Los conceptos de Labor y trabajo han
sido ya revisados a profundidad, por lo tanto en el capitulo V estará dedicado
al concepto central de su propuesta: la Acción. Allí trata de profundizar en
las características de esta a través del tiempo y de sus rasgos más pertinente.
La acción,
junto a la labor y el trabajo, conforman los tres elementos claves de la vida
activa. En consonancia con las dos, la acción es el elemento transmutador del
mundo artificial que se ha creado en conjunción por la labor y el trabajo. Y si
la primera esta signada por la vida y el segundo por la mundanidad, la labor está
marcada por la pluralidad; entendida esta como el conjunto de los humanos que
existimos y nacemos.
La acción
no debe ser comprendida solo como el mero acto de actuar físicamente, sino que
es una combinación dialéctica entre el pensamiento y el disponerse hacer. No solo
implica una actividad física, sino también el discurso, el cual a su vez revela
la intencionalidad. La acción, al igual que sus pares, solo es tal si se
realiza en grupo. No existe, por su cariz transformador, acción en aislamiento.
Dado este rasgo, esta parte de la vida activa se vuelve un elemento capaz de
hacer que los hombres destaquen en su entorno, por lo tanto la acción se vuelve
eminentemente política, además de un elemento que permite al hombre trascender
su condición. La acción por lo tanto es una componente clave y característica
de la esfera pública.
La acción
acarrea con ella otro concepto como es el de poder. Por poder la autora concibe
a la capacidad de transformación venida por el consenso y la pluralidad; por lo
tanto el poder es producto, no de una persona sino de la aparición de varios
actores y la capacidad de estos de trabajar coordinadamente. Curiosamente dado
este rasgos de la acción y el poder no es raro, tal como demuestra la autora,
que los autócratas y tiranos a través del tiempo lo primero que hagan, para
consolidad su control, es restringir la reunión de los hombres y limitar su
capacidad de acción; alterando así lo que se entiende por poder; consolidándose
en la violencia.
Otro
concepto ligado a la acción, el cual hay que saber manejar, será el de la
violencia, la cual funge como un elemento capaz de destruir al poder. La
violencia por este rasgo tendrá un cariz inusual como aquel capaz de ponerle
fin al poder y a su vez como un medio para que lo político cobre relevancia.
En su
disertación sobre la acción y la vida
activa, la autora estudiara el espacio
de aparición (que genera la vida activa) con respecto al homo Faber y al Animal
Laboran, llegando a la conclusión de que sin labor no hay trabajo y mundo
artificial, sin mundo artificial no podrían existir las bases para que la acción
y la aparición del hombre como actor y alquimista de la realidad se revele. Curiosamente
de su disertación al comparar el trabajo y la labor y contrastarlo con la
esfera pública, nos percatamos que, gracias a la modernidad, es el animal
laboran o las razones relacionadas a la labor y las mejores condiciones para
aquellos que se dedican a la labor, las causas que más han usado la acción.
La autora
nos revela que la acción ha sido modificada a través del avance de la filosofía
y la teoría política; de tal forma que la acción tiene una versión corrupta que
vendría ser el Actuar. Entiende a este como el producto de ver a la acción y la
política como una relación de gobernantes y gobernados. Donde quienes participan lo hacen al amparo de
alguien (ya sea una persona o una entelequia como el Estado) que dicta los
patrones, por lo tanto el hombre que se diferencia, otrora, en la acción queda
como un mero actor guiado por un hábil o no tan hábil director y libretista. Esta
forma de participación surgió a medida que el Estado-Nación, la burocratización
y, sin duda, la representación fueron ganando adeptos, como un mecanismo que le
permitía al hombre tener tiempo para laborar y trabajar y descansar en vez de
tener que participar.
Por último
la acción, desde un punto conceptual, revelara a la autora dos conceptos
claves, que serán inherentes y características a esta y que no tendrán par en
los otros elementos de la vida activa. Además, estos dos puntos, nos revelaran dos elementos
claves de la libertad tal como Arendt la entiende. Estos son la capacidad de
perdón, la cual nos da pie para la existencia de un nuevo comienzo, y el poder
la promesa que da a los hombre un pie para confiar unos en otros y por lo tanto
proyectar junto, elemento clave de la acción, hacia el futuro y canalizar la
acción para generar un cambio.
Abarcada
la acción se puede comprender el ¿Por qué esta es el eje central del
pensamiento de Arendt? Pues esta parte de la vida activa le permite al hombre y
a la pluralidad de la humanidad, alterar el mundo creado, de forma significativa.
Este rasgo hace de la Acción un fenómeno evidentemente político. Dada esa
cualidad, dado que es algo inherente a la condición del hombre, no es raro
entonces que, aquel que anhele asumir el control sobre sus semejantes trate de
frenar las características o causas claves de este fenómeno.
La acción
se revela entonces antes nosotros, y me permito hacer una analogía en sumo poética
y prosaica, al igual que la legendaria piedra filosofal capaz de transmutar el
plomo en oro, capaz de aliviar todo mal (hasta la vejez) y al hombre de acción como
el alquimista que con asistencia y en la búsqueda de esta piedra puede alterar
al mundo y sin duda se han cambiado a sí mismo.

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