Universidad Central
de Venezuela
Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas
Escuela de Estudios
Políticos y Administrativos
Seminario:
Contemporaneidad del Pensamiento
Político de Hannah
Arendt.
Autor: Molina
Avianiher
La Condición Humana de Hannah Arendt
Resumen Capítulo V
Siguiendo
con el conocimiento de la obra de Hannah Arendt
encontramos las ideas principales expuestas en el Capítulo V, el cual se
titula acción. Dividido de la siguiente forma: a) La revelación del agente en el discurso y la
acción. b) La trama de las relaciones y las historias interpretadas. c) La
fragilidad de los asuntos humanos. d) La solución griega. e) El poder y el
espacio de la aparición. f) El homo
faber y el espacio de aparición. g) El movimiento de la labor. h) La
tradicional sustitución del hacer por el actuar. i) El carácter procesual de la
acción. j) Irreversibilidad y el poder de perdonar. k) La imposibilidad de
predecir y el poder de la promesa.
La revelación del agente en el discurso y
la acción. Inicia el capitulo haciendo referencia en cuanto a la pluralidad humana, como básica
condición tanto de la acción como del discurso, tiene el doble carácter de
igualdad y distinción. En palabras de
Arendt, explica que si los hombres no fueran distintos, es decir cada ser
humano diferenciado de cualquier otro que exista, haya existido o
existirá, no necesitarían el discurso ni
la acción para entenderse. Signos y sonidos bastarían para comunicar las
necesidades inmediatas e idénticas.
Hace mención a la
alteridad como un aspecto importante de la pluralidad, además que solo el hombre es el que puede
expresar una distinción y a su vez distinguirse. La pluralidad humana es la
paradójica pluralidad de los seres únicos. El discurso y la acción revelan esta única cualidad de ser distinto,
es así que los hombres se diferencian. Y es por medio de la palabra y el acto
que nos incluimos en el mundo humano, esto no es obligado por la necesidad, tal
es el caso de la labor o la utilidad, en relación con el trabajo.
Es así como actuar significa tener una iniciativa,
comenzar algo. Los hombres toman la
iniciativa, se aprestan a la acción. Por esta acción puede esperarse de ellos
lo inesperado, al poder realizar lo que es infinitamente improbable. En su
definición de acción concebida como la condición humana de la natalidad, en
consecuencia el discurso seria el hecho de la distinción y realización de la
condición humana de la pluralidad, es vivir como un ser distinto y único entre
iguales. Sin este discurso la acción no
solo perdería su esencia reveladora sino
también su sujeto, es la palabra lo que lo hace pertinente y lo
identifica como un actor, que anuncia lo que hace, lo que ha hecho y lo que
intenta hacer.
Por medio de la acción y el discurso, los hombres
muestran quiénes son, revelan su identidad y hacen su aparición en el mundo
humano. Esta acción, necesita para su realización la brillantez de la gloria,
solo posible en la esfera pública. La
trama de las relaciones y las historias interpretadas. Indica la cualidad
de actuar y hablar como un modo intangible,
prescindir de esta revelación, implicaría el hecho de transformar a los
hombres en algo que no son e incluso negar que esta revelación sea real y tiene
consecuencias propias es sencillamente ilusorio, dice Arendt. La esfera de los
asuntos humanos, está formada por la trama de las relaciones que humanas que
existe dondequiera que los hombres viven juntos.
La capacidad de relevar ese quién, mediante el discurso,
y el establecimiento de un nuevo comienzo a través de la acción, cae dentro de
la ya existente trama donde pueden sentirse sus inmediatas consecuencias. La fragilidad de los asuntos humanos.
Las ideas principales son, en primer lugar, en cuanto a la acción, que a
diferencia de la fabricación nunca es posible en aislamiento. La acción y el
discurso lo están con la trama de los actos y palabras de otros hombres. La
acción actúa sobre seres que son capaces de sus propias acciones, la reacción,
aparte de ser una respuesta, siempre es una nueva acción que toma su propia
resolución y afecta a los demás. Esta acción establece relaciones y por lo
tanto puede forzar todas las limitaciones y cortar todas las fronteras.
La
solución griega. La autora describe que
antes de que los hombres comenzaran a actuar, tuvo que asegurarse un espacio
definido y construirse una estructura donde se realizaran todas las acciones,
el espacio fue la esfera pública de la polis y su estructura era la ley, el
legislador y el arquitecto pertenecían a la misma categoría, pero estas
entidades tangibles no eran el contenido de la política, ni Atenas era la
polis, sino los atenienses.
En esta polis, se encuentra la finalidad de vivir juntos,
mediante compartir palabras y hechos. La vida en común de los hombres que se
forma en la polis parecía asegurar que la acción y el discurso, los productos
hechos por el hombre, los actos e historias de su resultado, se convertirían en
imperecederos. Es así como nace la esfera pública, la cual surge de actuar
juntos, de compartir las palabras y actos. Esta polis representa el lugar donde
uno aparece y donde otros aparecen entre sí, hacen su propia aparición. Donde crean su realidad en el mundo, la cual
se garantiza por la aparición ante todos, y esto que aparece es lo denominado,
ser.
El poder y el espacio de la
aparición. La autora expone que el espacio de aparición
tiene validez siempre cuando los hombres se unen e interactúan mediante el
discurso y la acción, y de allí se forma la esfera pública, siendo el discurso
y la acción su esencia. Es como entonces describe el poder como aquel donde la
palabra y el acto están unidos, las palabras son para descubrir realidades, y
los actos son para establecer relaciones y crear nuevas realidades. El poder es
lo que mantiene la existencia de la esfera pública, es el potencial espacio de
aparición de los hombres que actúan y hablan, y desaparece en el momento en que
se dispersan.
El poder como la acción, es ilimitado; carece de
limitación física en la naturaleza humana, en la existencia corporal del
hombre, como la fuerza. Su única limitación es la existencia de otras personas,
pero dicha limitación no es accidental, ya que el poder humano corresponde a la
condición de la pluralidad para comenzar. El poder preserva la esfera pública, y al
espacio de aparición. La acción y el discurso son las actividades más altas en
la esfera política. El homo faber y el
espacio de aparición. Sus fines más elevados es hacer el mundo más fácil y
hermoso. Y para el animal laborans es hacer la vida más fácil y larga.
En la esfera pública como mercado de cambio corresponde a
la actividad de fabricación, pero el
intercambio en sí, pertenece ya al campo de la acción y en modo alguno es una
prolongación de la acción. El impulso
que lleva al fabricante al mercado público es la apetencia de productos, no de
personas, y la fuerza que mantiene unido y en existencia a este mercado no es
la potencialidad que surge entre la gente cuando se unen en acción y el
discurso, sino un combinado poder de cambio.
El
movimiento de la labor. Arendt considera
que la actividad del trabajo, cuyo requisito es el aislamiento, sigue estando
de muchas maneras en relación con este espacio de aparición. La labor, puede
ser una forma no política de la vida, pero no es apolítica. Esta es la actividad en la que el hombre no
está junto con el mundo ni con los demás, sino solo con su cuerpo, frente a la
necesidad de mantenerse vivo. Esta labor
carece de rasgos distintivos de la pluralidad, para el animal laborans el
sentido de la labor dice Arendt, y el valor dependen por entero de las
condiciones sociales.
La principal diferencia entre la labor de del esclavo y
la libre y moderna, no radica en que el laborante tenga libertad personal, es
basado en que se le acepta en la esfera pública y queda emancipado como
ciudadano. En la Época Moderna, puede llegar a su desaparición, por medio del
debilitamiento de la esfera pública y del mercado de cambio. La tradicional sustitución del hacer por
el actuar. Las ideas principales expuestas por Arendt, es basada en la sustitución de hacer por
actuar, basado en la degradación de la política en medios para obtener un fin.
En la Época Moderna, se definió al hombre como homo faber.
Este es el fabricante de utensilios y productor de
cosas, se interpretó la acción en términos de hacer, donde el ser humano
introduce en la trama de las relaciones humanas categorías, inherentes a las
actividades en las que nos enfrentamos a la naturaleza y se construye el mundo
del artificio humano. El carácter procesual de la acción. Instrumentalizar la acción y la degradación
de la política en un medio, no ha logrado eliminar la acción, impedir que sea
una de las decisivas experiencias humanas, o destruir por completo la esfera de
los asuntos humanos. Ha dado como
resultado canalizar la capacidad humana para la acción, para comenzar nuevos y espontáneos
procesos.
Somos capaces de actuar,
de iniciar procesos, concebir la naturaleza,
y concebir la historia como procesos.
Nunca se agota el proceso de la acción en un acto individual, crece a
medida que se multiplican sus consecuencias. El proceso de un acto puede
perdurar a través del tiempo. Irreversibilidad y el poder de perdonar. Al surgir de la facultad, de una de las
posibilidades de la acción, la rendición del predicamento de irreversibilidad,
es decir de ser incapaz de deshacer lo hecho.
El remedio de la imposibilidad de predecir, se halla en
la facultad de hacer y mantener promesas. Las dos facultades van juntas, en
cuanto una de ellas es perdonar, sirve para deshacer los actos del pasado. Ambas facultades dependen de la pluralidad, de la presencia y actuación de los otros, ya
que nadie puede perdonarse ni sentirse ligado por una promesa hecha a sí mismo,
sino carecería de realidad. El
descubridor del papel del perdón en la esfera de los asuntos humanos fue Jesús
de Nazaret.
El perdón, puede ser el correctivo necesario para los
inevitables daños que resultan de la acción, se necesita del para que la vida
prosiga, posee algo de original de la acción. La imposibilidad de predecir y el poder de la promesa. En palabras
de Arendt, la imposibilidad de la no- predicción que, al menos parcialmente,
disipa el acto de prometer es de doble naturaleza: surge simultáneamente de la
oscuridad del corazón humano, de la básica desconfianza de los hombres que nunca pueden garantizar hoy.
Quiénes serán mañana,
y de la imposibilidad de pronosticar las consecuencias de un acto en una comunidad de iguales, en la que todos
tienen la misma posibilidad de actuar. El nacimiento de nuevos hombres y un
nuevo comienzo es la acción que es capaz de emprender los humanos por el hecho
de haber nacido. Concluye el capitulo Arendt,
al decir que la fe y esperanza en el
mundo encontró tal vez su más gloriosa y sucinta expresión en las pocas
palabras que en los evangelios anuncian la gran alegría: Os ha nacido hoy un
salvador.
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