOVAR 20.093.639
DOCENTE: DR. EDGARD PEREZ

HANNAH ARENDT
CONDICION HUMANA: CAPITULO IV
            En este capítulo la autora Hannah Arendt nos conversa sobre la cuestión del trabajo. Es así como ella muestra una distinción entre el trabajo que realiza nuestras manos y el trabajo que realiza nuestro cuerpo, y así mismo, diferencia el trabajo del homo faber con el del homo laborans, uno encargado de laborar y el otro encargado de fabricar.
            Es así como adentrándonos en el tema se comienzan a presentar ciertas interrogantes, y comencemos a buscarle respuesta con la autora. Es así como partimos de la interrogante de ¿Cómo es el carácter de las cosas en el mundo? En primer lugar determina la autora, que el carácter duradero de las cosas del mundo su relativa independencia con respecto a los hombres que las producen y las usan, su objetividad que las hace soportar  “resistir” y perdurar, al menos por un tiempo, a las voraces necesidades y exigencias de sus fabricantes y usuarios. Es así como pensaba Locke y coincido con el las cosas en el mundo son realizadas para que tengan una durabilidad en el tiempo, y a pesar de que pueden tener una evolución siempre se convertirán en parte de condicionamiento para el ser humano, divagando un poco pudiera pensar en un objeto como el teléfono celular que en primer momento no existía, pero a través del tiempo ha condicionado la vida de todos los individuos y en este momento difícilmente haya una persona que no tenga un objeto de esta índole. Así mismo, se me presenta otra interrogante ¿Cuál sería la función de las cosas del mundo? Dese el punto de vista, las cosas del mundo tienen la función de estabilizar la vida humana, y su objetividad radica en el hecho de que en contradicción con la opinión de Heráclito, de que el mismo hombre nunca puede adentrarse en el mismo arroyo, los hombres, a pesar de su siempre cambiante naturaleza, pueden recuperar su unicidad, es decir su identidad, al relacionarla con la misma silla y con la misma mesa. Menciona la autora que dicho en otras palabras, contra la subjetividad de los hombres se levanta la objetividad del mundo hecho por el  hombre más bien que la sublime indiferencia de  una naturaleza intocada, cuya abrumadora fuerza elemental, por el contrario, les obligaría a girar inexorablemente en el círculo de su propio movimiento biológico, tan estrechamente ajustado al movimiento cíclico total de la familia de la naturaleza.
Por otro lado tenemos que ¿Cuál es la labor más necesaria del hombre? La labor del hombre más necesario y elemental, el cultivo del suelo, parece un perfecto ejemplo de labor transformándose en trabajo. Parece así por que el cultivo del suelo, a pesar de su estrecha relación con el ciclo biológico  y su total dependencia del mas amplio ciclo de naturaleza, no deja tras de sí ningún producto que sobreviva a su propia actividad y suponga una durable suma al artificio humano: la misma tarea realizada año si, año no, transformaría finalmente el yermo en tierra de cultivo. Precisamente por esta razón, este ejemplo figura de manera destacada en todas las teorías antiguas y modernas sobre la labor.
Ahora bien la autora propone otro apartado llamado reificación, donde menciona que “la fabricación, el trabajo del homo faber, consiste en reificación.  Es así como se pone de manifestó la siguiente interrogante: ¿Qué llama la autora solidez? La solidez no es el resultado del placer o del agotamiento al ganarse el pan con el sudor de la frente, sino de esta fuerza, y no se toma como libe don de la eterna presencia de la naturaleza, aunque sería imposible sin la materia extraída de esta, y que es un producto de las manos del hombre. Así mismo se menciona ¿Cuál es el trabajo de la fabricación? El verdadero trabajo de la fabricación se realiza bajo la guía de un modelo, de acuerdo con el cual se construye objeto. Dicho modelo puede ser una imagen contemplada por la mente o bien un boceto en el que la imagen tenga ya un intento de materialización mediante el trabajo. En cualquier caso, lo que guía el trabajo de fabricación está al margen del fabricante y precede al verdadero proceso de trabajo casi de la misma manera que los apremios al proceso de la vida en el laborante preceden al verdadero proceso de la labor.
Es así como menciona la autora que, lo que reclama nuestra atención en es auténtico foso que separa a todas las sensaciones corporales, placer o dolor, deseos y satisfacciones que son tan privadas que ni si quiera pueden expresarse de manera adecuada, mucho menos representarse en el mundo exterior y, por lo  tanto, incapaces por completo de ser transformadas, de las imágenes mentales que tan difícil y naturalmente se prestan a  la reificación que no concebimos construir una cama sin tener ante alguna imagen o alguna idea de una cama ante nuestro ojos internos, ni podemos imaginar una camisa sin recurrir a alguna experiencia visual de una cosa real.
En consecutiva tenemos que ¿Dónde se desarrollas el proceso de la fabricación? El proceso de la fabricación está en si mismo determinado enteramente por las categorías de medio y fin. La cosa fabricada es un producto final en el doble sentido de que el proceso de producción termina allí y de que solo es un medio para producir este fin. Es indudable que también la produje para el fin del consumo, pero puesto que este fin, la cosa que ha de consumirse, carece de la mundana permanencia de un objeto de trabajo, el fin del proceso no está determinado por el producto final, sino más bien por l agotamiento del poder laboral,  mientras que los propios productos pasan a ser de inmediato medios otra vez, medios de subsistencia y reproducción de la fuerza de la labor. Así mismo, ¿Por qué se da el impulso de la repetición? El impulso hacia la repetición procede de la necesidad que tiene el artesano de ganar su propio dinero de ganarse su forma de subsistir, en cuyo caso su trabajo coincide con su labor, o bien de una demanda del mercado, en cuyo caso el artesano añade, como hubiera dicho Platón, a su oficio el arte gana dinero. La cuestión radica en que en cualquier casa el proceso se repite por razones externas a él y es diferente de la obligatoria repetición inherente al labora, donde uno ha de comer para laborar y ha de laborar para comer. Finalmente, de este renglón que ha propuesto la autora me llama la atención ¿Cómo se concibe al homo faber y al homo laborans en este caso? El homo faber es efectivamente señor y dueño, no solo porque es el amo o se ha impuesto como tal en toda la naturaleza, sino porque es dueño de si mismo y de sus actos. No puede decirse lo mismo del animal laborans, sujeto a la necesidad de su propia vida, ni del hombre de acción que depende de sus semejantes. Solo con su imagen del futuro producto, el homo faber es libre de producir y, frente al trabajo hecho por sus manos, es libre de destruir.
Ahora bien, la autora propone otro apartado denominado instrumentalidad y animal laborans. Me surte una interrogante ¡cual es la utilidad de los instrumentos para el animal laborans? Desde el punto de vista del homo faber, menciona la autora, que confía por entero en los primordiales útiles de mano, el hombre es, según dijo Benjamín Franklin un fabricante de útiles. Los mismos instrumentos, que solo aligeran y mecanizan la labor del animal laborans, los diseña e inventa el homo faber para erigir un mundo de cosas, y su adecuación y precisión están dictadas por finalidades tan objetivas como desee y no por exigencias y necesidades subjetivas útiles e instrumentos son objetos tan inmensamente mundanos que su empleo sirve como criterio para clasificar a civilizaciones enteras. Sin embargo, en ninguna parte se manifiesta más su carácter mundano que cuando se usan en los procesos de la labor, donde son las únicas cosas tangibles que sobreviven al propio proceso de la labor del consumo. Por lo tanto, para el animal laborans, como esta sujeto y constantemente ocupado con los devoradores procesos de la vida, la duración y estabilidad del mundo se hallan representadas por los útiles instrumentos, y en una sociedad de laborantes, los útiles asumen algo más que un simple carácter instrumentan de función.
Y bien, ¿Qué requiere la labor para alcanzar mejores resultados? La labor, no el trabajo, requiere para alcanzar los mejores resultados una ejecución rítmicamente ordenada y, en la medida que se agrupen muchos laborantes, una rítmica coordinación de todos los movimientos individuales. Es en  esta noción, los útiles pierden su carácter instrumental, y la clara distinción entre el hombre y sus utensilios, así como sus fines, se hace borrosa. Lo que domina al proceso de la labor y a todos los procesos del trabajo que se realizan de manera del laborar, no es el esfuerzo como propósito determinado del hombre, ni el producto que desea, sino la noción de proceso  mismo, y el ritmo que impone a los laborantes. Así mismo, ¿Cuál es la diferencia entre útiles y maquina? La diferencia decisiva entre útiles y maquinas se ilustra perfectamente con la en apariencia interminable discusión sobre si el hombre debe ajustarse a la maquina o las maquinas a la naturaleza del hombre. “La principal razón por la que parece estéril tal discusión: si la condición humana consiste en que el hombre es un ser condicionado para el que todo, dado lo hecho por él, se convierte en una condición de su posterior existencia, entonces el hombre se ajustó a un medio ambiente de máquinas en el mismo momento que las diseñó. Lo cierto es que se han convertido en una condición  tan inalienable de nuestra existencia como lo fueron en todas las épocas anteriores los útiles instrumentos. Desde nuestro punto de vista, menciona la autora, e interés de la discusión radica en el hecho de que a los útiles que empleaba uno podría haberse ajustado igualmente a sus manos. El caso de las maquinas es enteramente distinto, ya que las maquinas exigen que el trabajador le sirva a ellas y nos como en el caso de los artesanos que se presenta al contrario, y el proceso mecánico reemplaza al ritmo del cuerpo humano.
Ahora bien, ¿Qué ha traído como consecuencia la canalización de la fuerza natural? La canalización de las fuerzas naturales hacia el mundo humano ha destrozado el determinado propósito del mundo, el hecho de que los objetos son fines para los que se diseñan los útiles e instrumentos. Características de todos los procesos naturales es que surgen sin ayuda del hombre, y que son naturales los cosas que no se hacen sino que por sí mismas se convierten en lo que sea. A diferencia de los productos de las años del hombre, que han de realizarse paso a paso y cuyo proceso de fabricación es enteramente distinto a la existen una de las cosa fabricadas, la natural existencia de la cosa  no está separada, sino que de algún modo es idéntica al proceso mediante el que se origina: la siguiente contiene y, en cierto sentido, ya es árbol, y este deja de ser si se detiene el proceso de crecimiento por el que cobra existencia.
Es así, ¿Por qué las categorías del homo faber no se aplican a la naturaleza? Las categorías del homo faber y de su mundo no se aplican aquí más de lo que pudieran aplicarse a la naturaleza y al universo natural, a esto se debe, dicho sea de paso, que quienes hoy día abogan por la automatización suelan adoptar una actitud muy firme contra el aspecto mecanicista de la naturaleza y el utilitarismo practico del siglo XVIII, eminentemente característico de la parcial y unilateral orientación del trabajo del homo faber. Ahora bien, ¿Para qué se inventaron los útiles? El homo faber, fabricante de utensilios invento los útiles e instrumentos para erigir un mundo, y no al menos, de manera fundamental, para ayudar al proceso de la vida humana. La cuestión por consiguiente, no es tanto saber si somos dueños o esclavos de nuestras máquinas, sino si estas aun sirven al mundo y a sus cosas, o si por el contrario, dichas máquinas y el movimiento automático de sus procesos han comenzado a dominar e incluso a destruir el mundo y las cosas.
¿Cómo se describe hoy en día el mundo de las maquinas en cuestión de medios y fines? Tal como están las cosas hoy en día, se ha hecho tan carente de sentido describir este mundo de máquinas en términos de medios y fines, como siempre lo fue preguntarse si la naturaleza produce la simiente para producir el árbol o este para producir la simiente. Por el mismo motivo, resulta muy probable que el continuo proceso de canalizar los interminables procesos de la naturaleza hacia el mundo humano proporcionará ilimitadamente a la especie lo necesario para la vida, al igual que lo hizo la naturaleza antes  de que lo hombres erigieran su hogar artificial sobre la tierra y levantaran una barrera entre la naturaleza y ellos mismos. Y ¿Cómo le ha parecido la sociedad de laborantes al mundo de las maquinas? Para una sociedad de laborantes, el mundo de las maquinas se ha convertido en un sustituto del mundo real, aunque este seudo-mundo no pueda realizar la tarea más importante del artificio humano, que es la de ofrecer a los mortales un domicilio más permanente y estable que ellos mismos. En el proceso continuo de la operación, este mundo de maquina pierde incluso ese carácter mundanamente independiente que es tan alto grado poseían los útiles,  instrumentos y la primera maquinaria de la época moderna. Los procesos naturales de los que se alimenta lo relacionan cada vez más con el propio proceso biológico, de manera que los aparatos que manejamos libremente en otro tiempo comienzan a parecer caparazones pertenecientes al cuerpo humano como el caparazón pertenece al cuerpo de la tortuga. Considerada desde este ventajoso punto de vista, la tecnología ya no se presenta como el producto de un consciente esfuerzo humano para aumentar el poder material, sino como desarrollo biológico de la humanidad en las que se las estructuras innatas dl organismo humano están trasplantas en medida siempre creciente al medio ambiente del hombre.
Es así como en otro apartado, la autora conversa un poco sobre lo que es la instrumentalidad del homo faber, a lo cual ella mencionaba que los instrumentos de ellos, determinan todo el trabajo y la fabricación.
Es así como parten mis incógnitas ¿de dónde se fundamentan los instrumentos que crea el homo faber? Debido al producto final, se diseñan los útiles y se inventan los instrumentos y el mismo producto final organiza el propio proceso del trabajo decide los especialistas que necesita, la medida de cooperación, el número de ayudantes, etc. Durante el proceso de trabajo, todo se juzga en términos de convivencia y utilidad para el fin deseado, y para anda más. Aunque es un fin del proceso de la fabricación, nunca se convierte, por decirlo así, en fin sí mismo, al menos mientras sigue siendo objeto de uso.
Y ¿Cuál es la dificultad del modelo utilitario? La dificultad del modelo utilitario inherente a la misma actividad de la fabricación radica en que la relación entre los medios y fin con que cuenta se parece grandemente a una cadena cuyos fines pueden servir de nuevo como medios para otra cosa. Es decir, que en un mundo estrictamente utilitario, todos los fines están sujetos a tener breve duración y a transformarse en medios posteriores fines.  Esta perplejidad, inherente a todo utilitarismo consiente, la filosofía del homo faber por excelencia, cabe diagnosticarla en teoría como innata incapacidad para comprender la diferencia entre utilidad y pleno significado, que expresamos lingüísticamente mediante la distinción entre con el fin de y en beneficio de. Ahora bien, ¿Cómo se produce la cadena de medios y fines y como culmina? Dentro de la categoría de medios y fines, y entre las experiencias de instrumentalidad que rigen el mundo total de objetos de uso y utilidad, no hay manera de terminar la cadena de medios y fines e impedir que todos los fines se usen de nuevo como medios, excepto para declarar que una u otra cosa es un medio en sí misma.  La única salida del dilema de la no significación en toda la filosofía estrictamente utilitaria es apartarse del mundo objetivo de las cosas de uso y recurrir a la subjetividad del propio uso.
Por otro lado tenemos ¿Cómo es el significado de medios y fin entendido por el homo faber? Porque un fin, una vez alcanzado deja de ser un fin y pierde su capacidad para guiar y justificar la elección de medios, para organizarlos y producirlos. Se convierte en objeto entre los objetos, esto es, se ha añadido al enorme arsenal de lo dado a partir del cual el homo faber selección libremente sus medios para conseguir sus fines. El significado por el contrario, debe ser permanentemente y no perder nada de su carácter si esta logrado o, mejor, encontrado por el hombre, o bien frustrado o pasado por alto. El homo faber, en la medida en que no es más que un fabricante y solo piensa en términos de medios y fines que surgen directamente de su actividad de trabajo, es tan incapaz de entender el significado como el animal laborans de entender la instrumentalidad. Y de la misma manera que los útiles e instrumentos que una el homo faber para erigir el mundo se convierten en el mundo del animal laborans, así la significación de este mundo, que realmente se encuentra más allá del alcance del homo faber, se convierte para el en el paradójico fin en sí mismo.
¿Qué ocurre cuando el hombre instrumentaliza? El hombre, en la medida en que es homo faber, instrumentaliza y su instrumentalización implica una degradación de todas las cosas en medios, su pérdida de valor intrínseco e independientemente, de manera que finalmente no  solo los objetos de fabricación, sino también la tierra en general y todas las fuerzas de naturaleza , que claramente toman su ser sin ayuda del hombre y tienen un existencia independiente del mundo humano, pierden su valor debido a que no presentan la reificación que proviene del trabajo.
Ahora bien ¿Cómo ocurre la generalización de la experiencia de fabricación en la que se establece la utilidad como modelo para la vida y el mundo de los hombres? Las generalizaciones son inherentes a la actividad del homo faber debido a que la experiencia de medios y fin, tal como está presente en la fabricación, no desaparece con el producto terminado, sino que se extiende a su último destino, que es servir de objeto de uso. La instrumentalización del mundo y de la tierra, esa ilimitada devaluación de todo lo dado, ese ´proceso de creciente falta de significado donde todo fin se transforma en medio y que solo puede detenerse haciendo del propio hombre el señor y dueño de todas las cosas, no surgen directamente del proceso de fabricación, el producto acabado es tanto un don en sí mismo, una independiente y duradera entidad con existencia propia, como el hombre es un fin en sí mismo en la filosofía Kantiana. Solo en la medida en que la fabricación produce principalmente objetos de uso, el producto acabado se convierte de nuevo en medio de, y solo en la medida en que el proceso de la vida se apodera de las cosas y las usa para sus propósitos, la productiva y limitada instrumentalidad de la fabricación se transforma en la ilimitada instrumentalización de todo lo que existe.
Así mismo, ¿Por qué no se permite al mundo que los modelos del homo faber dirijan al mundo? Si se permite que los modelos del homo Faber rijan el mundo acabado como necesariamente han de regir el acceso a la existencia de este mundo, entonces el homo faber terminara sirviéndose de todo y considerando todo como simple medio para él. Juzgara todas las cosas como si pertenecieran a la clase chremata, de objetos de uso.
Es así, como por otro lado la autora se centra a explicarnos el mercado de cambio, basándose en la postura de Marx. Ahora bien ¿Cómo era la esfera política en la edad moderna para que se diera este sistema de cambio? La época moderna sabía perfectamente que la esfera política no era siempre, ni requería serlo, una simple función de la sociedad, destinada a proteger la faceta social y productiva de la naturaleza humana mediante de la administración del gobierno, pero consideraba charla ociosa y vanagloria todo o que estuviera más allá del reforzamiento de la ley y el orden. La capacidad humana en la que basaba su pretensión de la natural e innata productividad de la sociedad era la incuestionable productividad del homo faber.
Es así como me pregunto también ¿Cómo era en este caso la diferencia entre el homo faber y el homo laborans? La producción conspicua, es de hecho, un rasgo no menor de una sociedad de productores que el conspicuo consumo lo es de una sociedad de laborantes. A diferencia del animal laborans, cuya vida social carece de mundo y es semejante al rebaño y que, por lo tanto, es incapaz de establecer o habitar una esfera pública, mundana, el homo faber está plenamente capacitado para tener una esfera pública propia, aunque no sea una esfera política, propiamente hablando. Su esfera pública es el mercado de cambio, donde puede demostrar los productos de sus manos y recibí la estima que se le debe. Esta tendencia se relaciona estrechamente y es probable que no esté menos enraizada que la propensión a la permuta, trueque e intercambio de una cosa por otra, que, según Adam Smith diferencia al hombre del animal.
En consecuencia, ¿Cuál fue el último lugar de reunión del homo faber? Históricamente, la última esfera pública, el último lugar de reunión relacionado al menos con la actividad del homo Faber, es el mercado de cambio en el que exhibe sus productos. La sociedad comercial, característica de las primeras etapas de la época moderna o del comienzo del capitalismo, surgió de esta conspicua producción con su concomitante apetito de universales posibilidades de trueque y permuta, y su fin llegó con el auge de la labor y de la sociedad laboral que reemplazo a la conspicua producción y su orgullo por el conspicuo consumo y su concomitante vanidad. Y ¿Cómo juzga la sociedad del homo faber el homo laborans? Una sociedad laborante. Por el contrario, juzga ahombres de acuerdo con las funciones que realizan en el proceso de la labor, mientras que a los ojos del homo faber la fuerza de la labor es solo el medio para producir el fin necesariamente más elevado, es decir, ya un objeto de uso  de cambio, la sociedad laborante concede a la fuerza de la labor el mismo alto valor que reserva a la máquina. Dicho con otras palabras, esta sociedad es solo aparentemente más humana, aunque es cierto que bajo sus condiciones el precio de la labor humana asciende a tal extremo que puede parecer de más valor y más apreciable cualquier material o materia, de hecho, lo único que hace es prefigurar algo aún más valioso o sea, el funcionamiento más suave de la maquina cuyo tremendo poder de elaboración primero uniforma y luego desvaloriza todas las cosas al considerarlas bienes de consumo.
            Ahora bien, ¿Cómo es la relación entre el homo faber y su producción y la esfera pública? En la medida en que el homo faber fabrica objetos de uso, no solo los produce en privado aislamiento, sino también para uso privado, y así aparecen y emergen en la esfera pública cuando se convierten en artículos de primera necesidad en el mercado de cambio. Se ha observado con frecuencia y por desgracia se ha olvidado a menudo que el valor, al ser una idea de proporción entre la posesión de una cosa y la posesión de otra en la concepción del hombre, siempre significa valor de cambio. Porque solo es en el mercado de cambio, en el que todo puede permutarse por otra cosa donde todas las cosas, sean productos de la labor o del trabajo, bienes de consumo u objetos de uso, necesarios para la vida del cuerpo o convenientes para la vida de la mente, se convierten en valores. Este valor consiste solamente en la estima de la esfera pública donde las cosas aparecen como artículos de primera necesidad, y ni la labor, el trabajo, el capital el beneficio o el material conceden tal valor a un objeto, sino solo y exclusivamente a la esfera pública donde aparece para ser estimado, solicitado o despreciado. Y ‘que es valor? Valor es la cualidad que una cosa nunca puede tener en privado, pero que lo adquiere automáticamente, en cuanto aparece en público. Este valor comerciable, como lo designo claramente Locke, nada tiene que ver con la intrínseca valía natural de algo, que es una objetiva cualidad de la propia cosa, al margen de la voluntad del comprador o del vendedor, algo unido a la cosa, existente tanto si gusta como si no gusta, y que debe reconocerse.
            ¿Por qué el dinero sirve para la variedad de cosas con el fin de cambiarse? La muy deplorada devaluación de todas las cosas, es decir, la perdida de todo valor intrínseco, comienza con su transformación en valores o artículos de primera necesidad, porque a partir de ese momento solo existen en relación con alguna otra cosa que puede adquirirse en su lugar. La relatividad universal, o sea, que una cosa solo exista en relación con otra cosa, y la pérdida de valor intrínseco, o sea, que nada posea un valor objetivo independiente de las siempre mudables estimaciones de la oferta y la demanda, son inherente al propio concepto de valor.
Por otro lado la autora nos propone un espacio para conversar sobre la permanencia del mundo y la obra de arte, comentando que esto le da estabilidad al artificio humano, siendo este fundamental para que se dé un hogar de confianza para los hombres.
Ahora bien, ¿Cómo es el carácter duradero del artificio humano? Es esta permanencia, la misma estabilidad del artificio humano, que, al estar habitado y usado por mortales, nunca puede ser absoluto, consigue una representación propia. en ningún  sitio aparece con tanta pureza y claridad el carácter duradero del mundo de las cosas, en ningún otro sitio, por lo tanto, se revela este mundo de cosas de modo tan espectacular como el hogar no mortal para los seres mortales. Es como si la estabilidad mundana se hubiera hecho transparente en la permanencia del arte, de manera que una premonición de inmortalidad del alma o de la vida, sino de lago inmortal realizado por manos mortales, ha pasado a ser tangiblemente presente para brillar y ser visto, para resonar y ser oído, para hablar y ser leído. Ahora bien ¿Cuál es la fuente inmediata de la obra de arte? La fuente inmediata de la obra de arte es la capacidad humana para pensar como su tendencia al trueque y permuta es la fuente de los objetos de cambio, y como su habilidad para usar es el origen de las cosas de uso. E trata de capacidades del hombre y no de meros atributos del animal humano, tales como sentimientos, exigencias, y necesidades con los que se relacionan y que a menudo constituyen su contenido. Tales propiedades humanas se hallan tan separadas del mundo que el hombre crea como su hogar en la tierra como las correspondientes propiedades de otra especie animal, y si tuvieran que constituir un medio ambiente hecho por el hombre para el animal humano, este mundo serio no mundo, el producto de la emancipación en vez del propio de la creación.
Es así como posterior me surge otra pregunta ¿Cuál es el proceso de reificación en una obra de arte? En el caso de las obras es arte, el proceso de reificación es más que simple transformación, es transfiguración, verdadera metamorfosis en la que ocurre como si el curso de la naturaleza que desea que todo el fuego se reduzca a cenizas quede invertido e incluso el polvo se convierta en llamas. Las obras de arte son cosas del pensamiento, pero esto no impide que sean cosas. El proceso del pensamiento por si mismo no produce un fabrica cosas tangibles, tales como los libros, pinturas esculturas o composiciones, como tampoco el uso por sí mismo produce y fabrica casas y muebles. La reificación que se da al escribir algo, pintar una imagen, modelar una figura o componer una melodía relaciona evidentemente con el pensamiento que  precedió a la acción, pero que de verdad hace del pensamiento una realidad y fabrica cosas de pensamientos es la misma hechura que, mediante el primordial instrumento de las manos humanas, construye las otras cosas duraderas del artificio humano.
Ahora bien otro tema tocado por la autora fue el pensamiento y la cognición ¿serán estos iguales o en que se basa su diferencia? Pensamiento y cognición son dos cosas distintas. El primero, origen de las obras de arte, se manifiesta en toda gran filosofía sin transformación o transfiguración, mientras que la principal manifestación del proceso cognitivo, por el que adquirimos y almacenamos conocimiento, son las ciencias. La cognición siempre persigue un objetivo definido, que puede establecerse por consideraciones practicas o por ociosa curiosidad pero una vez alcanzado  este objetivo, el proceso cognitivo finaliza. El pensamiento por el contrario carece de fin u objetivo al margen de si, y ni si quiera produce resultado, no solo la filosófica utilitaria del homo faber, sino también los hombres de acción y los científicos que buscan resultado, se han cansado de señalar lo inútil que es el pensamiento, tan inútil como las obras de arte que inspira. Asimismo ¿Cómo distinguimos el pensamiento y la cognición del pensamiento lógico? La cognición, por otro parte, pertenece a todos, y no solo a los proceso de trabajo intelectual o artísticos al igual que la fabricación, es un proceso con principio y fin, cuya utilidad puede comprobarse, y que falla sino produce resultado, como fracasa el trabajo del carpintero si construye una mesa de dos paratas. Los procesos cognitivo de las ciencias no son básicamente distinto de la función cognitiva en la fabricación los resultados científicos que se producen mediante la cognición se añaden al artificio humano de la misma manera que las otras cosas.  Estas dos se distinguen del poder de razonamiento lógico que se manifiesta en operaciones tales como deducciones de principios axiomáticos o evidentes, inclusión de casos particulares en reglas generales, o las técnicas de alargar consistentes series de conclusiones.
Por otra parte, como es el modelo con que una persona juzga algo? El modelo por el que se juzga algo por excelencia de una cosa nunca es simple utilidad, como si una mesa fea cumpliera la misma función que otra de bello diseño, sino su adecuación o inadecuación a lo que debe parecer, y esto, en lenguaje platónico, no es más que adecuación o inadecuación al eidos o idea, la imagen mental, o más bien la imagen vista por el ojo interior que precedió a su existencia y sobrevive a su potencial destrucción.

Finalmente ¿Cómo se presenta la acción y el discurso entre los hombres? La realización de grandes hechos y la articulación de grandes palabras, no dejaran huella ni producto, alguno que perdure al momento de la acción y de la palabra hablada. Si el animal laborans necesita ayuda del homo ver para facilitar su labor y aliviar su esfuerzo, si los mortales necesitan su ayuda para erigir un hogar en la tierra, los hombres que actúan y hablan necesitan la ayuda del homo faber en sumas elevada capacidad, esto es, la ayuda del artista, de poetas e historiógrafos, de constructores de monumentos o de escritores, ya que sin ellos el único producto de su actividad, la historia que establecen y cuentan, no sobreviviría.  

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