UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS
ESCUELA DE ESTUDIIOS POLITICOS Y ADNMINISTRATIVOS
SEMINARIO: HANNAH ARENDT
ALUMNO: MOISÉS TOVAR 20.093.639
DOCENTE: DR. EDGARD PEREZ
HANNAH
ARENDT
CONDICION HUMANA: CAPITULO
IV
En este
capítulo la autora Hannah Arendt nos conversa sobre la cuestión del trabajo. Es
así como ella muestra una distinción entre el trabajo que realiza nuestras
manos y el trabajo que realiza nuestro cuerpo, y así mismo, diferencia el
trabajo del homo faber con el del homo laborans, uno encargado de laborar y el
otro encargado de fabricar.
Es así
como adentrándonos en el tema se comienzan a presentar ciertas interrogantes, y
comencemos a buscarle respuesta con la autora. Es así como partimos de la interrogante
de ¿Cómo es el carácter de las cosas en el mundo? En primer lugar determina la
autora, que el carácter duradero de las cosas del mundo su relativa
independencia con respecto a los hombres que las producen y las usan, su
objetividad que las hace soportar
“resistir” y perdurar, al menos por un tiempo, a las voraces necesidades
y exigencias de sus fabricantes y usuarios. Es así como pensaba Locke y
coincido con el las cosas en el mundo son realizadas para que tengan una
durabilidad en el tiempo, y a pesar de que pueden tener una evolución siempre
se convertirán en parte de condicionamiento para el ser humano, divagando un
poco pudiera pensar en un objeto como el teléfono celular que en primer momento
no existía, pero a través del tiempo ha condicionado la vida de todos los
individuos y en este momento difícilmente haya una persona que no tenga un
objeto de esta índole. Así mismo, se me presenta otra interrogante ¿Cuál sería
la función de las cosas del mundo? Dese el punto de vista, las cosas del mundo tienen
la función de estabilizar la vida humana, y su objetividad radica en el hecho
de que en contradicción con la opinión de Heráclito, de que el mismo hombre
nunca puede adentrarse en el mismo arroyo, los hombres, a pesar de su siempre
cambiante naturaleza, pueden recuperar su unicidad, es decir su identidad, al
relacionarla con la misma silla y con la misma mesa. Menciona la autora que
dicho en otras palabras, contra la subjetividad de los hombres se levanta la
objetividad del mundo hecho por el
hombre más bien que la sublime indiferencia de una naturaleza intocada, cuya abrumadora
fuerza elemental, por el contrario, les obligaría a girar inexorablemente en el
círculo de su propio movimiento biológico, tan estrechamente ajustado al
movimiento cíclico total de la familia de la naturaleza.
Por otro lado tenemos que ¿Cuál es la
labor más necesaria del hombre? La labor del hombre más necesario y elemental,
el cultivo del suelo, parece un perfecto ejemplo de labor transformándose en
trabajo. Parece así por que el cultivo del suelo, a pesar de su estrecha
relación con el ciclo biológico y su
total dependencia del mas amplio ciclo de naturaleza, no deja tras de sí ningún
producto que sobreviva a su propia actividad y suponga una durable suma al
artificio humano: la misma tarea realizada año si, año no, transformaría
finalmente el yermo en tierra de cultivo. Precisamente por esta razón, este
ejemplo figura de manera destacada en todas las teorías antiguas y modernas
sobre la labor.
Ahora bien la autora propone otro
apartado llamado reificación, donde menciona que “la fabricación, el trabajo
del homo faber, consiste en reificación. Es así como se pone de manifestó la siguiente
interrogante: ¿Qué llama la autora solidez? La solidez no es el resultado del
placer o del agotamiento al ganarse el pan con el sudor de la frente, sino de
esta fuerza, y no se toma como libe don de la eterna presencia de la
naturaleza, aunque sería imposible sin la materia extraída de esta, y que es un
producto de las manos del hombre. Así mismo se menciona ¿Cuál es el trabajo de
la fabricación? El verdadero trabajo de la fabricación se realiza bajo la guía
de un modelo, de acuerdo con el cual se construye objeto. Dicho modelo puede
ser una imagen contemplada por la mente o bien un boceto en el que la imagen
tenga ya un intento de materialización mediante el trabajo. En cualquier caso,
lo que guía el trabajo de fabricación está al margen del fabricante y precede
al verdadero proceso de trabajo casi de la misma manera que los apremios al proceso
de la vida en el laborante preceden al verdadero proceso de la labor.
Es así como menciona la autora que, lo
que reclama nuestra atención en es auténtico foso que separa a todas las
sensaciones corporales, placer o dolor, deseos y satisfacciones que son tan
privadas que ni si quiera pueden expresarse de manera adecuada, mucho menos
representarse en el mundo exterior y, por lo
tanto, incapaces por completo de ser transformadas, de las imágenes
mentales que tan difícil y naturalmente se prestan a la reificación que no concebimos construir
una cama sin tener ante alguna imagen o alguna idea de una cama ante nuestro
ojos internos, ni podemos imaginar una camisa sin recurrir a alguna experiencia
visual de una cosa real.
En consecutiva tenemos que ¿Dónde se
desarrollas el proceso de la fabricación? El proceso de la fabricación está en
si mismo determinado enteramente por las categorías de medio y fin. La cosa
fabricada es un producto final en el doble sentido de que el proceso de
producción termina allí y de que solo es un medio para producir este fin. Es
indudable que también la produje para el fin del consumo, pero puesto que este
fin, la cosa que ha de consumirse, carece de la mundana permanencia de un
objeto de trabajo, el fin del proceso no está determinado por el producto
final, sino más bien por l agotamiento del poder laboral, mientras que los propios productos pasan a
ser de inmediato medios otra vez, medios de subsistencia y reproducción de la
fuerza de la labor. Así mismo, ¿Por qué se da el impulso de la repetición? El
impulso hacia la repetición procede de la necesidad que tiene el artesano de
ganar su propio dinero de ganarse su forma de subsistir, en cuyo caso su
trabajo coincide con su labor, o bien de una demanda del mercado, en cuyo caso
el artesano añade, como hubiera dicho Platón, a su oficio el arte gana dinero.
La cuestión radica en que en cualquier casa el proceso se repite por razones
externas a él y es diferente de la obligatoria repetición inherente al labora,
donde uno ha de comer para laborar y ha de laborar para comer. Finalmente, de
este renglón que ha propuesto la autora me llama la atención ¿Cómo se concibe
al homo faber y al homo laborans en este caso? El homo faber es efectivamente
señor y dueño, no solo porque es el amo o se ha impuesto como tal en toda la
naturaleza, sino porque es dueño de si mismo y de sus actos. No puede decirse
lo mismo del animal laborans, sujeto a la necesidad de su propia vida, ni del
hombre de acción que depende de sus semejantes. Solo con su imagen del futuro
producto, el homo faber es libre de producir y, frente al trabajo hecho por sus
manos, es libre de destruir.
Ahora bien, la autora propone otro
apartado denominado instrumentalidad y animal laborans. Me surte una
interrogante ¡cual es la utilidad de los instrumentos para el animal laborans?
Desde el punto de vista del homo faber, menciona la autora, que confía por
entero en los primordiales útiles de mano, el hombre es, según dijo Benjamín
Franklin un fabricante de útiles. Los mismos instrumentos, que solo aligeran y
mecanizan la labor del animal laborans, los diseña e inventa el homo faber para
erigir un mundo de cosas, y su adecuación y precisión están dictadas por
finalidades tan objetivas como desee y no por exigencias y necesidades
subjetivas útiles e instrumentos son objetos tan inmensamente mundanos que su
empleo sirve como criterio para clasificar a civilizaciones enteras. Sin
embargo, en ninguna parte se manifiesta más su carácter mundano que cuando se
usan en los procesos de la labor, donde son las únicas cosas tangibles que
sobreviven al propio proceso de la labor del consumo. Por lo tanto, para el
animal laborans, como esta sujeto y constantemente ocupado con los devoradores
procesos de la vida, la duración y estabilidad del mundo se hallan
representadas por los útiles instrumentos, y en una sociedad de laborantes, los
útiles asumen algo más que un simple carácter instrumentan de función.
Y bien, ¿Qué requiere la labor para
alcanzar mejores resultados? La labor, no el trabajo, requiere para alcanzar
los mejores resultados una ejecución rítmicamente ordenada y, en la medida que
se agrupen muchos laborantes, una rítmica coordinación de todos los movimientos
individuales. Es en esta noción, los
útiles pierden su carácter instrumental, y la clara distinción entre el hombre
y sus utensilios, así como sus fines, se hace borrosa. Lo que domina al proceso
de la labor y a todos los procesos del trabajo que se realizan de manera del
laborar, no es el esfuerzo como propósito determinado del hombre, ni el
producto que desea, sino la noción de proceso
mismo, y el ritmo que impone a los laborantes. Así mismo, ¿Cuál es la
diferencia entre útiles y maquina? La diferencia decisiva entre útiles y
maquinas se ilustra perfectamente con la en apariencia interminable discusión
sobre si el hombre debe ajustarse a la maquina o las maquinas a la naturaleza
del hombre. “La principal razón por la que parece estéril tal discusión: si la
condición humana consiste en que el hombre es un ser condicionado para el que
todo, dado lo hecho por él, se convierte en una condición de su posterior
existencia, entonces el hombre se ajustó a un medio ambiente de máquinas en el
mismo momento que las diseñó. Lo cierto es que se han convertido en una
condición tan inalienable de nuestra
existencia como lo fueron en todas las épocas anteriores los útiles
instrumentos. Desde nuestro punto de vista, menciona la autora, e interés de la
discusión radica en el hecho de que a los útiles que empleaba uno podría
haberse ajustado igualmente a sus manos. El caso de las maquinas es enteramente
distinto, ya que las maquinas exigen que el trabajador le sirva a ellas y nos
como en el caso de los artesanos que se presenta al contrario, y el proceso
mecánico reemplaza al ritmo del cuerpo humano.
Ahora bien, ¿Qué ha traído como consecuencia
la canalización de la fuerza natural? La canalización de las fuerzas naturales
hacia el mundo humano ha destrozado el determinado propósito del mundo, el
hecho de que los objetos son fines para los que se diseñan los útiles e
instrumentos. Características de todos los procesos naturales es que surgen sin
ayuda del hombre, y que son naturales los cosas que no se hacen sino que por sí
mismas se convierten en lo que sea. A diferencia de los productos de las años
del hombre, que han de realizarse paso a paso y cuyo proceso de fabricación es
enteramente distinto a la existen una de las cosa fabricadas, la natural
existencia de la cosa no está separada,
sino que de algún modo es idéntica al proceso mediante el que se origina: la
siguiente contiene y, en cierto sentido, ya es árbol, y este deja de ser si se
detiene el proceso de crecimiento por el que cobra existencia.
Es así, ¿Por qué las categorías del
homo faber no se aplican a la naturaleza? Las categorías del homo faber y de su
mundo no se aplican aquí más de lo que pudieran aplicarse a la naturaleza y al
universo natural, a esto se debe, dicho sea de paso, que quienes hoy día abogan
por la automatización suelan adoptar una actitud muy firme contra el aspecto
mecanicista de la naturaleza y el utilitarismo practico del siglo XVIII,
eminentemente característico de la parcial y unilateral orientación del trabajo
del homo faber. Ahora bien, ¿Para qué se inventaron los útiles? El homo faber,
fabricante de utensilios invento los útiles e instrumentos para erigir un
mundo, y no al menos, de manera fundamental, para ayudar al proceso de la vida
humana. La cuestión por consiguiente, no es tanto saber si somos dueños o
esclavos de nuestras máquinas, sino si estas aun sirven al mundo y a sus cosas,
o si por el contrario, dichas máquinas y el movimiento automático de sus
procesos han comenzado a dominar e incluso a destruir el mundo y las cosas.
¿Cómo se describe hoy en día el mundo
de las maquinas en cuestión de medios y fines? Tal como están las cosas hoy en
día, se ha hecho tan carente de sentido describir este mundo de máquinas en
términos de medios y fines, como siempre lo fue preguntarse si la naturaleza
produce la simiente para producir el árbol o este para producir la simiente.
Por el mismo motivo, resulta muy probable que el continuo proceso de canalizar
los interminables procesos de la naturaleza hacia el mundo humano proporcionará
ilimitadamente a la especie lo necesario para la vida, al igual que lo hizo la
naturaleza antes de que lo hombres
erigieran su hogar artificial sobre la tierra y levantaran una barrera entre la
naturaleza y ellos mismos. Y ¿Cómo le ha parecido la sociedad de laborantes al
mundo de las maquinas? Para una sociedad de laborantes, el mundo de las
maquinas se ha convertido en un sustituto del mundo real, aunque este
seudo-mundo no pueda realizar la tarea más importante del artificio humano, que
es la de ofrecer a los mortales un domicilio más permanente y estable que ellos
mismos. En el proceso continuo de la operación, este mundo de maquina pierde
incluso ese carácter mundanamente independiente que es tan alto grado poseían
los útiles, instrumentos y la primera
maquinaria de la época moderna. Los procesos naturales de los que se alimenta
lo relacionan cada vez más con el propio proceso biológico, de manera que los
aparatos que manejamos libremente en otro tiempo comienzan a parecer
caparazones pertenecientes al cuerpo humano como el caparazón pertenece al
cuerpo de la tortuga. Considerada desde este ventajoso punto de vista, la
tecnología ya no se presenta como el producto de un consciente esfuerzo humano
para aumentar el poder material, sino como desarrollo biológico de la humanidad
en las que se las estructuras innatas dl organismo humano están trasplantas en
medida siempre creciente al medio ambiente del hombre.
Es así como en otro apartado, la
autora conversa un poco sobre lo que es la instrumentalidad del homo faber, a
lo cual ella mencionaba que los instrumentos de ellos, determinan todo el
trabajo y la fabricación.
Es así como parten mis incógnitas ¿de
dónde se fundamentan los instrumentos que crea el homo faber? Debido al
producto final, se diseñan los útiles y se inventan los instrumentos y el mismo
producto final organiza el propio proceso del trabajo decide los especialistas
que necesita, la medida de cooperación, el número de ayudantes, etc. Durante el
proceso de trabajo, todo se juzga en términos de convivencia y utilidad para el
fin deseado, y para anda más. Aunque es un fin del proceso de la fabricación,
nunca se convierte, por decirlo así, en fin sí mismo, al menos mientras sigue
siendo objeto de uso.
Y ¿Cuál es la dificultad del modelo
utilitario? La dificultad del modelo utilitario inherente a la misma actividad
de la fabricación radica en que la relación entre los medios y fin con que
cuenta se parece grandemente a una cadena cuyos fines pueden servir de nuevo como
medios para otra cosa. Es decir, que en un mundo estrictamente utilitario,
todos los fines están sujetos a tener breve duración y a transformarse en
medios posteriores fines. Esta
perplejidad, inherente a todo utilitarismo consiente, la filosofía del homo
faber por excelencia, cabe diagnosticarla en teoría como innata incapacidad
para comprender la diferencia entre utilidad y pleno significado, que
expresamos lingüísticamente mediante la distinción entre con el fin de y en
beneficio de. Ahora bien, ¿Cómo se produce la cadena de medios y fines y como
culmina? Dentro de la categoría de medios y fines, y entre las experiencias de
instrumentalidad que rigen el mundo total de objetos de uso y utilidad, no hay
manera de terminar la cadena de medios y fines e impedir que todos los fines se
usen de nuevo como medios, excepto para declarar que una u otra cosa es un
medio en sí misma. La única salida del
dilema de la no significación en toda la filosofía estrictamente utilitaria es
apartarse del mundo objetivo de las cosas de uso y recurrir a la subjetividad
del propio uso.
Por otro lado tenemos ¿Cómo es el
significado de medios y fin entendido por el homo faber? Porque un fin, una vez
alcanzado deja de ser un fin y pierde su capacidad para guiar y justificar la elección
de medios, para organizarlos y producirlos. Se convierte en objeto entre los
objetos, esto es, se ha añadido al enorme arsenal de lo dado a partir del cual
el homo faber selección libremente sus medios para conseguir sus fines. El
significado por el contrario, debe ser permanentemente y no perder nada de su
carácter si esta logrado o, mejor, encontrado por el hombre, o bien frustrado o
pasado por alto. El homo faber, en la medida en que no es más que un fabricante
y solo piensa en términos de medios y fines que surgen directamente de su
actividad de trabajo, es tan incapaz de entender el significado como el animal
laborans de entender la instrumentalidad. Y de la misma manera que los útiles e
instrumentos que una el homo faber para erigir el mundo se convierten en el
mundo del animal laborans, así la significación de este mundo, que realmente se
encuentra más allá del alcance del homo faber, se convierte para el en el
paradójico fin en sí mismo.
¿Qué ocurre cuando el hombre
instrumentaliza? El hombre, en la medida en que es homo faber, instrumentaliza
y su instrumentalización implica una degradación de todas las cosas en medios,
su pérdida de valor intrínseco e independientemente, de manera que finalmente
no solo los objetos de fabricación, sino
también la tierra en general y todas las fuerzas de naturaleza , que claramente
toman su ser sin ayuda del hombre y tienen un existencia independiente del
mundo humano, pierden su valor debido a que no presentan la reificación que
proviene del trabajo.
Ahora bien ¿Cómo ocurre la
generalización de la experiencia de fabricación en la que se establece la
utilidad como modelo para la vida y el mundo de los hombres? Las
generalizaciones son inherentes a la actividad del homo faber debido a que la
experiencia de medios y fin, tal como está presente en la fabricación, no
desaparece con el producto terminado, sino que se extiende a su último destino,
que es servir de objeto de uso. La instrumentalización del mundo y de la
tierra, esa ilimitada devaluación de todo lo dado, ese ´proceso de creciente
falta de significado donde todo fin se transforma en medio y que solo puede
detenerse haciendo del propio hombre el señor y dueño de todas las cosas, no
surgen directamente del proceso de fabricación, el producto acabado es tanto un
don en sí mismo, una independiente y duradera entidad con existencia propia,
como el hombre es un fin en sí mismo en la filosofía Kantiana. Solo en la
medida en que la fabricación produce principalmente objetos de uso, el producto
acabado se convierte de nuevo en medio de, y solo en la medida en que el
proceso de la vida se apodera de las cosas y las usa para sus propósitos, la
productiva y limitada instrumentalidad de la fabricación se transforma en la
ilimitada instrumentalización de todo lo que existe.
Así mismo, ¿Por qué no se permite al
mundo que los modelos del homo faber dirijan al mundo? Si se permite que los
modelos del homo Faber rijan el mundo acabado como necesariamente han de regir
el acceso a la existencia de este mundo, entonces el homo faber terminara
sirviéndose de todo y considerando todo como simple medio para él. Juzgara
todas las cosas como si pertenecieran a la clase chremata, de objetos de uso.
Es así, como por otro lado la autora
se centra a explicarnos el mercado de cambio, basándose en la postura de Marx.
Ahora bien ¿Cómo era la esfera política en la edad moderna para que se diera
este sistema de cambio? La época moderna sabía perfectamente que la esfera
política no era siempre, ni requería serlo, una simple función de la sociedad,
destinada a proteger la faceta social y productiva de la naturaleza humana
mediante de la administración del gobierno, pero consideraba charla ociosa y
vanagloria todo o que estuviera más allá del reforzamiento de la ley y el
orden. La capacidad humana en la que basaba su pretensión de la natural e
innata productividad de la sociedad era la incuestionable productividad del
homo faber.
Es así como me pregunto también ¿Cómo
era en este caso la diferencia entre el homo faber y el homo laborans? La
producción conspicua, es de hecho, un rasgo no menor de una sociedad de
productores que el conspicuo consumo lo es de una sociedad de laborantes. A
diferencia del animal laborans, cuya vida social carece de mundo y es semejante
al rebaño y que, por lo tanto, es incapaz de establecer o habitar una esfera
pública, mundana, el homo faber está plenamente capacitado para tener una
esfera pública propia, aunque no sea una esfera política, propiamente hablando.
Su esfera pública es el mercado de cambio, donde puede demostrar los productos
de sus manos y recibí la estima que se le debe. Esta tendencia se relaciona
estrechamente y es probable que no esté menos enraizada que la propensión a la
permuta, trueque e intercambio de una cosa por otra, que, según Adam Smith
diferencia al hombre del animal.
En consecuencia, ¿Cuál fue el último
lugar de reunión del homo faber? Históricamente, la última esfera pública, el
último lugar de reunión relacionado al menos con la actividad del homo Faber,
es el mercado de cambio en el que exhibe sus productos. La sociedad comercial,
característica de las primeras etapas de la época moderna o del comienzo del
capitalismo, surgió de esta conspicua producción con su concomitante apetito de
universales posibilidades de trueque y permuta, y su fin llegó con el auge de
la labor y de la sociedad laboral que reemplazo a la conspicua producción y su
orgullo por el conspicuo consumo y su concomitante vanidad. Y ¿Cómo juzga la
sociedad del homo faber el homo laborans? Una sociedad laborante. Por el
contrario, juzga ahombres de acuerdo con las funciones que realizan en el
proceso de la labor, mientras que a los ojos del homo faber la fuerza de la
labor es solo el medio para producir el fin necesariamente más elevado, es
decir, ya un objeto de uso de cambio, la
sociedad laborante concede a la fuerza de la labor el mismo alto valor que
reserva a la máquina. Dicho con otras palabras, esta sociedad es solo
aparentemente más humana, aunque es cierto que bajo sus condiciones el precio
de la labor humana asciende a tal extremo que puede parecer de más valor y más
apreciable cualquier material o materia, de hecho, lo único que hace es prefigurar
algo aún más valioso o sea, el funcionamiento más suave de la maquina cuyo
tremendo poder de elaboración primero uniforma y luego desvaloriza todas las
cosas al considerarlas bienes de consumo.
Ahora
bien, ¿Cómo es la relación entre el homo faber y su producción y la esfera
pública? En la medida en que el homo faber fabrica objetos de uso, no solo los
produce en privado aislamiento, sino también para uso privado, y así aparecen y
emergen en la esfera pública cuando se convierten en artículos de primera
necesidad en el mercado de cambio. Se ha observado con frecuencia y por
desgracia se ha olvidado a menudo que el valor, al ser una idea de proporción
entre la posesión de una cosa y la posesión de otra en la concepción del
hombre, siempre significa valor de cambio. Porque solo es en el mercado de
cambio, en el que todo puede permutarse por otra cosa donde todas las cosas,
sean productos de la labor o del trabajo, bienes de consumo u objetos de uso,
necesarios para la vida del cuerpo o convenientes para la vida de la mente, se
convierten en valores. Este valor consiste solamente en la estima de la esfera
pública donde las cosas aparecen como artículos de primera necesidad, y ni la
labor, el trabajo, el capital el beneficio o el material conceden tal valor a
un objeto, sino solo y exclusivamente a la esfera pública donde aparece para
ser estimado, solicitado o despreciado. Y ‘que es valor? Valor es la cualidad
que una cosa nunca puede tener en privado, pero que lo adquiere
automáticamente, en cuanto aparece en público. Este valor comerciable, como lo
designo claramente Locke, nada tiene que ver con la intrínseca valía natural de
algo, que es una objetiva cualidad de la propia cosa, al margen de la voluntad
del comprador o del vendedor, algo unido a la cosa, existente tanto si gusta
como si no gusta, y que debe reconocerse.
¿Por qué
el dinero sirve para la variedad de cosas con el fin de cambiarse? La muy
deplorada devaluación de todas las cosas, es decir, la perdida de todo valor
intrínseco, comienza con su transformación en valores o artículos de primera
necesidad, porque a partir de ese momento solo existen en relación con alguna
otra cosa que puede adquirirse en su lugar. La relatividad universal, o sea,
que una cosa solo exista en relación con otra cosa, y la pérdida de valor
intrínseco, o sea, que nada posea un valor objetivo independiente de las
siempre mudables estimaciones de la oferta y la demanda, son inherente al
propio concepto de valor.
Por otro lado la autora nos propone un
espacio para conversar sobre la permanencia del mundo y la obra de arte,
comentando que esto le da estabilidad al artificio humano, siendo este
fundamental para que se dé un hogar de confianza para los hombres.
Ahora bien, ¿Cómo es el carácter
duradero del artificio humano? Es esta permanencia, la misma estabilidad del
artificio humano, que, al estar habitado y usado por mortales, nunca puede ser
absoluto, consigue una representación propia. en ningún sitio aparece con tanta pureza y claridad el
carácter duradero del mundo de las cosas, en ningún otro sitio, por lo tanto,
se revela este mundo de cosas de modo tan espectacular como el hogar no mortal
para los seres mortales. Es como si la estabilidad mundana se hubiera hecho
transparente en la permanencia del arte, de manera que una premonición de
inmortalidad del alma o de la vida, sino de lago inmortal realizado por manos
mortales, ha pasado a ser tangiblemente presente para brillar y ser visto, para
resonar y ser oído, para hablar y ser leído. Ahora bien ¿Cuál es la fuente
inmediata de la obra de arte? La fuente inmediata de la obra de arte es la capacidad
humana para pensar como su tendencia al trueque y permuta es la fuente de los
objetos de cambio, y como su habilidad para usar es el origen de las cosas de
uso. E trata de capacidades del hombre y no de meros atributos del animal
humano, tales como sentimientos, exigencias, y necesidades con los que se
relacionan y que a menudo constituyen su contenido. Tales propiedades humanas
se hallan tan separadas del mundo que el hombre crea como su hogar en la tierra
como las correspondientes propiedades de otra especie animal, y si tuvieran que
constituir un medio ambiente hecho por el hombre para el animal humano, este
mundo serio no mundo, el producto de la emancipación en vez del propio de la
creación.
Es así como posterior me surge otra
pregunta ¿Cuál es el proceso de reificación en una obra de arte? En el caso de
las obras es arte, el proceso de reificación es más que simple transformación,
es transfiguración, verdadera metamorfosis en la que ocurre como si el curso de
la naturaleza que desea que todo el fuego se reduzca a cenizas quede invertido
e incluso el polvo se convierta en llamas. Las obras de arte son cosas del
pensamiento, pero esto no impide que sean cosas. El proceso del pensamiento por
si mismo no produce un fabrica cosas tangibles, tales como los libros, pinturas
esculturas o composiciones, como tampoco el uso por sí mismo produce y fabrica
casas y muebles. La reificación que se da al escribir algo, pintar una imagen, modelar
una figura o componer una melodía relaciona evidentemente con el pensamiento
que precedió a la acción, pero que de
verdad hace del pensamiento una realidad y fabrica cosas de pensamientos es la
misma hechura que, mediante el primordial instrumento de las manos humanas,
construye las otras cosas duraderas del artificio humano.
Ahora bien otro tema tocado por la
autora fue el pensamiento y la cognición ¿serán estos iguales o en que se basa
su diferencia? Pensamiento y cognición son dos cosas distintas. El primero,
origen de las obras de arte, se manifiesta en toda gran filosofía sin
transformación o transfiguración, mientras que la principal manifestación del
proceso cognitivo, por el que adquirimos y almacenamos conocimiento, son las
ciencias. La cognición siempre persigue un objetivo definido, que puede
establecerse por consideraciones practicas o por ociosa curiosidad pero una vez
alcanzado este objetivo, el proceso
cognitivo finaliza. El pensamiento por el contrario carece de fin u objetivo al
margen de si, y ni si quiera produce resultado, no solo la filosófica utilitaria
del homo faber, sino también los hombres de acción y los científicos que buscan
resultado, se han cansado de señalar lo inútil que es el pensamiento, tan
inútil como las obras de arte que inspira. Asimismo ¿Cómo distinguimos el
pensamiento y la cognición del pensamiento lógico? La cognición, por otro
parte, pertenece a todos, y no solo a los proceso de trabajo intelectual o
artísticos al igual que la fabricación, es un proceso con principio y fin, cuya
utilidad puede comprobarse, y que falla sino produce resultado, como fracasa el
trabajo del carpintero si construye una mesa de dos paratas. Los procesos
cognitivo de las ciencias no son básicamente distinto de la función cognitiva
en la fabricación los resultados científicos que se producen mediante la cognición
se añaden al artificio humano de la misma manera que las otras cosas. Estas dos se distinguen del poder de
razonamiento lógico que se manifiesta en operaciones tales como deducciones de
principios axiomáticos o evidentes, inclusión de casos particulares en reglas
generales, o las técnicas de alargar consistentes series de conclusiones.
Por otra parte, como es el modelo con
que una persona juzga algo? El modelo por el que se juzga algo por excelencia
de una cosa nunca es simple utilidad, como si una mesa fea cumpliera la misma
función que otra de bello diseño, sino su adecuación o inadecuación a lo que
debe parecer, y esto, en lenguaje platónico, no es más que adecuación o
inadecuación al eidos o idea, la imagen mental, o más bien la imagen vista por el
ojo interior que precedió a su existencia y sobrevive a su potencial
destrucción.
Finalmente ¿Cómo se presenta la acción
y el discurso entre los hombres? La realización de grandes hechos y la
articulación de grandes palabras, no dejaran huella ni producto, alguno que
perdure al momento de la acción y de la palabra hablada. Si el animal laborans
necesita ayuda del homo ver para facilitar su labor y aliviar su esfuerzo, si
los mortales necesitan su ayuda para erigir un hogar en la tierra, los hombres
que actúan y hablan necesitan la ayuda del homo faber en sumas elevada
capacidad, esto es, la ayuda del artista, de poetas e historiógrafos, de
constructores de monumentos o de escritores, ya que sin ellos el único producto
de su actividad, la historia que establecen y cuentan, no sobreviviría.
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